Título: Un nuevo nacimiento
Fandom: Latin Hetalia
Pairing: Chile, Bernardo O’Higgins, Isabel Riquelme y sus padres
Palabras: 884~
Rating: G
Género: familiar, general
Advertencias: ninguna... no hay slash? XD
Resumen: Es el nacimiento de una nueva criatura... pero no es cualquiera para Manuel.
NdA: Hay muchas personas que sienten... desagrado por Bernardo O’Higgins. Yo, por mi parte, pienso que simplemente es uno de los padres de la patria y sin él no seríamos los que somos hoy. Habrá cometido muchos errores... pero bueno... ¿qué se le va a hacer? Este fic es mi fic-canapé para
selene_nekoi (mientras termino de revisar Crimson Blood) quien estuvo de cumpleaños (el mismo día que Bernardo xD) y quien es un excelente apoyo y muy valiosa para todas nosotras. Besos
selene_nekoi !!
Era el 20 de agosto de 1778 y el caballo corría a todo lo que podía... una de las machi con la que hablaba bastante seguido le había contado de forma intrigante que ese día sería muy importante para él, y la curiosidad innata que lo caracterizaba lo apuraba aún más.
En un tono afectivo la mujer le había contado, mientras cortaba unas hojas de matico para uno de los niños del lugar, que el viento y las hojas hablaban sobre la hacienda de los Riquelme, cerca de Chillán.
Era un rumor conocido que la criatura que la hija mayor de Don Simón -María Isabel- esperaba, era el hijo ilegítimo de Ambrosio O’Higgins, quien había hecho bastante por todas las personas del país, ayudando a calmar los ánimos de los mapuches y dejando que por fin parte de todas las ideas revolucionarias que rondaban su mente se tranquilizaran y lograra dormir noches completas, sin despertarse con sueños de guerras ni peleas.
-Hola Manuelito -saludó uno de los criados de la hacienda, mientras tomaba las riendas del caballo, sonriendo al verlo saltar aceleradamente-. Tan apurao’ que vení’... ni que fuerai’ el paire ‘e la guagua.
-Shhh, no diga eso -gruñó avergonzado, recordando las conversaciones que había tenido con Martín... y las insinuaciones que Miguel Alejandro le daba, tratando de darle miedo al decir que era quien lo controlaba cuando Antonio no daba órdenes-. ¿En dónde está la misia’ Isabel?
-En las piezas del fondo... ha estao’ to’itita la mañana con las parteras... el crío salió duro pa’ nacer.
-Gracias -se despidió, mientras corría hasta las habitaciones al final de la casona. Podía ver a Don Simón esperando impaciente fuera de la puerta, mientras su mujer lo obligaba a tomarse una agüita de orégano, probablemente.
-Manuel -saludó la mujer, sentándose junto a su marido-. Si vienes a ver al hijo de Isabel vas a tener que esperar junto a Simón, que aún no quiere nacer -señaló, abrigándose más con el chal.
-Yo espero no más, misia’ Mercedes -respondió Manuel, apoyándose en la puerta, tratando de oír algo entre todo el ruido que hacían las parteras y la pobre Isabel.
Había venido a ver a Isabel varias veces durante su embarazo, siendo recibido amablemente por los padres de ésta, quienes aunque abochornados por la situación de su hija no dejaban de ver al futuro bebé como una bendición de Dios a pesar de todo.
Llevaban esperando más de treinta minutos, hasta que se escuchó el grito de alegría de una de las mujeres dentro de la habitación y el fuerte llanto del nuevo bebé de la hacienda.
Una persona más que aportaba con sus sentimientos y futura historia a la propia vida de Manuel.
-Vamos, pueden entrar -dijo una de las parteras, saliendo luego de un rato con un montón de paños sucios-. La criatura está junto a la señora Isabelita, no me los agiten eso sí -aclaró, yéndose rápidamente.
Con pasos lentos, Manuel siguió a los señores de la casona, intimidado con lo que podría ver.
Sobre la cama, se encontraba una pálida Isabel, con un pequeño bultito entre sus brazos. Dándole una sonrisa temblorosa, extendió una de sus manos, instándolo a acercarse.
Se sentía nervioso e incómodo, con los brazos torpes y la ropa sucia. Quería conocer a una de las criaturas que sabía iba a ser importante para él, pero no se sentía lo suficientemente digno para llegar hasta la cama y verlo.
-Vamos Manuel -instó Don Simón, empujándolo desde el hombro, dejándolo junto a Isabel.
-Es un niño -susurró la joven, inclinándose con el bebé hasta dejarlo a la vista del muchacho- y se llamará Bernardo.
Sonriendo, Manuel miró al pequeño que observaba todo a su alrededor, mientras oía el nombre que tendría.
-¿Puedo... puedo tomarlo? -preguntó, sintiendo el sonrojo formarse en sus mejillas al ver la dulce sonrisa de la mujer.
-Claro -respondió, ayudándolo a tomarlo bien, notando el nerviosismo de Manuel en los temblores de sus manos.
El peso tibio del bebé contra su pecho hizo que una gran sonrisa asomara a su rostro, sintiendo que algo se inflamaba en su interior al notar el rostro sonrosado de Bernardo, la pequeña pelusa de pelo colorín y los pequeños gorjeos que dejaba escapar de vez en cuando.
-Vaya Manuel... pareciera que estás listo para tener tus propios hijos, ¿no? -bromeó Don Simón, al ver la sonrisa ilusionada en el muchacho-. Después de todo tienes cuanto... ¿unos quince, dieciséis años?
-Sí -susurró Manuel, sintiendo su ceño fruncirse... tenía más años que eso... pero no le gustaba acordarse de su pasado. Quería que este pequeño que tenía en sus brazos, fuera el niño del que la machi le hablaba... del que lo ayudaría a ser libre, sin la opresión permanente de Antonio y Miguel Alejandro sobre su cuello. Quería que fuera como el niño(1) del que hablaba Martín, el que había nacido a fines de febrero...
Quería tener alguna vez un hijo, pero no quería pasar por el mismo dolor que había significado para su madre.
-Pero aún no estoy listo para tener hijos, señor -susurró, devolviéndole el pequeño Bernardo a Isabel.
Deseaba de todo corazón que la machi no se equivocara... y el pequeño fuera el líder que necesitaba. Quizá así algún día lograría tener un hijo. Quizás.
~.~
Fin.
Bien... mi primer fic de Hetalia... debo decir que me gustó escribir de Manuel... así que probablemente escriba de él nuevamente :)
Besos! y ojalá te guste el fic Charly :)
(1): Manuel se refiere a José de San Martín, quién nació ese mismo año, el 25 de febrero.
Sini~