Long fic: Stalemate -Punto muerto (2/?)

Jun 07, 2012 00:07

Título: Stalemate -Punto muerto (2/?)
Fandom: Latin Hetalia
Pairing: Martín/Manuel (Argentina/Chile), futuro Inglaterra/Chile y otras menciones.
Rating: NC-17
Advertencias: yaoi, temas sensibles (guerra de las Malvinas)
Resumen: No podía saber qué le ocurría a Martín en ese momento, así como no podía saber qué pasaría en dos días más, ni para qué decir en dos meses y medio*. Apretándose contra las sábanas manchadas, sólo podía esperar.
Beta:kaiserin_t , cualquier error que permanezca es mi responsabilidad.

NdA: Sé que es un tema sensible para muchos argentinos, sólo buscar información era suficiente para dejarlo claro, y que varias se han dedicado a ahondar este tema, sin embargo no podía dejar de hacer mi propia versión de esto. Todo es desde la perspectiva de la participación chilena en la guerra. Con-crit, bienvenida! Pero flames porque el tema te disgusta, porfavorporfavorporfavor no. Gracias!
NdA2: respuesta al meme angst para pauny yselene_nekoii .
NdA3: Ojalá que haya alguien que siga interesado en seguir leyendo esto D:!

Capítulo anterior



Sábado 3 de Abril 1982.

Levantarse y ducharse había sido la cosa más difícil que le había tocado hacer en bastante tiempo. La situación de ayer con Martín no había terminado de la mejor manera (no que esto fuera raro, ambos eran demasiado orgullosos como para dejar que el otro lo observara en un momento de debilidad, por lo que provocar una pelea era tan fácil como tronar los dedos) pero en esta ocasión era aún más complicado.

No había querido levantarse el viernes luego de la marcha apresurada del otro, haciéndolo sólo por algo de comer y regresando inmediatamente a la cama, suponiendo que su Jefe no se molestaría si no aparecía por un día. O por dos. O los que fueran necesarios, hasta dejar de sentir tan frescas en su memoria las manos calientes y posesivas del trasandino. Pero no había esperado una llamada de ese mismo Jefe exigiéndole que se presentara a la brevedad, señalándole que ya iba un vehículo en camino a pesar de ser sábado: un día en el que acostumbraba a hacer nada.

Dejando que el agua tibia golpeara con fuerza su espalda, se permitió soltar un suspiro, observando largamente el techo, suponiendo que la llamada urgente era por lo que había pasado con Martín el día anterior. Aún no había tenido oportunidad de leer algún diario y enterarse de lo que podría haber pasado en Argentina. Tendría que hacer que el chofer que se le hubiera asignado por el día se detuviera en algún kiosko y comprar uno.

Vistiéndose rápidamente, se colocó el uniforme gris del ejército que tanto le incomodaba usar, cubriéndose con la capa del mismo color, y llevándose la gorra bajo el brazo se subió al pequeño auto que había tocado la bocina hace unos minutos.

-Párese junto al negocio -indicó Manuel, notando el ligero bufido del chofer. Era obvio que lo pensaba un hijito de papá, de esos que seguían los pasos de sus progenitores y se metían en la Escuela Militar, deseando poder subir rápido en la institución mientras tuvieran algún contacto al interior. Al menos no era como los que no conocían su verdadera identidad dentro de la institución y pensaban que era el huacho de alguno de los Comandantes.

Frunciendo el ceño e ignorando el gesto de apuro del otro hombre, pidió El Mercurio, el único diario que quedaba a esa hora, haciéndose rápidamente una idea de lo que había ocurrido con Martín el día de ayer.

-Mierda -jadeó, imaginándose la reacción de sus Jefes al ver que Argentina se ponía agresivo con Inglaterra, invadiendo a las Malvinas, cierta desazón alojándose en su pecho al considerar la obsesión del rubio con Victoria.

-¿Cierto? -respondió el dueño del kiosko, pasando por alto el uniforme de Manuel, del que la gente tendía a alejarse por miedo a tener alguna represalia si decían algún comentario inadecuado-. Estos argentinos agrandados ahora van a saber lo que es bueno. Los gringos los van a hacer pebre. A ver si así se les bajan los humos y dejan de molestar queriendo quedarse con todas las tierras.

-Claro -murmuró, recibiendo el vuelto y retirándose, sabiendo que su gente seguía molesta con todo lo del ‘78*, esperando a que los argentinos aceptaran lo que decía el Vaticano.

---

El ambiente al llegar a La Moneda era tenso, los cuatro Comandantes en Jefe más Pinochet presentes, todos sentados en el despacho del Presidente con un montón de informes repartidos por sobre la mesa y gestos ligeramente agrios.

-Don José Manuel -saludó el general de carabineros, acercándole una silla, tratando de evitar que comenzara la reunión de inmediato con una pelea. De todos modos, no había alcanzado a sentarse cuando su Jefe se puso de pie, inclinándose sobre el escritorio.

-¿Tienes idea de lo que está pasando? -gruñó Pinochet, su mirada dura haciendo fruncir el ceño a Manuel-. ¿Por qué no viniste ayer, cuando nos enteramos de todo? ¿No crees que es una irresponsabilidad de tu parte?

