Mí primera incursión en este fandom, y con un pairing que se ha ganado mi corazón. Espero que lo disfruten :D
Título: Llamada después de la medianoche
Fandom: Resident Evil
Pairing: Leon | Claire
Raiting | Advertencia: K | Ninguna, por el momento.
Summary: Después de la medianoche las pesadillas se vuelven más reales, y ella necesitaba saber que él estaba bien.
Llamada después de la medianoche
“Don't know how much time has passed
All I know is that it feels like forever”
Through Glass. Stone Sour
Claire soñaba. Reviviendo recuerdos que hace años había enterrado en lo más profundo de sí, pero que a la vez mantenía latente cada día en su pecho, otorgándole la fuerza necesaria para luchar por lo que ella creía correcto. Aun dormida, su cuerpo se removía entre las sabanas azules, sudado, mientras que el miedo iba desfigurando cada rasgo delicado en su rostro y sus manos se aferraban a su almohada, como si está fuera el único salvavidas que aun la mantenía a flote en el mundo de Morfeo. Su ultimo sustento para no perder la cordura entre el oscuro y vil mar que se habían convertido sus memorias.
Soñaba. Aunque más que un sueño, su subconsciente solo podía catalogarlo como una horrible pesadilla. Porque solo una pesadilla la podía devolver a las calles apestadas de muertos andantes de Raccoon city, con el persistente olor a carne quemada y putrefacción, a desolación. Y ella volvía a ser la jovencita de a penas diecinueve años de aquel entonces, solo armada con un cuchillo y aterrada por encontrarse inmersa nuevamente en una película de terror, justo como la recordaba. Pero en esa quimera, en esa ilusión, ella estaba sola. Sin Sherry, sin ningún ser aun vivo a su alrededor… Sin León.
Sus labios temblaron aun sin despertar, a la vez que una lágrima solitaria se escapaba de entre sus parpados fuertemente cerrados y descendía por su mejilla hasta humedecer sus sabanas. Estaba sola, atrapada entre las paredes de una comisaria, asechada por muertos andantes y monstruos, que hasta ese entonces, solo habían existido en lo más oscuro e insano de su imaginación. Aberraciones que se acercaban a ella en silencio, paso a paso, saboreando su miedo. Quiso gritar, luchar, hacer algo más que llorar y esconderse en una esquina, pero no pudo porque él aun estaba en sus brazos y ella se negaba a soltarlo. Él, que en sus sueños yacía herido, quizá muerto; abandonándola en aquella pesadilla, dejándola completamente sola a merced de aquellos que se esconden en la oscuridad.
Apretó como pudo el cuerpo inerte de León, acercándolo hacia su pecho y cerró los ojos, aun con lagrimas, en momento que los primeros dedos putrefactos la rozaron. Gritó, su fin había llegado.
El grito escapo de entre sus labios, en el momento que abrió los ojos nuevamente, rompiendo con la quietud en la cual se encontraba sumergida. Su cuerpo sudoroso, débil, tembloroso. Se removió entre las sabanas, provocando que estas se enredaran entre sus piernas torneadas y evitaran que se incorporara al instante, y tuviera que luchar un poco más para poder ser libre de su agarre. Trato de calmar el ritmo de su respiración, aun agitado, inhalando y exhalando lentamente. Sus ojos tardaron un poco en acostumbrarse a la falta de luz, pero al hacerlo se encontraba otra vez en su habitación, a salvo.
Se llevo la mano al corazón, aturdida, sintiendo como los latidos de aquel órgano sanguinolento parecían no querer detenerse. Lo cual era normal, después de todo, había tenido una de las pesadillas más aterradoras que haya tenido tras su experiencia en Raccoon, ya hace siete años. Dejando escapar un suspiro, tanteo la mesita de noche al lado de su cama, hasta encontrar el encendedor de una pequeña lámpara que tuvo que comprar hace años, cuando se dio cuenta que las pesadillas de lo que había vivido la iban a perseguir hasta su muerte. Tanto los sucesos de Raccoon, como los de la isla Rockfort y recientemente los de Hardvarville.
- Más de siete años, y yo aun tengo miedo.- Susurro para sí misma. Rodeo sus piernas con sus brazos, atrayéndolas todo lo que pudo hasta su pecho y dejando caer su cabeza sobre sus rodillas, tratando de calmar aquellas lagrimas que seguían insistiendo en escaparse de sus ojos.
“León” Pensó, logrando que su corazón acelerada nuevamente sus latidos.
Está vez había sido él quién protagonizara sus sueños. No le era raro tener aquellas pesadillas donde algún ser querido resultara herido, o mucho peor, muerto ante sus ojos. Sin embargo, tras tantos años de estar distanciados por sus respectivos trabajos, por muy buenos amigos que alguna vez hubiera sido, hace tiempo que León no formaba parte de sus pesadillas. Siempre era Chris, Jill, Sherry, o sus amigos más cercanos; a veces, hasta soñaba con Steve. Pero León hace tiempo que no formaba parte de sus pesadillas y tenerlo de regreso, solo le dejaba un peso muerto en el estomago, igual que un nudo en la garganta que le impedía respirar libremente. Dolía; después de todo, quién en su sanó juicio desearía ver a uno de sus amigos más queridos muerto en sus brazos.
No podía quedarse así, tenía que saber si el agente del gobierno se encontraba bien. Lo necesitaba, al menos si deseaba a volver a conciliar el sueño y el control, en el compás que marcaban los latidos en su pecho.
