Título: Control (Crimson Blood, ~6/10)
Fandom: Harry Potter
Pairing: Harry/Draco
Rating: NC-17
Genero: PWP
Advertencias: slash, PWP, creature!fic, vampire!Harry, masturbación y voyeurismo
Palabras: 791~
Resumen: Draco no es alguien que se deje dominar así como así. Y tiene que probar que Potter no lo va a controlar.
NdA: Vaya... me costó xD Charly, ya ves, aquí está... eres como mi Pepe Grillo personal, obligándome a hacer lo que debo xD. Te quiero!
Capítulo anterior:
I put a Spell on you Control
La ansiedad y excitación corrían por su sangre rápidamente.
La noche anterior era como un borrón en su memoria. Podía recordar el tacto frío de los dedos de Harry sobre su piel, acariciando su polla, controlando su cuerpo y haciéndolo correrse con fuerza gracias al mordisco en su labio, pero no podía recordar el rostro del tipo con que había bailado casi toda la noche. No recordaba las palabras exactas que el vampiro había dicho, pero sí sus dientes perforar su labio, bebiendo su sangre como si fuera lo más delicioso sobre la tierra.
Mirándose frente al espejo de su baño, acarició dicho labio, notando que no había ninguna cicatriz o marca en él, sonrosado y suave como siempre.
Lo que lo confundía era la capacidad que tenía Harry de obligarlo a obedecer sus órdenes. Cuando lo hizo detenerse y callarse, y aún más, cuando lo obligo a desaparecerse hasta su mansión. No había querido hacerlo, y, sin embargo, sin darse cuenta estaba en su habitación, cayendo en un sopor, quedándose dormido rápidamente, su sueño plagado de brillantes ojos verdes y dedos que rozaban su cuerpo.
No podrás masturbarte ni intentar nada con nadie, hasta que yo vuelva por ti.
La voz de Potter resonó como un eco en su mente, enfriando lentamente su cuerpo, el miedo a que esa capacidad del vampiro de doblegar su voluntad afectara su sexualidad, según lo que se le antojara al moreno.
-Es mentira -susurró Draco, acercándose un poco más al espejo, observando su cuerpo desnudo, pálido en la luz de la mañana.
El espejo era gigante, abarcando de la mitad de la pared hasta el suelo, con un grueso marco de bronce adornado con pequeños arabescos. Y lo mejor de todo es que era muggle. No tenía que soportar una voz que estuviera remarcando cada pequeño defecto que pudiera llegar a tener, ni por lo que pudiera llegar a hacer frente a él.
Deslizando los dedos por la fría superficie, sonrió por la pequeña idea que se le ocurrió.
Apareciendo un asiento frente al espejo, se sentó, dejando que su mirada recorriera cada centímetro de su reflejo, acelerando imperceptiblemente su respiración. Hacer esto siempre le había dado algunos de sus orgasmos más fuertes. Claro que ahora lamentablemente debía incluir a Potter en esa lista.
Separando lentamente las piernas, dejó que una de sus manos rozara su pecho, hasta posarse sobre su cadera, acariciando suavemente su ingle y la base de su miembro, disfrutando el lento juego de llevarse hasta el límite. Con la otra rasguñó su cuello, dejando finas líneas rojas, estremeciéndose con el ligero ardor que provocaban. Fijando su mirada en el espejo, dejó la mano bajar, masajeando sus clavículas, apretando los pezones entre sus dedos, gimiendo quedamente ante la imagen que presentaba frente al espejo.
Casi podía adivinar el rostro que pondría Potter si lo viera en este mismo momento. Quizá estaría algo asombrado en un comienzo, para luego sonreír de esa manera tan depredadora, con esos colmillos blancos insinuándose sobre sus labios, prometiendo placeres que bordearan en el dolor.
Suspirando roncamente, la mano en su pecho se deslizó, hasta sujetar suavemente sus testículos, dejando que sus dedos frotaran ligeramente ese punto entre su entrada y sus bolas, mandando una corriente de placer por todo su cuerpo.
Obligando a sus ojos a permanecer abiertos, dejó que su cuerpo se deslizara por la silla, hasta permitir que sus dedos rozaran su apretada entrada. Retirándolos un momento, tomó algo del lubricante que tenía cerca, hasta humedecerla, atormentándose con el índice, enterrándolo un par de centímetros, antes de sacarlo, repitiendo el movimiento varias veces, sin dejar de mirarse en el espejo.
Gimiendo, forzó un segundo dedo, enviando una onda de dolor rápidamente aplacada por la presión sobre su próstata, curvando ambas falanges en su interior.
Sujetando firmemente su polla, aceleró el ritmo de su muñeca mientras dejaba que sus dedos masajearan ese punto en su interior, liberando débiles jadeos, intentando respirar, demasiado excitado para controlarse, sintiendo el orgasmo apretar su bolas, arremolinándose en su vientre, toda la situación demasiado estimulante como para resistirlo.
-Merlín -cerró los ojos un momento, dejando que su cuello se arqueara, esperando una caricia que no llegaba-. Oh, mierda -gruñendo, bajó la velocidad de su mano, notando que había estado a milésimas de correrse, y que su erección había desaparecido de alguna extraña manera. Y aún peor... había deseado que alguien lo mordiera.
-Demonios... ¡estúpido Potter, cómo te odio! -gritó, su voz resonando en el baño, antes de lanzarse en la gran piscina, intentando ahogar el deseo frustrado que corría por su sangre.
~.~
-Dios, Malfoy... -gruñó Potter, cerrando los ojos, seguro de que jamás sería capaz de olvidar lo que vio. Luchando contra su deseo, retrocedió silenciosamente, desapareciendo del lugar.
Capitulo siguiente:
Seek and Destroy