(Fanfic) Heroe (Kazuya x Masashi)
Masashi no me pertenece, Kazuya si >D lalalala
HEROE.
Como un libro
Que no sabes el final
Y te asusta lo que lees
Así la vida es
Cuando naces
Ya te expones al dolor
Y de a poco y con valor
Logras crecer
Masashi observaba desde su posición como sus hermanos y los amigos de ellos corrían de un lado al otro en las amplias canchas de tenis. Sonrió y continuó leyendo un libro que abierto en su regazo le había llamado la atención, pero durante los pocos minutos que levantaba su vista, observaba con intensa calma al muchacho de más de veinte años cortando leños a pocos metros de él.
Kazuya Sanada era un joven de admirar, su postura, su vida, todo en él daba un lujo a la visión, simplemente con saber de boca en boca su historia no dejabas de observarle por más que le temías, más de lo que todos creen. Sonrió y quiso continuar leyendo, pero simplemente no podía, sus ojos te observaron un segundo y creíste sonrojar, en esos momentos no hiciste más que bajar tu visión para evitar cruzarte con esos hermosos zafiros que había heredado de su madre.
Y como un libro el corazón
Nos enseña que hay temor
Que hay fracasos y maldad
Que hay batallas que ganar
Y en cada pagina el amor
Nos convierte en luchador
Y descubres lo común
No hay un héroe como tu
Tenías que admitir que te habías enamorado de él, su grandeza, su perspicacia y forma de enfrentar la vida. Sus más de veinticinco años te llamaba la atención, porque, a pesar de la apariencia levemente avejentada de su padre, él no parecía envejecer, al contrario, al revés, se veía más hermoso con los años.
No te das cuenta cuando te quedas embobado observándole y él te sonríe, temes su reacción y crees que ya ha sido suficiente, por lo que tomas tus libros y sales corriendo de allí ante la mirada atónita de tus hermanos.
-No debe ser sano -murmuras mientras nuevamente te pierdes en su mirada. Esos hermosos ojos que él tiene deberían estar prohibidos.
Te sientas en la cama y colocas tus libros junto a ti, agradeces que la casa de Yanagi sempai sea demasiado grande para poder tener un cuarto para ti solo, pero a la vez te pone extremadamente nervioso el que frente a tu puerta, esté el cuarto de él.
-No, no, no…..no está bien -tratas de convencerte a ti mismo, pero sabes en esos momentos que lo único que quieres hacer es besarle, acariciarle y sentirte suyo.
Son muy pocos
Los que se arriesgan por amor
Pero tu tienes la fe
Y eso lo es todo
No decaigas
Que vivir es aprender
Y no hay nada que temer
Si crees en ti
-Masashi -susurró una voz, levantas tu vista para tu sorpresa allí esta parado, con esa musculosa algo vieja que le queda bien y su cabello que le tapa parcialmente sus ojos, algo desarreglado. Intentas no decir nada y pasar desapercibido pero eras tú y él en el cuarto.
-¿Hm?
-¿Qué te pasa conmigo? -pareciera que te hubiera leído la mente durante ese tiempo abajo cuando le observabas cortar madera. Inmediatamente volteas para un costado levemente sonrojado.
¿Qué debías hacer en ese momento? Arriesgarte o no, era prohibido, tu aun estabas en la secundaria, para él, eres un niño de parvulario, además que ya recibido Kazuya tenía otro estatus social. Te toma de la mano y la besa, puedes entender que él siente lo mismo y temes, pero a la vez no quieres perderte la oportunidad de poder ser feliz.
Y como un libro el corazón
Nos enseña que hay temor
Que hay fracasos y maldad
Que hay batallas que ganar
Y en cada pagina el amor
Nos convierte en luchador
Y descubres lo común
No hay un héroe como tu
Él se acerca y tienes miedo de responderle, pero tu cuerpo reacciona diferente a tu cabeza y te hace luchar por esto que sientes. Tendrás 15 años pero sabes precisamente lo que quieres cuando lo ves tomándote en brazos y besándote lentamente acostándote en la cama. Aun con la puerta abierta no te importa si pasan tus padres y ven lo que haces, en ese momento, no te importa nada más que el joven encima de ti besándote.