Tomó su móvil, sin estar segura de lo que estaba haciendo. Marco el número que su amigo -Porque aun podía llamarlo su amigo ¿verdad?- le había dado hace unos días, tras los eventos de Hardvarville, para mantenerse en contacto a pesar de sus respectivos trabajos, misiones y visiones, ante aquella guerra contra el bioterrorismo. Escucho como al otro lado de la línea está repicaba, espero unos segundos y cuando comenzaba a dudar de sus acciones, percibió como alguien respondía a su llamada.
- Diga- La voz de León resonó al otro lado de la línea, segura.
- León, soy yo. Claire.- Respondió suavemente, dejando escapar un suspiro.
- ¿Claire? ¿Paso algo?- Preguntó el agente, al parecer preocupado. No parecía dormido, a pesar de que hace más de veinte minutos que su reloj digital apuntaba las dos de la mañana.
- No, solo… Solo quería escuchar tú voz.- Dijo, sintiéndose realmente tonta por hacerlo y a la vez, sacando el valor que le había faltado en su pesadilla.- Necesitaba asegurarme de que estabas bien.- Afirmo, más para ella misma que para él.
- Claire…- León se mantuvo nuevamente en silencio, antes de volver a hablar: - ¿Qué pasa?-
- Nada, en serio. Estoy bien.- “Y tú también” Quiso decir, pero se cayó justo en el momento adecuado. Esa conversación se estaba tornando realmente incomoda, al menos para ella.
- Claire…- Volvió a repetir el agente, con ese mismo tonó de voz que demandaba una respuesta. El mismo que utilizaba para saber que le pasaba, cuando ambos recorrían los EEUU huyendo de Umbrella.
- Tuve una pesadilla.- Sonrió tristemente al pensar lo infantil que había sonado aquello, a pesar que había pronunciado cada palabra tan seriamente como la situación lo requería.
Espero paciente hasta que el hombre le contestara, sintiéndose realmente estúpida por haberlo llamado. Debía habérselo pensado mejor antes de actuar, ella siempre tan cabezota e impulsiva. Suspiro, al menos aun podía terminar aquello con algo de dignidad.
- Lamento haberte molestado por algo como esto, yo mejor…-
- Yo también tengo pesadillas, Claire.- Le corto el agente, seco, pero obviamente preocupado.- ¿Qué soñaste? - Preguntó.
Con su brazo libre aferro las sabanas, atrayéndola hacia ella.
- Volvía a estar en Raccoon city, pero en está ocasión no había más nadie a parte de todas aquellas aberraciones y nosotros. - Cerró los ojos, volviendo a recordar aquella escena.- Pero estabas… tú estabas… y yo te aferraba con mis brazos, no podía dejarte pero tampoco podía hacer nada por mí.- Termino, sintiendo como las silenciosas lagrimas volvían a recorrer su rostro.- Tuve miedo por ti, por mí, y yo no podía hacer nada. Estaba completamente sola.-
Pudo imaginárselo asentir, silenciosamente, mientras procesaba sus palabras. Aun se sentía algo tonta, pero por alguna razón, el haberse desahogado comenzaba a tranquilizar a su frenético corazón.
- Soy una niña, una niña muy débil, no debería haberte molestado por algo así.- Afirmo, sin esperar contestación del agente.
- No eres ninguna niña, tan solo eres humana, Claire. Tan humana como lo puede ser tú hermano, tus amigos o yo. Y como humanos tenemos miedos, a veces dudamos de nuestras capacidades, pero yo tengo plena confianza en ti. Sé que eres fuerte- Le expresó, suavemente.- Además, no tienes nada porque preocuparte. Yo nunca te dejaría sola.-
Conmovida por las palabras del agente, soltó las sabanas y cerro lentamente los ojos, dejando que una sonrisa borrara la melancolía en su rostro. León no era un hombre de palabras, si no de acciones; pero no cabía duda de que cuando las usaba, sabía cómo.
- Gracias, León.- Reconfortada, supo que había hecho lo correcto al llamarlo.- Creo que es mejor que trate de dormir nuevamente y te deje descansar.-
- No te preocupes, igual yo tampoco podía dormir.-
Ella asintió, entendía a lo que se refería.
- Mejor te dejó, estamos en contacto.- Dijo, en una promesa implícita de volverlo ha llamar.- Nuevamente: gracias.-
- Ya te dije que no te preocuparas.- Le contesto su amigo, indudablemente un poco más relajado.- No dudes en llamarme si me necesitas, pelirroja.- Ella rió.
- Te extrañaba…- Le susurro.
- Yo también.-
- Adiós León.-
- Hasta pronto, Claire.-
Y sin necesidad de más palabras, ambos terminaron la llamada al mismo tiempo.
Claire se dejo caer nuevamente en su cama, mucho más calmada. Cerro sus ojos, deseando volverse a dormir sin malos sueños está vez. La luz en su mesa aun encendida, el celular cerca de ella y la refrescante brisa que se colaba por su ventana, estaban ahí dispuestos a velar su sueño.
Aquella noche ella soñaría con un amanecer, Sherry caminando a su lado y León un poco más atrás, siempre vigilante. No, en aquel sueño no estaba sola, León estaba ahí con ella. Sin saber, que en otro lugar, León también dormiría tranquilamente, como hace meses no lo hacía.
One shot que participa en
quinesob .