Baile de Marines - RPF

Dec 26, 2009 01:02


RPF
Regalo para: casita_de_fics 
Fandom: NCIS
Título: Baile de Marines
Personajes: Cote de Pablo/Mark Harmon
Notas mías: Este fic está basado en el Baile de Marines del 2007 a los que fue invitado el cast de NCIS. Hay algunas fotos como la siguiente pero ninguna de Cote y Mark juntos. Sin embargo, la imaginación es así con el RPF. A riesgo de ser OoC (vamos, aun no sé como podría ser realmente OoC si no son personajes propiamente). Sé lo traumante que es no encontrar Mark/Cote para leer más que el que uno mismo escribe, además con la trabajada de fics que te has pegado no podía dejar de hacerlo. ¡Feliz Navidad casita_de_fics !




Cuando subió al auto lo primero que notó fue que ella no estaba. Creía que Michael había acordado pasar por ella también, y ya Brian iba con ellos. Era una pena que ni Sean ni Pauley pudieran ir.

-¿Dónde está Cote? - preguntó extrañado, entrando al asiento de atrás.

-Pasaremos de último por ella. - respondió Michael - Dijo que necesitaba tiempo para arreglarse. ¿Alguno la ha visto con vestido de gala? No tengo idea cuánto tiempo puede tardar en eso.

Brain negó, y Mark desde el asiento de atrás no dijo nada. No la había visto, pero sí la imaginaba.

Cuando llegaron frente al edificio de apartamentos Michael sacó el teléfono y empezó a llamarla, pero no obtuvo respuesta.

-¡Cote, vamos! - marcó nuevamente molesto - ¿Qué tanto puede estar haciendo? ¿Puede ser que siga en la ducha y no oiga el teléfono?

-Yo iré - se ofreció Mark sin pensarlo. Sin esperar respuesta bajó del auto y se dirigió a los apartamentos. Hacía viento, era una noche fresca que podría tornarse fría. Se cerró un poco más el saco mientras llamaba.

-¡Michael, bajo en un momento! - resonó la voz de Cote ligeramente más aguda de lo normal cuando habló por el intercomunicador.

-Cote, soy yo - la voz de él, al contrario, sonaba calmada y tranquila. Por un momento no escuchó nada pero luego la puerta del edificio se abrió para él.

Entró de inmediato, sin mirar hacia atrás. De hacerlo, hubiera visto a Michael hacer la cabeza hacia atrás con desesperación. Poca gente imaginaba que era de esos que no le gustaba ser impuntual.

Cuando llego al apartamento encontró la puerta abierta. Había dejado el cerrojo descorrido para que pudiera entrar.

-¿Cote?

-¡Pasa!

No había estado demasiadas veces allí, pero sí había pasado alguna velada a dejarla en casa, y un par de veces lo había invitado a comer.

Era duro ser una chica sola en la ciudad, y a él le gustaba acompañarla. Ser un buen compañero de equipo.

No iba a negar que le gustaba su compañía.

La encontró frente al espejo que tenía en la pequeña sala. Tenía puesto un vestido largo, blanco, con adornos en negro, y se veía… preciosa.

-En cuanto logre ponerme esta prensa…

Ni siquiera volteó a verlo, sus ojos se encontraron a través del espejo y ella le dedicó una pequeña sonrisa mientras intentaba prensar su cabello sin que quedara torcido o mal sujetado.

Mark se acercó y le quitó la prensa de la mano. Con una habilidad inesperada le sujetó el cabello. Lo había alisado, y tenía un aroma atrayente que no pudo identificar. Cote le sonrió ampliamente desde el espejo y luego se giró para verlo de frente.

-Gracias.

Él sonrió y señaló hacia la puerta con la cabeza.

-Vamos, o cuando bajemos Michael nos habrá dejado.

Ella asintió y corrió hacia el sofá con los pies descalzos, donde recogió un pequeño bolso. Corría como una nena juguetona, no como una mujer en traje de noche.

Junto a la puerta metió los pies en dos delicados zapatos de fiesta y lo miró esperando para salir. No se había dado cuenta de que seguía en el mismo lugar observándola.

No le dijo lo bien que se veía, pero estaba seguro de que ella podía haber visto su opinión reflejada en el espejo en el instante que la vio.

Le tendió el brazo, porque después de todo él era un caballero. Cote sonrió complacida, y habló todo el camino bajando las gradas sobre sus imprevistos al alistarse, su risa cantarina llenando el rellano de la puerta mientras abría.

Mark notó que la chica había dejado su abrigo arriba, pero ella se negó a subir a buscarlo, iban realmente tarde.

-Hace viento frío, ten mi saco.

Empezó a quitárselo pero ella negó, restándole importancia.

-Será solo un momento hasta el auto.

Cuando abrieron la puerta y salieron azotó la brisa, Mark pasó un brazo por sus hombros para abrigarla.

Cote no pudo decir que hubiera sentido ni un instante frío para llegar al auto.

------------------

Todos sabían cómo eran esas cosas. Saludar y hablar con muchas personas, mantener la sonrisa en el rostro, esforzarse por pasarla bien y hacer que los otros la pasaran bien. Los marines eran agradables, y tras tantos años de trabajar en el programa, el respeto que les habían tenido siempre se había incrementado bastante.

Para Mark no había nada novedoso en ese tipo de actividades. Tomarse fotos con muchas personas (en su mayoría mujeres que recordaban su título de hombre más sexy en 1986 o su papel como Ted Bundy), sonreír y no tomar demasiado. En general, siempre lo había disfrutado.

