La tenencia de España
Título: La tenencia de España
Género: Humor (?)
Clasificación: G / K
Advertencias: -
Palabras: 232
Notas: Escrito para el crack_and_roll
-Así que… empezaste a salir con Toñi, Ita-chan -comenzó peligrosamente Gilbert mientras se apoyaba sobre la mesada donde Lovino se encontraba cocinando. Sus ojos marrones lo miraron con desprecio, pero sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso.
-Sí -contestó con simpleza pero de muy mala gana. Por supuesto que iba a responderle de esa manera. Sabía que el prusiano había venido a hablarle sobre su amigo: estaba claro que no quería que el tiempo que pasaba con el español y el francés se redujese. Y que además fuese el hermano mayor del idiota de las papas que tanto detestaba no mejoraba para nada el panorama.
-Bien… -pensó un poco lo que iba a decir, al mismo tiempo que observaba al italiano preparar los ingredientes con los que haría la salsa de pizza-. Entonces sabes muy bien por qué he venido a hablar contigo, ¿no?
-Seh -comenzó a molestarse.
-¡Excelente! Me alegra que nos entendamos. Porque, como ya sabes, Antonio es un muy querido amigo mío y…
De repente un tomate en la boca de Gilbert impidió que siguiese hablando.
-Lo sé. Ustedes pueden tenerlo los fines de semana, yo me lo quedo el resto de los días -y dirigiéndole una última mirada de soslayo, continuó cocinando.
El de cabellos grises se removió la fruta de la boca y sonrió. Acto seguido, desapareció de escena comiendo el tomate como una manzana.
Género: Humor (?)
Clasificación: G / K
Advertencias: -
Palabras: 232
Notas: Escrito para el crack_and_roll
-Así que… empezaste a salir con Toñi, Ita-chan -comenzó peligrosamente Gilbert mientras se apoyaba sobre la mesada donde Lovino se encontraba cocinando. Sus ojos marrones lo miraron con desprecio, pero sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso.
-Sí -contestó con simpleza pero de muy mala gana. Por supuesto que iba a responderle de esa manera. Sabía que el prusiano había venido a hablarle sobre su amigo: estaba claro que no quería que el tiempo que pasaba con el español y el francés se redujese. Y que además fuese el hermano mayor del idiota de las papas que tanto detestaba no mejoraba para nada el panorama.
-Bien… -pensó un poco lo que iba a decir, al mismo tiempo que observaba al italiano preparar los ingredientes con los que haría la salsa de pizza-. Entonces sabes muy bien por qué he venido a hablar contigo, ¿no?
-Seh -comenzó a molestarse.
-¡Excelente! Me alegra que nos entendamos. Porque, como ya sabes, Antonio es un muy querido amigo mío y…
De repente un tomate en la boca de Gilbert impidió que siguiese hablando.
-Lo sé. Ustedes pueden tenerlo los fines de semana, yo me lo quedo el resto de los días -y dirigiéndole una última mirada de soslayo, continuó cocinando.
El de cabellos grises se removió la fruta de la boca y sonrió. Acto seguido, desapareció de escena comiendo el tomate como una manzana.