Así lo ha títulado un columnista de El Mundo. El Mundo, como todo el mundo sabe, es sensacionalista. Escribe lo que se vende. Casi siempre se espera que sea de derechas, pero el artículo tiene su qué. Tiene su toque de esperanza, quizás la rabia y la energía que necesitamos para seguir. Lo llama
Burgos Revolution y termina con la pregunta abierta
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Como ves, yo también me estoy volviendo muy radical. Pero estoy aprendiendo much ode violencia estos días. Toda la violencia que ha salido de las manisfestaciones han sido contra contenedores, escaparates de bancos -el Santander y el BBVA -, la caseta de los obreros y el cristal de una marquesina. Aunque eso no sé si fue una piedra o un pelotazo. Nos tachan de violentos y ¿qué hemos violentado? Cosas, objetos. Ellos, los de arriba, nos violentan todos los días desde el amparo de su ley; y los antidisturbios han sacado las porras y sus pelotas de goman que ni siquiera tiran al suelo. La violencia es el lenguaje que utilizan desde arriba, y el único que entienden. La batalla campal del fin de semana se saldó con una serie de heridos en la policía, vale, pero te aseguro que muchas piedras no es que fueran. Sobre todo porque piedras, vale, sí, hay, pero en realidad hay rocas que una sola persona no puede levantar. Y ahora mismo, no les detracto, porque entiendo perfectamente que si la violencia es lo único que te queda para salvar tu dignidad, que es lo único que te queda ya, se hace.
Violencia también son la caza de brujas de ayer y el toque de queda que instauraron de pronto sin ni siqueira declararlo con antelación. Como decía en el comentario anterior, lo que está pasando es de película. Lo de ayer fue tan brutal y tan injusto que hasta quien no se había movilizado, lo hizo. A demasiado gente le hirvió la sangre el ver cómo golpeaban a una mujer, para detener a su hijo que justo llegaba a casa y ni siqueira había estado en la mani. Tienen que salir los abuelos a defendernos, porque cargan con todo joven que ven, y ni siquiera los mayores están seguros, porque también atacan a los que pillan solos. Entran en los portales y sacan a patadas a la gente, o se meten en ellos para dar cobijo a personas que luego detienen.
Hoy, mientras el alcalde dice que han paralizado la obra, tenemos -contadas, que probablemente haya más -30 lecheras aquí, y en la zona 0 -el muro y el agujero -hay un poli a cada 6m. Las callejuelas de Gamonal están todas cortadas con policías, y han convertido el barrio en una ratonera. A mí mis padres no me dejan a ir. Mi padre me dice que no es juego y vaya con cuidad, y mi madre que no pierda de vista "a los grises". Y me lo dice así, cuando los dos no son nada radicales, y hasta hace unos días estaban a favor del bulevar. Pero las represiones han revuelto las conciencias a muchos, y en esta ciudad nos conocemos todos. Es muy difícil no sentirte unido a la desgracia de alguien.
Creo que este comentario se me ha ido de las manos, perdona. Pero es que las ganas de desahogarme han podido conmigo.
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