No puedes ni tienes conciencia de lo que haces, simplemente dejas que tu cuerpo comience a manifestar ese sentimiento, te sientes grande y poderoso pero a la vez pequeño ante demasiado para ti. Él es un hombre y tú aun un niño. Por un segundo sientes que cometes el peor de los pecados, pero cuando vuelve a abrazarte piensas por un instante que está bien y que esto es lo que deseaste desde que naciste, desde que lo viste, desde que le abrazaste y te aferraste en su cuerpo.
Solo Dios
Sabe donde y cuando
La vida nos dirá
Lo has hecho bien
Solo
Con un sueño solo
Sabrás como vencer
Tal vez nunca sepas si esto fue lo correcto o fue real, pero para ti lo fue todo, cuando entró en tu cuerpo, te hizo gemir y estremecerse y sin notar que alguien probablemente te estuviera observando. Ya nada importaba para ti más que ese momento ¿quién dice lo que esta bien o mal? Solo dios, y él, él mismo. Creía que jamás viviría una experiencia así y cuando sus ropas fueron olvidadas y sus cuerpos se rozaban frenéticamente creyó que eso mismo era estar vivo, claramente el ser poseído a tan temprana edad, o el querer que un hombre mayor le hiciera esto le parecía insano e impuro, pero la mayor experiencia de placer que jamás hubiera tenido.
-Shhhhhh -calló con uno de sus dedos Kazuya cuando los gemidos de Masashi comenzaban a oírse por toda la casa.
Y como un libro el corazón
Nos enseña que hay temor
Que hay fracasos y maldad
Que hay batallas que ganar
Y en cada pagina el amor
Nos convierte en luchador
Y descubres lo común
No hay un héroe como tu
Ahora si, todo había terminado, volviendo desde cero, se encontró nuevamente en la silla del patio viendo a Kazuya cortar leños, esta vez, llevaba algo diferente en su anatomía. Tanto Kazuya como Masashi sabían lo que habían vivido y la lucha que a partir de ahora tendrían que enfrentar.
No hay un héroe como tu……
Masashi creyó, que era momento de escribir en aquel libro, su historia de amor.
No hay un héroe como tu……
HEROE.
Como un libro
Que no sabes el final
Y te asusta lo que lees
Así la vida es
Cuando naces
Ya te expones al dolor
Y de a poco y con valor
Logras crecer
Masashi observaba desde su posición como sus hermanos y los amigos de ellos corrían de un lado al otro en las amplias canchas de tenis. Sonrió y continuó leyendo un libro que abierto en su regazo le había llamado la atención, pero durante los pocos minutos que levantaba su vista, observaba con intensa calma al muchacho de más de veinte años cortando leños a pocos metros de él.
Kazuya Sanada era un joven de admirar, su postura, su vida, todo en él daba un lujo a la visión, simplemente con saber de boca en boca su historia no dejabas de observarle por más que le temías, más de lo que todos creen. Sonrió y quiso continuar leyendo, pero simplemente no podía, sus ojos te observaron un segundo y creíste sonrojar, en esos momentos no hiciste más que bajar tu visión para evitar cruzarte con esos hermosos zafiros que había heredado de su madre.
Y como un libro el corazón
Nos enseña que hay temor
Que hay fracasos y maldad
Que hay batallas que ganar
Y en cada pagina el amor
Nos convierte en luchador
Y descubres lo común
No hay un héroe como tu
Tenías que admitir que te habías enamorado de él, su grandeza, su perspicacia y forma de enfrentar la vida. Sus más de veinticinco años te llamaba la atención, porque, a pesar de la apariencia levemente avejentada de su padre, él no parecía envejecer, al contrario, al revés, se veía más hermoso con los años.
No te das cuenta cuando te quedas embobado observándole y él te sonríe, temes su reacción y crees que ya ha sido suficiente, por lo que tomas tus libros y sales corriendo de allí ante la mirada atónita de tus hermanos.
-No debe ser sano -murmuras mientras nuevamente te pierdes en su mirada. Esos hermosos ojos que él tiene deberían estar prohibidos.
