Titulo: Escrutinio
Fandom: D. Gray-Man
Claim: Miranda Lotto, Lenalee Lee, Lavi Bookman Jr, Allen Walker, Arystar Krory
Palabras: 571 palabras
Resumen: Como una simple pregunta, puede cambiar nuestra forma de ver las cosas.
- ¿Yo?
Había respondido Lenalee cuando Miranda le había preguntado su opinión sobre Lavi.
Nadie nunca le había hecho esa pregunta y, para ser sinceros, ella tampoco se había detenido a pensar mucho en ello. Lavi, al igual que los demás, era sus amigo y ella, con sus defectos y virtudes lo quería.
Pero Miranda esperaba una respuesta y ella tenia que dársela. Ya conocía de sobra lo insistente que podía ser esa mujer.
Levantó la vista y la dirigió hacia el lugar en el que Allen y Lavi jugaban póker bajo la atenta y divertida mirada de Krory. Vio a su amigo, quien en esos momentos no llevaba su característica venda verde en el pelo, dejando que sus largos mechones de cabello rojo cayeran sobre su hermoso rostro. Estaba sorprendida. Nunca se había fijado en el hecho de que los rasgos de Lavi eran tan atractivos y perfectos. Eran totalmente diferentes de los suaves rasgos de Allen que la mayoría de las veces lo asemejaban a una chica. No, Lavi era muy atractivo y masculino. Tampoco se había fijado en el hecho de que el color del ojo de Lavi era de un verde muy brillante, casi idéntico al de las esmeraldas.
Lavi, cansado de las trampas de Allen, se puso de pie en medio de una de sus conocidas rabietas, dispuesto a salir del lugar. Lenalee, por primera vez, se dio cuenta de lo alto y bien formado que era el cuerpo de su amigo. Para tener apenas dieciocho años, el chico tenía un cuerpo realmente envidiable.
Y en esos momentos entendió a la perfección porque Johnny solía decir “tenemos que sacarle provecho a lo que Dios te dio, Lavi” cuando le tomaba las medidas para un nuevo uniforme (que generalmente tenia el mismo diseño, ya que Johnny decía que a Lavi le sentaba muy bien ese tipo de ropa. Lenalee, en esos momentos, coincidía con él). ¡El chico tenia el mejor trasero que hubiese visto en su vida! Y eso no significaba que se la pasaba apreciando la retaguardia de todos los hombres que veía, solo que, viviendo en la Orden rodeada de hombres, era de esperarse que hubiese visto uno que otro alguna vez.
“Lenalee, contrólate. Tu no eres así”, de dijo a sí misma, pero era difícil no comerse con los ojos a ese despreocupado pelirrojo que ahora se acercaba (con un andar que ahora le resultaba demasiado atractivo) a la mesa en donde ellas se encontraban, seguido por Allen y Krory.
- ¿Lenalee?-musitó Miranda al ver a la chica perdida en sus pensamientos.
Lenalee, al darse cuenta de que su amiga aun esperaba una respuesta y de que la miraba preocupada (seguramente tenía las mejillas sonrosadas. Oh, como odiaba cuando eso pasaba), respondió:
-Lavi me parece un chico encantador, Miranda. Es muy divertido y muy buen amigo.
Le sonrió a la mujer antes de volver a mirar hacia el lugar por donde sus tres amigos venían, riendo y bromeando como siempre. Y no pudo evitar esbozar una sonrisa cuando el ojo visible de Lavi se posó en ella.
Y debería sentirse culpable por el hecho de haberlo mirado de la forma en la que lo había hecho antes pero, mientras nadie lo supiese, no habría problema. Mientras nadie supiese lo rápido que había empezado a latir su corazón y de lo nerviosa que se había puesto cuando Lavi se sentó a su lado, todo estaría bien.
Titulo: Tinta sobre papel
Fandom: D. Gray-Man
Claim: Lavi Bookman Jr
Palabras: 335 palabras
“Ellos tienen que ser tinta sobre el papel”, le repetía una y otra vez el viejo panda para que él no se olvidase de su misión en la vida. “Eres un Bookman, y los Bookman no tienen corazón”.
Él no creía ni una cosa ni la otra. ¿Cómo sus amigos podrían ser solo tinta sobre el papel en su vida? Era imposible. Habían compartido tantas cosas juntos. Habían pasado por tantas experiencias, conocido tantos lugares, que era estúpido pensar que sus amigos, cada uno de ellos, no eran más que simples nombres que él plasmaría en el papel al final del día.
Allen, Lenalee, Krory, Miranda, incluso Kanda, eran su familia, la única familia a la cual podría visitar mientras continuase siendo un exorcista. Los miembros de la Orden eran las únicas personas que lo habían visto y tratado con cariño desde el instante en el que puso un pie ahí (todos excepto Kanda, que no trata bien a nadie). Eran los únicos que se alegraban al verlo, se preocupaban si estaba herido o enfermo y que estaban pendientes de que tuviese todo lo que necesitase.
Eran su familia. Eran todo lo que él necesitaba para no volverse loco, para no sentirse solo en ese mundo plagado de guerras, dolor y muerte.
Él los quería a todos y cada uno de ellos, con sus virtudes y sus defectos, por lo que la teoría de que los Bookman no tenían corazón era totalmente errónea. Era solo una treta que usaba el viejo Bookman para que él no se apegase más a esa gente, para que cuando tuviesen que partir, no cuestionase su autoridad.
Pero, aunque amaba estar en la Orden y ser un Exorcista, él sabía que tenía una misión que cumplir. Y aunque le doliese el alma, tendría que despedirse de sus amigos y continuar con su camino. Eso era lo mejor.
“Aunque tu pienses y digas lo contrario, ellos no son tinta sobre el papel, Jiji. Ellos forman parte de mis mas preciadas memorias”.