La Biblioteca

Dec 02, 2009 00:27



Siempre he pensado que los anti-yaoi son todos iguales… o al menos, una gran mayoría de ellos. Realmente no puedo decir que hayan muchos que no compartan los mismos rasgos nefastos que tanto los caracteriza. Sin embargo, desearía ratificar algo antes de proseguir con este ensayo: cuando yo digo anti-yaoi, me refiero específicamente a la especie que se destaca por hacer el ridículo de las siguientes formas:

1- Escribiendo verborreas ensayos colmados de falacias ad hominem sobre lo putas que son las yaoistas y que deberían pajearse viendo a parejas hetero, o en su defecto, viendo a otras nenas.

2- Los que argumentan esgrimiendo pseudo-teorías psicológicas y/o que se creen no-sé-quiénes para decir y juzgar a quienes les gusta el yaoi y no les da la puta gana de gustar del hetero o del yuri.

3- Los que forman parte de comunidades y/o páginas web francamente ridículas, cuyas premisas son “eliminen el yaoi de X serie”, “vamos contra las yaoistas” y demases aspiraciones descabelladas e intolerantes. Los especimenes nombrados en los dos puntos anteriores generalmente proliferan en estos niditos de pestes, pero se les puede encontrar también actuando en solitario.

4- Los que escriben largas y “sesudas” disertaciones sobre por qué X serie no es yaoi (aunque ya les hayan dicho cientos de veces que sólo disfrutan del género y no les interesa demostrar la veracidad de tan “brillante” teoría) y proclaman que deberías irte a la mierda y no ensuciar su preciada serie.

5- Las que hacen el ridículo en Youtube poniendo videítos mamones y desperdiciando espacio.

Querid@ lector(a), si a usted simplemente no le gusta el género, entonces descuide. Mi problema no es con usted, ya que una cosa es simplemente no gustar del género, y otra muy distinta es montar el ridículo de las maneras que ya he mencionado. Conozco personas que no gustan del yaoi, y nos llevamos muy bien, gracias.

Por otro lado, si usted es un anti-yaoi y ha hecho el ridículo de alguna de las formas mencionadas anteriormente, es probable que se arda un poquito bastante al leer mis palabras ¿pero sabe algo? No me interesa lo que tenga que argumentar, del mismo modo que a usted probablemente NO le interese escuchar lo que una yaoista tenga que decir en defensa ante vuestras acusaciones y falacias ad hominem.

Bueno, hechas las aclaratorias correspondientes, considero pertinente comenzar esta disertación sobre esta desagradable y repulsiva especie de ser humano (si, lamentablemente, es humano ¿qué se le puede hacer?) que pulula en la web.

No entraré en definiciones sobre el yaoi, pero para aquellos que todavía no lo conozcan, les dejo la siempre confiable y neutra definición de la buena Wikipedia.

En primer lugar, opino que los anti-yaoi son gente que simplemente NO saben argumentar. Siempre esgrimen los mismitos argumentos pendejos para referirse a las yaoistas: si no es el clásico “puta enferma sin novio”, dicen que son nenas idiotas que les hace falta tirar (algunos disfrutan diciendo las formas en que deberíamos hacerlo para así olvidar el bendito yaoi), y los más picantes son aquellos que según ellos y alguna entidad desconocida que hacen llamar “expertos” afirman que las yaoistas tenemos serios problemas psicológicos y/o de identidad sexual. Lo que todos comparten en común (además de la intolerancia y poco criterio, vale acotar) es la incapacidad total y absoluta de ver el disfrute de este género como ALGO NORMAL.

Así es, señores, si no estás babeándote por parejas hetero o viendo unas hermosas nenas en pelotas teniendo sexo, estás en problemas. Si no te da la puta gana de gustarte “lo normal”, tienes problemas psicológicos, eres un fenómeno o qué se yo… entonces me pregunto a mi misma y a esos seres con poco cerebro y mucha hormona:

¿En qué siglo estamos?

¿En una era moderna de tolerancia, donde no tiene qué importarte qué diablos queramos hacer con nuestras vidas y donde no tenemos que ser castas y ver lo que nos provoque?

¿O acaso estamos en el puñetero medioevo, donde todavía las mujeres tenemos que ser castas y devotar nuestra vida a un jodido hombre, tener mil hijos, fregar pisos y cocinar perennemente, porque sino somos tratadas de parias fracasadas?

Háganme el favor y pongan a trabajar la media neurona que les quede en esas preguntas sencillas.

diciembre, selene zuster, la biblioteca

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