Te sientas en la cama y colocas tus libros junto a ti, agradeces que la casa de Yanagi sempai sea demasiado grande para poder tener un cuarto para ti solo, pero a la vez te pone extremadamente nervioso el que frente a tu puerta, esté el cuarto de él.
-No, no, no…..no está bien -tratas de convencerte a ti mismo, pero sabes en esos momentos que lo único que quieres hacer es besarle, acariciarle y sentirte suyo.
Son muy pocos
Los que se arriesgan por amor
Pero tu tienes la fe
Y eso lo es todo
No decaigas
Que vivir es aprender
Y no hay nada que temer
Si crees en ti
-Masashi -susurró una voz, levantas tu vista para tu sorpresa allí esta parado, con esa musculosa algo vieja que le queda bien y su cabello que le tapa parcialmente sus ojos, algo desarreglado. Intentas no decir nada y pasar desapercibido pero eras tú y él en el cuarto.
-¿Hm?
-¿Qué te pasa conmigo? -pareciera que te hubiera leído la mente durante ese tiempo abajo cuando le observabas cortar madera. Inmediatamente volteas para un costado levemente sonrojado.
¿Qué debías hacer en ese momento? Arriesgarte o no, era prohibido, tu aun estabas en la secundaria, para él, eres un niño de parvulario, además que ya recibido Kazuya tenía otro estatus social. Te toma de la mano y la besa, puedes entender que él siente lo mismo y temes, pero a la vez no quieres perderte la oportunidad de poder ser feliz.
Y como un libro el corazón
Nos enseña que hay temor
Que hay fracasos y maldad
Que hay batallas que ganar
Y en cada pagina el amor
Nos convierte en luchador
Y descubres lo común
No hay un héroe como tu
Él se acerca y tienes miedo de responderle, pero tu cuerpo reacciona diferente a tu cabeza y te hace luchar por esto que sientes. Tendrás 15 años pero sabes precisamente lo que quieres cuando lo ves tomándote en brazos y besándote lentamente acostándote en la cama. Aun con la puerta abierta no te importa si pasan tus padres y ven lo que haces, en ese momento, no te importa nada más que el joven encima de ti besándote.
No puedes ni tienes conciencia de lo que haces, simplemente dejas que tu cuerpo comience a manifestar ese sentimiento, te sientes grande y poderoso pero a la vez pequeño ante demasiado para ti. Él es un hombre y tú aun un niño. Por un segundo sientes que cometes el peor de los pecados, pero cuando vuelve a abrazarte piensas por un instante que está bien y que esto es lo que deseaste desde que naciste, desde que lo viste, desde que le abrazaste y te aferraste en su cuerpo.
Solo Dios
Sabe donde y cuando
La vida nos dirá
Lo has hecho bien
Solo
Con un sueño solo
Sabrás como vencer
Tal vez nunca sepas si esto fue lo correcto o fue real, pero para ti lo fue todo, cuando entró en tu cuerpo, te hizo gemir y estremecerse y sin notar que alguien probablemente te estuviera observando. Ya nada importaba para ti más que ese momento ¿quién dice lo que esta bien o mal? Solo dios, y él, él mismo. Creía que jamás viviría una experiencia así y cuando sus ropas fueron olvidadas y sus cuerpos se rozaban frenéticamente creyó que eso mismo era estar vivo, claramente el ser poseído a tan temprana edad, o el querer que un hombre mayor le hiciera esto le parecía insano e impuro, pero la mayor experiencia de placer que jamás hubiera tenido.
-Shhhhhh -calló con uno de sus dedos Kazuya cuando los gemidos de Masashi comenzaban a oírse por toda la casa.
Y como un libro el corazón
Nos enseña que hay temor
Que hay fracasos y maldad
Que hay batallas que ganar
Y en cada pagina el amor
Nos convierte en luchador
Y descubres lo común
No hay un héroe como tu
Ahora si, todo había terminado, volviendo desde cero, se encontró nuevamente en la silla del patio viendo a Kazuya cortar leños, esta vez, llevaba algo diferente en su anatomía. Tanto Kazuya como Masashi sabían lo que habían vivido y la lucha que a partir de ahora tendrían que enfrentar.
No hay un héroe como tu……
Masashi creyó, que era momento de escribir en aquel libro, su historia de amor.
No hay un héroe como tu……
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