Sep 12, 2008 11:09
Sentada en esta cafetería de ciudad de costa,
teniendo tan cerca el mar aquí y ahora,
respirando el perfume que desprende,
te escribo desde el verano.
Porque hoy es septiembre, pero igualmente verano.
Y te escribo ahora para que en invierno
no te olvides de lo que ansiabas que el frío llegara
que el calor de ti se alejara.
Te escribo para no olvidar que hasta el incomprensiblemente deseado invierno llega.
Que atrás quedarán las largas noches insomnes por el calor,
y las botellas de agua fría embotellada avasallando el refrigerador.
Los pies descalzos se calzarán ante el desencantador atractivo del zapato abrigado.
Pero a toda costa, y sea como sea, se irá el verano.
Volverán los días cortos, tan cortos que hasta apacibles.
Y la rutina, la perfecta rutina,
la saludable rutina a la que sólo echamos de menos cuando se olvida de nosotros,
y nos deja estancados durante el tiempo que estime oportuno,
pareciéndonos éste infinito, desmesurado... eterno.