¡Feliz Amigo Invisible, Vismur!

Jan 28, 2014 18:05

Primero que nada una enorme disculpa por la tardanza, pasaron varias cosas. Mil gracias por la espera a Vismur, Sara y el resto de participantes. Desgraciadamente les tocó bailar con la más fea en este festival, pero les doy mi palabra que no vuelve a suceder.

Título: “Reencuentro”
Nombre de tu persona asignada: Vismur
Personaje/pareja: Mary/Watson, insinuaciones de Watson/Holmes
Universo: Películas
Clasificación y/o Género: PG
Resumen: El problema no era que Holmes estuviera muerto, era que Watson no entendía su ausencia.
Disclaimer: Si los personajes me pertenecieran, seguramente no serían lo famoso que son así que obviamente no me pertenecen
Advertencias: Ninguna



Watson no era ajeno a la muerte, aquel personaje no le era desconocido. Durante un tiempo en su vida incluso había sido un visitante regular de la misma. Durante el tiempo que habían durado sus estudios, había sido más consiente que nunca de la fragilidad humana, de las circunstancias que podrían terminar con una vida, la posibilidad de los accidentes, de las infecciones que se complicaban, de las bacterias y virus que esperaban tras una esquina para entrar al cuerpo y luego entonces reinar hasta que en su reino no quedaba más vida.

Después había llegado el ejército, donde las posibilidades no solo de una bala o una explosión de acabar con su vida eran altas, sino también de las condiciones, de la comida, los nuevos lugares que eran tan diferentes a los de su tierra natal.

Cuando había recibido el disparo había sido más consiente que nunca de su propia mortalidad, mientras el sol del desierto quemaba su piel y el dolor recorría cada una de sus terminaciones nerviosas. Después había llegado aquella infección, aquella fiebre que lo había hecho delirar y por la cual aquellos días eran una bruma en la memoria del médico.

Y cuando regreso a Londres lo hizo con el conocimiento de lo frágil que era la vida, y entonces había conocido a Holmes y fue como si las leyes que regían la vida fueran reescritas, como abrir los ojos por primera vez a Londres. Hizo una de sus primeras prioridades mantener cuerdo y sano a aquel hombre, que le había enseñado tanto de la vida.

Nunca lo decía en voz alta, cuidaba de Holmes de la mejor manera que podía. Muchas veces eso incluía gritos, algunos golpes sin real fuerza y aparente indiferencia, no era que fuera un secreto para Holmes quién de los dos era el cuerpo con mayor masa y por lo tanto el que hacía orbitar al otro. O puede que sí, los conocimientos del detective consultor en los terrenos de lo simple y mundano eran en general escasos. Pero eso no quería decir que Holmes no lo conociera lo suficiente como para saber que palabras dejar caer para que Watson estuviera tras sus pasos en todas y cada una de sus aventuras.

Escribirlas era el siguiente paso lógico por supuesto, que la gente supiera la genialidad que se escondía tras aquellos ojos castaños y sus formas de ser tan cambiantes, aunque la mayoría de ellos tuvieran que ser modificados de alguna manera para proteger identidades y uno que otro secreto.

Watson había creído en su fuero interno, que siempre habría un último caso en el que acompañaría al detective consultor, y es que Holmes con toda su agudeza mental y su excéntrica forma de ser, era para Watson una especie de fuerza imparable de la naturaleza. Y a pesar de todos los peligros a lo que se exponía, de todos sus experimentos locos y de sus muchos excesos, para Watson, Holmes era Indestructible, siempre con un as bajo la manga, un plan brillante, una maniobra de escape.

Nada podría salir mal mientras estuvieran juntos.

Y ahora ya no lo estaban, y Watson no podía sacudirse la idea de qué de haber sido más rápido, más inteligente, Holmes no habría tenido que utilizar un método tan extremo para detener al profesor Moriarty. Durante los primeros días, cada que lograba conciliar el sueño, la película mental tenía un desenlace diferente, era rápido, muy rápido y lograba sujetar a Holmes haciendo que solo la mente criminal, fuera quien encontrara su fin en aquella caída.

