Disclaimer: La saga "SMT Persona" le pertenecea ATLUS, así como la canción "Digital Love" a Daft Punk.
Personajes: Akihiko Sanada x Minako Arisato (Protagonista mujer)
Género: Romance/Humor
Clasificación: PG / T
Advertencias: -
Palabras: 874
Beta:
yin_tiempo Nota: La siguiente serie de Oneshots/Drabbles está dedicada a mi amiga
haruko_hi , que la pidió en un meme que hice hace tiempo :3 Todos se resuelven alrededor de Minako (el nombre que yo tomé como canónico para la protagonista del "Persona 3 Portable"), su reproductor de mp3 y diferentes personajes masculinos de la serie.
El meme consistía en publicar una canción y que aquellos que deseaban que les escribiese un fic, escogieran una línea de la letra de ésta y me diesen un pairing para hacerlo. Como dice más arriba, mi canción fue "Digital Love" de Daft Punk. Y he ahí el título.
Gracias por tomarse su tiempo para leer la nota :D
Oh, I don't know what to do
Frustrado, Akihiko mandó a volar el libro sobre cómo enfrentar a las mujeres. Éste cayó al piso abierto, haciendo que las hojas se doblasen un poco. El joven boxeador se tiró de espaldas sobre su cama y resopló.
Le había empezado a gustar la valerosa líder del grupo y él no sabía ni cómo tomar cartas en el asunto. Había intentado oyendo programas de radio, viendo algunas series románticas y leyendo libros como el que había revoleado hacía unos instantes. No obstante, nada le enseñaba a tomar coraje para dirigirse a la muchacha.
Quizás debía preguntarle a alguien por alguna clase de consejo. Pero la pregunta era: ¿a quién? Desde el principio quedaban descartados sus compañeros del equipo de boxeo, Akihiko no quería convertirse en el hazme reír, más todavía siendo el capitán. También eliminó automáticamente de su cabeza el preguntarle a esas jóvenes que vivían en su sombra, sus aullidos se tornarían más insoportables de lo que ya eran y no quería poner en peligro a Minako.
Pensó, entonces, en recurrir a alguien más cercano. ¿Shinji? No, seguramente haría alguna clase de comentario sarcástico. ¿Junpei? No, tampoco. Aunque éste era el más allegado a ella y quizás era quien mejor podría aconsejarlo, no confiaba en su bocota. ¿Ken? No, menos todavía; porque si bien el niño era bastante maduro, Akihiko era un modelo a seguir para él. Quería conservar ese elevado lugar en la mente del más joven de SEES. Incluso pensó en Koromaru, ya que el can era muy inteligente, pero él no comprendía el lenguaje de los perros. Y no se sentiría cómodo con Aigis de traductora.
Fugazmente reflexionó sobre su situación y se preguntó si no le estaba dando demasiadas vueltas al asunto. Siguiendo un fuerte impulso que apareció de la nada (o tal vez de toda aquella frustración acumulada, la cual empezaba a hacérsele insoportable, no estaba seguro realmente), se levantó de un salto de la cama. Había visto a Minako en la sala de estar de la planta baja, y ahora sus piernas se encaminaban hacia ella.
Ya era hora de acabar con esta batalla, darle un golpe final para terminar el round; así saldría vencedor. Y la reclamaría como su bien merecido trofeo. Bajó los escalones de dos en dos, y antes de que pudiese caer en la cuenta, ya se estaba acercando a ella. Estaba sola, ojeando una revista, por lo que Akihiko supo que la oportunidad para encararla se le había postrado a sus pies. Se le acercó sin mucho preámbulo:
-¿Minako?
Ella levantó la vista y su rostro se iluminó al verlo. Acto seguido se quitó los auriculares de sus oídos. A Akihiko le encantaba eso de ella: siempre tan respetuosa y entregada a los demás.
-Oh, sempai. ¿Qué tal?
-Bien, gracias. ¿Y tú, Minako? -sintió cómo de a poco la tensión iba poseyéndolo, poniéndolo algo nervioso. Pero ese día estaba decidido a cambiarlo todo.
-¡También! ¿Necesitabas algo?
Era el momento de la verdad. Akihiko tomó aire, se armó de valor; pero no pudo decirle nada. Se quedó rígido en su lugar, mirándola fijo, mientras ella esperaba la respuesta a su reciente pregunta. Pero no hubo palabra que él pudiese modular, sus nervios lo habían encadenado a la mudez. Y Minako ladeaba la cabeza como una gatita, tratando de adivinar qué vendría después del inicio de impulso que había atestiguado. Sin embargo, empezó a preocuparse por él.
-¿Sempai? ¿Sucede algo?
-¿Eh? ¡Ah…! -pero esos monosílabos sólo lograron incrementar la inquietud de la líder y que su sonrisa desapareciese de su rostro.
-¿Akihiko-sempai…? ¿Qué te ocurre? ¿Te duele algo?
-¡No, no me ocurre nada! -esta reacción precipitada, que sólo había tenido efecto una vez que Minako se había levantado de su lugar en el sillón para acercársele, la asustó un poco.
-¿En serio? -se mostró escéptica-. ¿De verdad estás bien?
-¡Sí! Es que sólo me olvidé qué iba a decirte -sabía que esa mentira barata no la convencería, pero necesitaba escaparse de ahí antes de empeorar las cosas-. Pero ya lo recordé: quería saber si podías avisarle a Iwasaki que esta semana los capitanes de todos los equipos tendremos una reunión. ¿Me harías el favor?
Minako se tomó unos instantes para analizar lo oído. Akihiko pensó que su comportamiento la estaba desconcertando, más cuando se había tratado de comunicarle algo tan sencillo como eso.
-Claro, mañana la veré, no te preocupes -una sonrisa pequeña se instaló en su rostro-. Se lo haré saber tan pronto como la vea.
Akihiko se disculpó por comportarse de esa manera y le agradeció con rapidez, todo para huir a su habitación. Una vez allí, cerró la puerta y se sentó sobre el piso, más frustrado de lo que había estado en un principio. Después de pasarse una mano por su corto cabello, recorrió su dormitorio con la vista.
Allí, en el mismo lugar donde lo había dejado, estaba el libro que había despreciado antes de fallar rotundamente. Creyó que de alguna manera el conjunto de tapas y papel yacía ahí para burlarse de él. Sin pararse, estiró su brazo para tomarlo y leerlo. Quizás no le explicaría cómo tomar coraje, pero Akihiko tenía una leve esperanza de encontrar algo que le enseñase a dar la revancha.