Manipuladora (Daphne Greengrass) | Harry Potter

Sep 21, 2010 20:52


Título: Noches sin Luna.
Fandom: Harry Potter
Claim: Slytherin
Raiting | Advertencia: T | En está historia habra personas no tan buenas y no siempre tan mala, intereses oculto y quizá una que otro trago de alcohol. Puede que algún niño indefenso salga lastimado, tal vez encontraras malas palabras y sexo sin control, puede que ni si quiera te agrade pero así es como lo veo yo. A veces, no todos los malos son tan malos, pero otras son peores.
Summary: Slytherin no es solo astucia y ambición, es una mezcla de veneno, ideales de supremacía y pureza de sangre. Son noche sin Lunas, palabras prohibidas y búsqueda de perfección. Son ellos, sin blancos y negros.

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Manipuladora
(Daphne Greengrass)

"Yo encadeno los corazones, mas son de flores mis eslabones" Gustavo A. Bécquer

Ella no cree en cuentos de hadas, ni en historias de amores eternos y mucho menos en príncipes vestidos con sedas azules, ojos gallardos y sonrisas deslumbrantes, que viajan montados en caballos alados y en todos los casos acaban besando a la princesa de sus sueños, tras salvarle del villano de turno. Tampoco cree en la bondad de los corazones, de la cual tanto hablaban los cuentos de su infancia, ni en sus palabras de falsas esperanzas y su mundo de colores. Para ella siempre, sin importar el quién o el donde, todo ser humano actúa en pro de su propio beneficio ¿Y el amor? Alguna tontería que algún idiota invento para disfrazar la lujuria, el deseo y la pasión entre dos personas, nada más.

Así la han criado, con mano de hierro y todos los beneficios de ser la hija mayor. Nunca escucho alguna palabra de cariño por parte de su madre, solo alabanzas cuando hacia algo que la enorgullecía o regaños cuando le fallaba. Su padre tampoco estuvo con ella cuando tuvo miedo de los monstruos que se escondía en su armario y atormentaban sus sueños, o cuando corriendo resbalo y tanto su vestido como su blanquecina piel se ensuciaron con pequeñas gotitas de rojo oscuro, tras rasgarse la rodilla. Nadie nunca le mintió, pues desde un principio le mostraron el mundo tal cual era: miserable, cruel, injusto. Pintado con diferentes tonalidades de grises, sin colores.

Le dijeron lo que tenía que hacer para triunfar, como actuar ante ese mundo despiadado y salir victoriosa de cada una de esas batallas, porque ella no podía caer y ensuciar su esencia perpetuamente pura. Le enseñaron a sobrevivir, a no temer, a aplastar a cualquiera que se atravesara en su camino y a siempre conseguir lo que quisiera, sin importarle cuan tal alto fuera el precio. Y ella aprendió, deseosa de poder.

No. Ella no creía en tonterías, solo en lo que veían sus ojos y lograban alcanzar sus manos.

Y ese día lo observo todo con sus propios ojos azul cobalto, vislumbro como el tan anhelado deseo de sus padres, abuelos y generaciones atrás, se volvía realidad. Porque ella estaba ahí, junto a su honorable padre en la casa de los no tan respetables Malfoy, en el momento en el que el ministerio cayó, derrotados por las fuerzas del Señor Tenebroso. Hecho que logro sonsacarle una sonrisa a su padre. Gesto que le sorprendió, aunque su rostro no lo demostrase.

Sentada a su lado, piernas cruzadas, espalda recta y manos sobre el regazo, como toda una señorita de su clase. Ella planeaba, saboreando sus triunfos venideros.

- Esa noticia es muy bien recibida.- Cemento su padre, relajándose en el confortable sillón de los Malfoy al escuchar las nuevas buenas. - Aunque no sé si es de tú agrado Lucius, pareciera un poco… ¿Extenuado? ¿Cansado? Sin deseos de celebrarla.- Pregunto con malicia, actitud que su anfitrión percibió como lo demostraron sus hombros tensos.

“Cansado no, derrotado.” Pensó ella, sin perder detalle de la conversación.

- Han sido unos días un poco fatigosos.- Contestó el rubio, entrecerrando los ojos y adoptando un aire defensivo.

- Me lo imagino.- Volvió a susurrar su padre.

- Si.- El hombre se enderezo en su asiento, posando la mirada en ella y en su hermana quién se encuentra elegantemente sentada a su lado, para dirigirla seguidamente a su padre.- ¿Y a qué se debe que hayas decidido honrarnos con tú presencia? Hace más de año y medio que no pisabas mi casa.- Su voz es áspera, resentida.