Otras, era su pistola quien terminaba con todo aquello, un tiro certero entre los ojos era lo que hacía que el profesor se precipitara al vacío y que él pudiera regresar a Londres con Holmes a su lado. Había momentos en que se sentía el hombre más egoísta de la historia, Londres había perdido una de las mentes más brillantes que habían existido, SY había perdido a su único detective consultor comparado con eso, perder a un amigo no parecía gran cosa.

Y entonces aquel paquete había llegado y todo había comenzado, la esperanza de que lo que había visto fuese simplemente otro de los actos de Holmes, la certeza de que le estaba dejando pistas para hacerle saber que estaba vivo.

El problema era que no sabía cómo explicarlo durante los primeros meses se aferraba a su nueva teoría con la evidencia que tenía en su mano, pero luego las cosas fueron tan sutiles que no había manera de explicarlo para que otros lo vieran también.

La desaparición de la ropa que le quedaba chica, las monedas que eran nuevamente organizadas sobre su mesita de noche sin aparentemente cambiar de lugar. Los garabatos en las hojas que estaba escribiendo, podía ver la preocupación en los ojos claros de Mary.

La manera en que lo miraba fijamente intentando descubrir si estaba perdiendo la razón o era el dolor que lo tenía desvariando, intento explicarle por supuesto, pero ella no notaba el patrón en las monedas y no había nada extraño en la desaparición de la ropa que le quedaba chica cuando su esposa estaba convencida que la muchacha se había desecho de la misma.

Y posiblemente Watson habría dudado de su propia salud mental, pero estaba Gladstone, y estaba seguro que su perro no le mentiría. Había días en que al entrar a una habitación el perro simplemente se emocionaba, el pobre animal siempre había querido a Holmes a pesar de lo mucho que este adoraba experimentar en el peludo.

Eran demasiadas cosas para enlistar, pero que si se decían en voz alta podía carecer de sentido, y estaba el violín por supuesto que Watson no lograba saber de dónde provenía, pero que sonaba en las madrugadas, tocando una melodía conocida antes de que iniciaran los periodos donde no sucedía nada extraño.

Watson odiaba esos periodos, donde todo estaba en su lugar y Gladstone simplemente se quedaba mirando una esquina de la habitación como si esperara que algo pasara. Eran días en que la preocupación se volvía un peso permanente en su estómago, y ni su esposa, ni sus pacientes lograban mantenerlo lejos de aquella preocupación.
No sabía que estaba haciendo Holmes, ni la razón por la que lo estaba haciendo solo, tampoco si alguna vez pensaba volver. Una parte del soldado, estaba furioso con Holmes por hacerlo pasar por todo eso, por hacerlo seguir de luto sin saber si alguna vez volvería a ver a su amigo. Otra parte lo único que esperaba era que Holmes se apareciera y diera una de esas explicaciones maravillosas para que todos pudieran continuar con sus vidas. Y otra más estaba segura que Holmes no regresaría jamás, que lo que Watson miraba como pruebas de que Holmes no estaba muerto, no eran más que pruebas de que estaba perdiendo poco a poco la razón y que eso era lo que pasaba cuando se vivía durante tanto tiempo con un loco como Holmes.

Aquella parte tenía una voz dura, y un tono lleno de amargura. Intentaba no hacerle caso, pero las noches esperando el sonido del violín se volvían tan largas que era imposible silenciar aquella voz, que en el día se apagaba entre Mary y los pacientes.

Incluso Mycroft le había mandado una mirada cargada de pura compasión cuando le había dicho de sus sospechas y cuando lo había encarado diciendo que estaba seguro de que él también lo sabía y era por eso por lo que el 221B seguía siendo pagado, su respuesta había sido tan tranquila como tajante.

No tengo lugar donde guardar todas las cosas de mi hermano doctor Watson, el lugar simplemente sirve de bodega. Le recomiendo por su salud que acepte la realidad. Mi hermano está muerto

Había pasado casi un año sin que nada extraño pasara en su casa, no sentía una presencia a su espalda, ni le cambiaban el orden de sus plumas, el violín no había vuelto a sonar desde el lugar desconocido, no aparecían notas al margen en sus escritos, ni le parecía escuchar una voz susurrando su nombre.

