Disclaimer: Dissidia Final Fantasy no es mío.
Personajes: Tidus, Firion
Género: Espiritual (?), Amistad
Clasificación: G / K
Advertencias: Mención indirecta al Blitzball del Final Fantasy X. Si no lo jugaron, quizás se pierdan un poco, pero tampoco creo que tanto.
Palabras: 392
Beta:
ter_killer ,
yin_tiempo Nota: Para el
histeria_fandom Agua. El agua le recordaba algo. Pero, ¿qué? ¿Qué era eso tan nostálgico que le provocaba un leve retorcijón en el estómago cada vez que la lluvia rozaba su piel? Tidus estaba seguro de que no había sido algo malo. Se sentía cómodo bajo el agua y la lluvia, como si en ellas hubiera realizado actividades… divertidas. Algo que a la vez lo llenaba de adrenalina y a su vez lo reconfortaba. Como consecuencia, cada vez que las nubes sepultaban al cielo y comenzaban su llanto, el joven no perdía su oportunidad para dejar que la lluvia lo acariciase. No importaba si se trataba de una llovizna tímida o una tormenta; deseaba encontrar en su mente qué era aquello que lo atiborraba de felicidad. Y aquella vez no había sido la excepción.
-¿Qué haces ahí?
Tidus abrió los ojos y se volteó para encontrarse con Firion, quien, resguardándose bajo su capa celeste, lo miraba curioso.
-¿A qué te refieres? -Firion levantó una ceja, mitad divertido, mitad incrédulo.
-Pues no es muy común quedarse a empaparse bajo la lluvia, generalmente las personas buscan resguardarse de ella. Y es más raro todavía verte tranquilo a ti, Tidus.
Éste rió algo avergonzado, rascándose la nuca.
-Es verdad.
Firion le otorgó unos segundos, pero, curioso y algo impaciente, volvió a preguntar:
-Entonces, ¿qué haces ahí?
-Pues… es complicado de explicar. Esto va a sonar como una locura, Firion, pero es que la lluvia… me trae recuerdos de algo que no puedo recordar -hizo una pausa para analizar lo que había dicho. Si bien sonaba raro, era exactamente lo que le ocurría-. Es muy nostálgico… y me da rabia no poder encontrar esas memorias en mi cabeza.
El otro guerrero de Cosmos dejó escapar una risa suave.
-No eres el único al que algo así le sucede, Tidus -Firion llevó una de sus manos cerca de su pecho para que una rosa, como un fantasma, apareciera entre ambos-. Yo… también tengo espacios en blancos en mi mente. Esta rosa salvaje ha sido mi única pista hasta ahora, como ha sido el agua para ti, pero…
-Creo que esto no se resolverá hasta que volvamos a casa -lo interrumpió con suavidad Tidus, completando la idea del otro.
-Terminemos con esta guerra pronto.
Determinados, enfrentaron miradas y asintieron. En sus respectivos hogares, aguas y rosas los aguardaban.
Personajes: Kain Highwind, Cecil Harvey.
Género: Drama
Clasificación: G / K
Advertencias: Spoilers del Final Fantasy IV. Gran, gran juego.
Palabras: 232
Beta:
ter_killer Nota: Para el
histeria_fandom El aire y todos sus elementos allegados (brisas, vientos, tornados, corrientes; todo lo que estuviese relacionado con poner al aire en movimiento) eran el lugar de preferencia de Kain. Algo obvio, puesto que era un caballero dragón, y había sido entrenado para ello. Nada había como saltar de roca en roca, buscar el punto más alto del campo de batalla para precipitarse desde allí y atacar a sus enemigos, sentir el viento en cualquier dirección azotar su rostro. El mundo podría agotarse allí y Kain estaría bien con ello.
Excepto que aquella vez estaba sufriendo por eso que tanto amaba.
Había sido una propuesta a la cual no había podido negarse, a pesar de haberlo querido. Para lograr recuperar por lo menos algunas de sus memorias, sus compañeros, los otros caballeros de Cosmos, habían sugerido un combate, si se podría decir amistoso, con Cecil. Un enfrentamiento entre dos guerreros del mismo mundo podría despertar aquellos recuerdos latentes. El paladín había aceptado sonriente, como de costumbre; en cambio, Kain dio su consentimiento de manera reluctante.
Porque Kain recordaba. No todo, por supuesto, pero lo suficiente como para ser consciente de que alguna vez había dañado a Cecil. Y si el paladín recordaba la traición, ¿influiría aquello en su relación con el resto y, más importante aún, con el mismísimo Cecil?
Por primera vez en su vida, saltaba con duda y caía con temor.