- Vengo por negocios, como antes de que calleras en desgracia.- Explico su padre, sin perder la compostura en ningún minuto.

Lucius Malfoy apretó la mandíbula, en un gesto de desagrado.

- Bien, porque hay cosas de las que me gustaría hablar a solas.- Replico este, clavando sus ojos en ellas.

- Entonces, nosotras nos retiramos.- Dijo, captando la indirecta y el gesto de aprobación de su padre.

Se puso de pie, tomando la mano de su hermana y con pasos cortos pero rápidos se deslizo hasta la puerta que dirigía hacia los jardines, dejando ambos hombres a solas. Recorrieron los pasillos en silencio, hasta escurrirse por la puerta que los llevaría hasta un sendero bordeado por rosales blancos y decorado con esculturas en mármol, que le recordaban las leyendas de la vieja Grecia. No se detuvo hasta haberse adentrado lo suficiente para que nadie las observara, dejando libre a su hermana y examinando el lugar con una mirada.

- ¿A dónde vas?- Preguntó su hermana, cuando comenzó a moverse en la dirección en la que se encontraban los árboles.

- No tengo por qué darte explicaciones, Astoria.- Y sin más, la dejo ahí sola, seguramente disgustada.

Ella no creía en cuentos de hadas, ni en el amor y mucho menos en un mundo de colores, solo podía creer en lo que ella era capaz de hacer por conseguir lo que deseaba. Y ella deseaba su tranquilidad, no tenía ganas de volver a oír los lloriqueos de Pansy, ni las indiscretas preguntas de Millicent. Por eso debía verlo, aprovechar la oportunidad que aquel día le ofrecía y aseverar su posición.

No lo hacía por altruismo, por ser una buena amiga o algo por el estilo, lo hacía por una razón más egoísta. Su razón.

- Sabía que te encontraría aquí.- Dijo, deteniendo sus pasos frente a un roble de gran tamaño, seguramente de cientos de años.

- ¿Qué haces aquí, Daphne?- Pregunto Draco Malfoy, sentado entre las raíces con la mirada perdida mientras que sus manos jugueteaba una y otra vez con su varita. Parecía cansado, ojeroso, como si llevara días sin que pudiera dormir.

- ¿Por qué no le contestas la malditas cartas a Pansy? La haces desgraciada y por lo tanto a mí también.- Directo al grano, como su padre le había enseñado. Le apunto con un dedo en señal de acusación, llevando una mano a su cintura.- Llevo días aguantándome sus berrinches, su depresión y sus rabietas cuando las lagrimas se le acaban ¡Estoy harta, ya no puedo más!-

- Nunca pensé ver el día en el que Daphne Greengrass se preocupara por algo más que ella misma y su ego.- Contesto el rubio, posando por primera vez su mirada en ella.

- Si hablamos de ego, el tuyo opaca el mío en cualquier ocasión.- Llevo sus manos a su cadera, sonriendo ladinamente.- Sabes muy bien que no estoy aquí por ella, si no por mí salud mental. Esa chica me va enloquecer.-

- Eso no es mi problema.- Respondió el aludido, acomodándose nuevamente entre las raíces del roble, dispuesto a ignorar a la recién llegada.

- Lo es, al menos que quiera que tú vida sea una mierda a partir de ahora.- Amenazo la muchacha, extrayendo su varita de uno de los bolsillos de su túnica.

- Mi vida ya es una mierda, Greengrass.- Siseó, dirigiéndole una mirada envenenada.- No necesito que tú la jodas más.-

- Bueno, entonces ya sabes que hacer: escríbele. Calma sus ansias, dile lo que quiere oír y líbrame de esta tortura.-

- ¿A cambio de qué? - Le interrogo el chico, poniéndose de pie. Ante sus ojos se alzaba un Draco Malfoy más delgado, pálido y demacrado de lo que recordaba, ella no retrocedió a pesar de que nunca lo había visto así.

- ¿Qué quieres? ¿Dinero? No, eso ya tienes y en muchas cantidades ¿Sexo? Discúlpame, pero no estoy tan desesperada para revolcarme contigo ¿Dignidad? Pues sí, la necesitas. Estas hecho una mierda.- Saboreo el veneno entre sus labios, después de todo si alguien debería catalogarse como la princesa de Slytherin no podría ser Pansy, si no ella.