No quería aceptar que Holmes se hubiese ido para siempre, había estado tan seguro de que todas aquellas cosas eran la manera de Holmes de decirle que estaba vivo, y que pronto volvería a casa, así que ahí estaba el, en su sala de estar con un trago de brandy en su mano, unas pastas que Mary había horneado, fuego en la chimenea y Gladstone a sus pies.

-Y así es como queda resuelto el extraño caso de los chalecos que se encogen.

Otra persona tal vez habría dejado caer la copa, en el apuro por ponerse en pie, pisando incluso al perro, para asegurarse rápidamente de que la voz que habían escuchado era real y no alguna alucinación, puede incluso que al ponerse de pie y ver muy vivo a quien se suponía estaba muerto desde hacía casi tres años sufriera un vergonzoso desmayo.

No Watson por supuesto, había estado ese momento durante meses, aun cuando la esperanza por momentos menguaba, que Gladstone estuviera particularmente quieto, tenía que haber sido el primer indicio que aquello iba a pasar.

-¿No querrás decir, el extraño caso de los chalecos que desaparecen?

-De todas maneras ya no ibas a utilizarlos.

Y entonces Watson sí giro a mirar a Holmes, se escuchaba cansado. Casi sonrío al verlo ahí de pie en su sala de estar, más flaco, ojeroso y desmejorado de lo que lo había visto nunca. Vestido con aquel extraño camuflaje que utilizaba y el que, ahora entendía había utilizado para estar en su casa sin ser detectado.

- ¡Te ves horrible!

-Yo también me alegro de verte muchacho- exclamó el detective antes de dejarse caer en la butaca que estaba más cerca del fuego - ¿Sabe Mary que eres tan descortés con tus invitados?

-Generalmente mis invitados, esperan a ser invitados.

-Que aburridos ¿Dónde queda la diversión entonces?

-¡Holmes!

-Puedes volverte una mamá gallina después Watson, estoy muy cansado. - Watson lo observo cerrar los ojos y acurrucarse mejor.

-Tal vez sería mejor si fueras a la cama.

Los ojos castaños de Holmes se abrieron al instante, brillantes de diversión bajo la fatiga.

- ¡Vaya! ¿Sabe tú esposa que la nuestra es esa clase de relación?

Watson estuvo a punto de soltar alguno de sus comentarios de siempre, sobre la depravación de su amigo, su falta de seriedad. En lugar de eso solo sonrió antes de posar una mano en el huesudo hombro.

- ¡No vas a librarte de la revisión del médico Holmes! Pero primero debes descansar.

- ¡Tres años y sigues siendo la madre gallina de siempre!

-Algunas cosas no cambian Holmes.

-No, supongo que no. -Murmuró el detective mirando la mano posada en su hombro cubriéndola con la suya propia -Te eche de menos querido muchacho.

-Tardaste demasiado, todo ha estado tan tranquilo.

La sonrisa de Holmes era sin duda la promesa de que la vida de Watson no seguiría siendo apacible y tranquila, no que el ex militar fuera a quejarse realmente por eso.

- ¿Qué tal un último caso?

-Supongo que a mis lectores les encantara leer como regresaste de la tumba.

-Técnicamente jamás estuve en una tumba.

-No tientes a tú suerte Holmes, puedo mandarte yo mismo a ella.

-No lo harías, todo es demasiado tranquilo sin mí.

- ¡Holmes!

-No lo hare de nuevo Watson, lo prometo. Y si es necesario hacerlo te llevare conmigo -lo miro fijamente como para remarcar su punto - ¡nunca hay buenos tiradores cuando uno los necesita!

Watson negó con la cabeza.

- ¿Hace cuánto que no duermes?

La única respuesta que consiguió el medico fue un encogimiento de hombros, antes de casi arrastrar al hombre a la habitación de invitados, no sin antes haber pedido un refrigerio tardío, poniendo especial cuidado en que la joven que los ayudaba no supiera de su huésped.

Suponía que ese último caso del que Holmes hablaba así lo requería, y después de todo: Nada podría salir mal mientras estuvieran juntos.

Y estaba seguro de que Mary lo entendería.

pelicula: guy ritchie, *amigo invisble2013, work: fanfiction, pareja: sherlock/john, pareja: john/mary, sherlock: robert downey jr, watson: jude law

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