-Sí, señor, lo siento -masculló, mordiéndose la lengua antes de pensar en responderle.

-El país podría haber sido atacado, pero tú no te dignas ni a venir donde te corresponde -continuó, haciendo caso omiso al gesto furibundo de Manuel, su voz resonando con fuerza en el despacho.

Entrecerrando los ojos, Manuel miró a su Jefe deseando poder hacerlo desaparecer del lugar que ni siquiera le correspondía usar legítimamente. Estaba furioso, consigo mismo y con Martín, por la situación en la que lo había metido.

-La situación en Argentina venía tensa desde hace semanas, Don José Manuel no tenía cómo enterarse de lo que pasaría de un día para otro -interrumpió Fernando Matthei*, observando por unos momentos el rostro sonrojado y furibundo de Manuel, tratando de calmar la situación-, era imposible que lo supiera, probablemente ni Argentina se imaginaba lo que planeaba Galtieri. Dudo mucho que éste haya estado lo suficientemente lúcido como para advertirle.

Inhalando lenta y largamente, Manuel trató de controlar el sonrojo que luchaba por aumentar. Sabía que todos asumían que era por enojo contra su jefe, pero también había una gran cuota de vergüenza al recordar la actuación instintiva de Martín al sufrir las emociones potentes de su pueblo.

-¿Cómo convendría enfrentar esta situación señores? -preguntó Pinochet, sentándose nuevamente, rozando con sus dedos sus bigotes, un gesto nervioso que trataba de controlar, pero que nunca lograba.

-Mantenernos neutrales en primera instancia. La declaración de ayer de respetar el derecho internacional nos deja en buen pie para retroceder si Argentina se vuelve más agresiva -habló el General Benavides-. Estamos todos de acuerdo en que la mejor manera de enfrentar esto es ver desde un lado cómo se desenvuelve todo. Si luego Argentina quiere enfrentarnos, continuaremos teniendo el apoyo extranjero que teníamos durante el ‘78.

Asintiendo, el Almirante Merino agregó:-De todos modos deberíamos comunicarnos con Inglaterra. Esta puede ser la oportunidad de mejorar las relaciones con el resto del mundo a través de ellos.

Frunciendo el ceño y agachando ligeramente la cabeza, Manuel se permitió pensar un momento en el dolor y resentimiento de ver a los otros países darle la espalda por cosas que él no podía controlar. Sabía que estar lejos del resto por su geografía ya lo distanciaba, pero que además decidieran cortar relaciones y simplemente ignorarlo era irse al extremo*. Por él, dejar que el resto peleara y que a él no lo metieran en el baile (aunque en lo más profundo, donde estaba intentando ser realista, sabía que Argentina lo atacaría si le ganaba a Inglaterra).

-Yo me puedo encargar de eso, después de todo, aún tengo contactos de cuando estuve como jefe de la Misión Aérea allá -interrumpió Matthei, sabiendo que Merino no tendría la delicadeza de saber cómo actuar en esta situación. Aún se reían a sus espaldas cuando les comentaron sobre su deseo de atacar a Argentina en el 64’ simplemente porque no tenían al Belgrano y su armada estaba en condiciones casi nulas. Afortunadamente Gabriel Valdés y Frei Montalva lo detuvieron*.

-Listo, pueden retirarse todos, Fernando y Manuel, quédense -habló Pinochet, mirando con ojos entrecerrados cómo todos se retiraban.

-¿Quiere decirnos algo? -preguntó Matthei, sentándose aún más derecho, tratando de marcar una diferencia entre los dos.

-Tienes carta blanca en lo que quieras hacer, salvo que sea demasiado grande y nos involucre al resto. De lo contrario, puedes trabajar sin problemas. Pero cualquier cosa que pase, la responsabilidad será completamente tuya -señaló, apuntándolo con un dedo, remarcando su punto-. Quiero un informe completo al final de todo esto, e informes cada vez de que pase algo relativamente importante. ¿Está claro?

-Sí, señor.

-Y tú -dijo apuntando con el dedo a Manuel-, pobre de ti que sepa que no estás cumpliendo tus funciones, ¿entendido? No soportaré que tengas esas actitudes flojas de cafiche* que espera le entreguen todo.

-Sí, señor -murmuró observando atentamente el suelo, deseando desaparecer del lugar.

----

Sentándose en el sillón del despacho del Comandante Matthei, sabía de lo que el hombre le hablaría antes de oír sus palabras, permitiéndose por unos segundos mantener en su mente sólo los pasos que había contado desde el despacho de Pinochet en La Moneda hasta la oficina del otro cruzando la Alameda.

-¿Supongo que recuerda lo que casi ocurrió hace cuatro años*, no, Don José Manuel? -preguntó Matthei, elevando una ceja y reclinándose en su asiento, sabiendo que había obtenido la completa atención del moreno al ver su mirada agria-. No voy a permitir que los argentinos traten siquiera de acercarse al Beagle. Y si para cumplir con eso tengo que hacer un trato con Inglaterra, entonces así será.

