Título: "El FFUUU de Dean Thomas" o "¡Cómo preferiría sacarme los ojos!"
Fandom: Harry Potter
Pairing: algo así como Dean/Albus Dumbledore
Advertencias: dibujos hechos para reírse de mi habilidad en paint, imágenes mentales que te marcaran, CRACK , muchísimo, por eso va con mayúsculas. Sin Betear.
Palabras: 450~
NdA: si lo ven, sea con plena conciencia de que esto no pretende ofender a nadie. Humor negro, absurdo y bastante idiota. in-a-yaoi, espero que lo disfrutes y que te rías de lo feo que dibujo xD (hecho para el amigo secreto en la comunidad kddchile)
Hace unos días una de las lechuzas de Hogwarts llegó a su casa en Yorkshire, con una carta del Director pidiéndole una cita para que hiciera un retrato de él y así perpetuar su figura en la eternidad… o algo así pretendía que hiciera, si había logrado leer correctamente. No que no supiera leer, sino que los colores de la carta lo hacían un poco dificultoso .
La última vez que se habían visto fue durante una de las exposiciones de arte que Pansy Parkinson le había organizado, quien se enamoró de uno de sus antiguos retratos de Malfoy, pagando una exorbitante suma de dinero por él, y decidiendo convertirse en su mecenas, obligándolo a mudarse a su casa. No que el arreglo le molestara, porque le pagaban por dibujar y tener elfos que hicieran todo por él era genial. Pero por favor que Hermione no se enterara de que había pensado lo último.
El asunto es que durante la exposición el director se había dedicado a seguirlo, ofreciéndole pequeños dulces de limón y comentándole sobre la última moda en calcetines con estrellas, intimidándolo ligeramente, entendiendo un poco porqué Harry podía ser un obsesivo con los calcetines, si es que cada vez que se juntaba con el director éste le decía las mismas cosas.
Pero no se esperaba la carta que le llegó, a pesar de que Dumbledore había insinuado que lo quería contratar… bueno, no sólo había insinuado eso, sino también que le gustaban sus pequeños rizos y su piel morena. Si llegara a ver a Dumbledore con la permanente hecha y con un bronceado de solárium, estaba seguro que tendría que ser internado en San Mungo, porque se volvería loco de la risa.
Sin saber qué era lo que Dumbledore quería, golpeó la puerta ligeramente, apenas oyendo un quejido, un par de ventanas o puertas golpear y el silbido furioso de Fawkes, probablemente, mientras se alejaba de la oficina de Dumbledore.
Notando la puerta abrirse, entró, sólo para ver al fénix observarlo enojado desde la ventana cerca del escritorio, antes de bufar y marcharse volando.
Nunca habría pensado que un ave pudiera observar a alguien enojado. Oh, oh, que Fawkes lo observara así le empezaba a dar mala espina. Y si Dumbledore quería algo más de todo… o era un retrato comprometedor para algún amante-que era cierto que el hombre era anciano, pero no estaba muerto y si necesitaba ayuda existían pociones… Ugh!
Espantando las imágenes de su mente… antes de que vomitara o algo peor, llamó al Director, preguntándose dónde estaría.
-¿Profesor Dumbledore?
-Por acá -respondió, obligándolo a caminar hacia una puerta, haciéndolo temer qué podría encontrar tras ella.
Oh, por las malditas bolas de Merlín!!