- Estas jugando con fuego.- Le amenazó el rubio, dando un paso hacia ella.

- Siempre me ha gustado jugar con cosas peligrosas, y nunca he resultado herida.- Ella cruzo sus brazos a la altura de su pecho, irguiéndose en toda su altura.- ¿Entonces, qué quieres?-

- Esto.-

Y sin siquiera darle tiempo de reaccionar, el rubio zanjo la distancia que le separaba de ella, la tomo de la cintura y cubrió sus labios con los suyos. Al principió la aspereza de su piel por una barba que comenzaba a crecer le lastimo, más no así la lengua del rubio que humedeció sus labios antes de morderlo levemente, provocándole un gemido de dolor entremezclado con placer. El cual él aprovecho para introducir su lengua en su boca, tan deseosa de explorar nuevos territorios que empezó a moverse al instante con destreza en su interior.

Era un beso cargado de necesidad, de descontrol y con el deseo de someterla, en vez de ser él el subyugado. Pero ella orgullosa, no se dejo avasallar, respondiendo el beso con mayor pericia que el mismo Malfoy. Lo beso hasta que supo que sus labios ardieron y su garganta empezó a arder por falta de aire, mientras que las manos del chico comenzaron a quemar, bajando por su espalda y posándose en sus caderas, deseosas de mucho más. Se besan hasta que siente el sabor metálico de la sangre al entremezclarse con su saliva y los gemidos que disfrazan un trato entre ello. Se besan, hasta que él se aparta y la mira a los ojos, mejillas sonrojadas por el calor que invade su cuerpo y sabe que ella es capaz de avivar si quisiera.

- Listo, ya tienes lo que querías.- Dijo, apartándose del rubio mientras se limpiaba la sangre de los labios. Maldito cabrón, la había mordido más fuerte de lo que imaginaba.- Espero que Pansy reciba una carta tuya está noche.-

- Como quieras…- Susurro Malfoy, dándole la espalda y regresando a su lugar en el árbol.

Ella cabeceo afirmativamente, sus cabellos rubios cobrizos ondeando a causa de una brisa fría, que anunciaba el fin del verano.

- Una cosa más Malfoy.- Le advirtió, dando media vuelta y ladeando un poco la cabeza solo para observarle encima de su hombro.- Lo que paso aquí, nunca lo vallas a comentar con Pansy.-

- ¿Te preocupa herirla?- Le preguntó, ella dándole la espalda y sin querer mirarlo.

- No, me preocupa más que luego arruine mi juego por venganza.-

Él no le respondió al instante, más ella no se movió de ahí. Esperando.

- ¿Cuál es tú verdadera razón para todo esto, Daphne?- Le interrogo, curioso.

- Asegurar mi futuro, Malfoy.- Sonrió, una sonrisa ladina que él joven nunca observo.- Encadeno corazones…-

- Pero tus eslabones no son flores, son espinas que se clavan en los puntos exactos.- Comentó el rubio, recordando una frase que hace mucho escucho de los labios de Pansy.- Eres lista Greengrass ¿Quién más te debe algún favor?-

- Eso es algo que no te voy a responder. Hasta luego, Malfoy.-

Sin siquiera mirar atrás, retorno su camino hacia la mansión, donde su hermana la esperaba paciente en la entrada.

Ella no creía en cuentos de hadas, ni en historia de amor y mucho menos en la gracia de los corazones. No, ella solo creía en lo que sus manos conseguían, en las riquezas que las rodeaban y en favores que pueden ser cobrados en un futuro, asegurando su bienestar. No había colores en su mundo, ni miel o flores de colores. Su mundo era de un gris oscuro, lleno de venenos y serpientes, de espinas que podían hacerte daño, o protegerle si sabía en donde ubicarlas.

Y aquel día, cuando el ministerio cayó y su padre sonrió complacido, había movido las piezas de aquel juego en su beneficio. Pansy era suya gracias a su intervención, junto con Malfoy que seguramente ahora, querría volver a probas los labios que por tantos años le había negado y solo ese día, le había dejado saborear. Solo un poco, lo suficiente para incitar el deseo, que como un veneno es capaz de nublar la mente de cualquier humano. Ambos estaban en sus manos.

Ella encadenaba corazones y no se arrepentía de usarlos a su favor.

Viñeta que responde a la tabla Quote II de la comunidadlajugueteria

:)

tabla: quote ii, ti: noches sin luna, claim: slytherin, personaje: daphne greengrass, comunidad: lajugueteria, ~ drabble!

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