En silencio, Manuel sólo atinó a mirar el piso, reconociendo la verdad en las palabras del comandante, sabiendo que si Martín o sus jefes estaban con el ánimo de ir a la guerra nuevamente, no habría mucho que pudiera hacer, enfermo y débil como estaba*. Pero la sensación de traición a su vecino ya era dura, sin siquiera haber sucedido algo aún.

-Sí, lo comprendo, Comandante -murmuró Chile, esquivando la mirada del hombre-. Pero, ¿está completamente seguro de que intentarán atacarnos si le ganan a Inglaterra? ¿Se da cuenta de que es mi vecino, que pase lo que pase ambos continuaremos existiendo y siendo afectados por lo que nuestros pueblos hagan?

-Don José Manuel, entiéndalo, toda la información de nuestros servicios de inteligencia, y el sentido común, nos grita que nos atacarán. Galtieri ya dijo en su discurso que recuperarían lo que es de ellos y no está bajo su soberanía, y su ‘amigo’ considera que la patagonia y tierra del fuego es suya. Sin ser cruel, pero no podríamos sobrevivir a un ataque de un ejercito que venga con la moral tan alta en caso de ganarle a Gran Bretaña, considerando que nuestro ejército es fuerte, pero no contamos con las armas necesarias. Sería un ataque a traición por parte de Argentina -suspirando, Matthei trató de colocarse en los zapatos de su nación, sabiendo cómo una guerra dejaría cicatrices en él y en la relación con el otro país. A veces le costaba comprender a cabalidad la realidad de que su país tuviera una representación física, tangible, y especialmente que fuera en el jovencito de aspecto algo enfermizo con traje de estudiante de la Escuela Militar frente a él.

<

-¿Vendrá Arthur? -jadeó Manuel, inclinándose hacia el escritorio inconscientemente, ignorando por completo el atisbo de sonrisa en el rostro afilado del otro; ignorando también la sensación fantasma de Martín apretando sus tobillos y susurrándole “Se mío, pibe”.

-Sí, debería llegar mañana o pasado, junto al agregado inglés. Si ellos no hubieran hecho notar sus ganas de un trato, habría sido yo quien los llamara -respondió, entrecerrando los ojos-. Obviamente esto nos deja en mejor pie para negociar.

-¿No es demasiado pronto para que vengan? -preguntó Chile. Después de todo los argentinos sólo habían invadido el día anterior.

-No, no lo es. Apenas se acerque la armada británica, querrán saber a qué se enfrentan y tener todo preparado desde antes. Además, a la señora Thatcher no le conviene dilatar una respuesta pronta y fuerte considerando las reacciones en su país. Muchos piensan que esto es su responsabilidad al no dar respuestas más fuertes a los primeros avances de Argentina, otro piensan que es simplemente una manera de mantener las riendas de su poder -explicó, observando a Manuel ceder lentamente con cada explicación. No esperaba que el moreno abrazara la idea del plan para protegerse de Argentina que estaban cometiendo (o traición, como probablemente lo veía la nación), pero se aliviaba de ver que tampoco oponía alguna resistencia, de seguro más que espantado con las amenazas de Pinochet.

-Y Arthur vendrá a supervisar todo, ¿No es un poco exagerado enviar a la otra nación, sólo para una escaramuza contra Argentina?

-No necesariamente -dijo reclinándose sobre el asiento, observando atentamente la expresión de Don Manuel-. Debe comprender que es necesario para Inglaterra mantener el dominio de su soberanía, se está dudando del poder de Thatcher y del país. No pueden verse débiles ante unos “sudacas” como nosotros.

Frunciendo el ceño, abrió la boca un par de veces, quedándose finalmente en silencio.

-Puede retirarse, Don Manuel. Probablemente quiera prepararse o descansar para cuando todos los países de América quieran organizarse sobre cómo reaccionar a esta guerra.

Cuadrándose (¡y cómo detestaba tener que hacerlo!) se retiró finalmente del lugar, ignorando la mirada fría clavada en su espalda.

TBC~

-Pie de página (cualquier cosa que no se entienda, me avisan y yo lo agrego :D):
*Mención a la casi guerra del 78, por las islas Picton, Nueva y Lennox, y donde la guerra se detuvo por la mediación Papal.
*Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Chilena de 1978 a 1991.
*Relación al rechazo y aislamiento político y militar que se ejerció contra Chile durante la época de la dictadura.
*Del libro “Sueños y memorias” de Gabriel Valdés. Fragmento disponible en Wikipedia.
*Insulto, según la RAE, proxeneta, según mi idea, hombre dependiente de la mujer, mantenido y en extremo flojo, y sin vergüenza.
*Referencia a la casi guerra con Argentina en el ‘78.
*Crisis cambiaria del ‘82, debilitamiento armamentista por negación de negocios con Alemania y otros países.

=historia, !-fandom: latin!hetalia, !-tipo: slash/yaoi, fics, !-fandom: hetalia, =drama, memes, +pairing: m&m (argentina/chile), retos, =angst

Previous post Next post
Up