Pero esa noche había algo particular que le robaba la concentración y no lo dejaba disfrutar. Después de la cena, Cote no había parado de saludar y tomarse fotos con los marines, y no podía negar que estaba siendo muy solicitada, en especial después del primero que se atrevió a decirle que quería bailar con ella.

Desde ese momento, Cote no había dejado de bailar. Sonriente, atenta, riendo mientras cada uno la sostenía y le contaba historias que parecían tenerla perfectamente entretenida. De esa manera había bailado con muchos de los marines presentes en el lugar, y los que esperaban para hacerlo también parecían ser cada vez más.

O tal vez solo era idea de Mark, pero parecían demasiados.

-Si esto fuera un colegio, Cote ganaría el título de reina del baile - comentó Michael pasando a su lado.

-Déjalos - añadió Brian, que estaba a él. David se había quedado junto al productor de la serie y su acompañante, los tres habían llegado por aparte - Son héroes… que la pasen bien una noche. No creo que tengan oportunidad de bailar con una chica como Cote a menudo.

-Sí, si la vieran todos los días tendría menos gracia - acordó Michael en tono de broma.

Mark no podía estar menos de acuerdo con ese comentario, pero no dijo nada. Conocía bien a sus compañeros.

Con Michael un comentario siempre era más que solo un comentario.

No llevaba la cuenta del número de marines que habían bailado con ella, pero tras más de una hora empezó a notar que la sonrisa de la chica era menos amplia y aunque continuaba siendo atenta y simpática, la conocía lo suficiente para saber que estaba cansada.

Era momento de actuar. Por ella, por ayudarla.

Cuando la música cambió una vez más se acercó y la tomó de la mano justo cuando otro marine se acercaba a invitarla a bailar. Él no hizo preguntas, ni solicitudes, solo la jaló hacia él y puso una mano en su cintura. Dirigió una sonrisa al marine pero no prestó atención a su rostro contrariado.

Era una de esas sonrisas que en el fondo lo que dicen es “lo siento, pero te gané”.

De hecho, tuvo una sensación de triunfo cuando Cote puso una mano en su hombro y luego suspiró.

-Gracias.

-De nada - respondió él con suavidad. Con una mano sujetaba firmemente su cintura, mientras en la otra sostenía todavía su mano con suavidad. - Me pareció que estabas cansada.

Cote asintió, aunque la sonrisa en sus labios dejaba claro que se estaba divirtiendo a pesar de ello.

-Se multiplican, pero hace años que no bailo tanto.

Mark podía decir lo mismo sobre él, hacía un tiempo desde la última vez que había salido a bailar. Siempre había demasiado trabajo y poco tiempo para disfrutar en algo más que no fuera descansar.

-Lástima que algunos de ellos no bailaran igual de bien.

-¿Estuviste viendo? - preguntó ella ligeramente extrañada pero evidentemente complacida, aunque no esperó una respuesta a su pregunta - Sí, algunos no son lo que se dice expertos. Me han majado unas cuantas veces y no aguanto los zapatos.

-Entonces deberías irte a sentar.

Sin esperar su respuesta Mark se detuvo y buscó con la mirada la mesa, pero la mano de Cote sujetando con más fuerza la suya le hizo detenerse.

La miró a los ojos y ella negó lentamente.

-Me gusta la idea de bailar con alguien conocido al menos una vez en la noche.

Él dudó un momento, pero ella lo soltó y entrelazó las manos detrás de su cuello, sonriendo con calidez, hipnotizándolo con la mirada.

Sin siquiera pensarlo estaban bailando otra vez, antes de que se diera cuenta su otra mano estaba también en su cintura.

-Debería sentirme honrado de que me abrieras un hueco en la noche, estando tan solicitada - bromeó Mark en voz baja.

Cote rió, una risa sincera aunque cansada. Luego, sin previo aviso, estrechó más las manos tras su cuello y se acercó, apoyando la cabeza en su pecho.

No hablaron más durante toda la canción. Mark se encontró acariciando suavemente su espalda, demasiado conciente del aroma de su cabello, de las formas de su cuerpo contra el suyo, de la sonrisa que sabía que había en su rostro aunque no pudiera verla.

Cuando acabó la canción, ella se separó de él con una sonrisa cargada de gratitud y ternura.

Antes de que ninguno dijera nada, otro hombre estaba tocando el hombro de Mark pidiéndole permiso para bailar con ella la siguiente pieza.

Por un momento quiso decirle que no, y sospechó que Cote deseaba lo mismo, pero con una sonrisa y un gesto amable se retiró.

Luego deseó no haberlo hecho. Por un lado porque la sensación de Cote recostada en su pecho había durado demasiado poco, por otro, porque no le gustaba nada lo que estaba viendo. Aquel hombre se estaba acercando demasiado. Lo ponía nervioso, y podía ver que a ella también. Sus manos tallaban mucho, y se movían demasiado.

Mark ignoró a la mujer que se había acercado a hablarle cuando Cote se apartó violentamente de su acompañante y abandonó la pista de baile.

Le pareció oír la voz de Michael pero no se volvió para ver si era así mientras se abría paso entre los presentes para seguir a la chica, quien caminaba con rapidez, sin mirar a nadie, y se perdió por un pasillo fuera del salón.

Mark la alcanzó al final del pasillo sin salida. Respiraba agitada, mientras caminaba de un lado a otro, sin entrar al baño de mujeres a su izquierda.

Por un instante tuvo la sensación de que lo esperaba.

Cote levantó la mirada hacia él al verlo llegar, y sus mejillas se tiñeron un poco más de rojo.

-Hey… - Mark se acercó y levantó una mano hacia ella, acariciando su mejilla - El tipo es un idiota.

-Sí, lo es - reafirmó Cote, y la furia chispeó en sus ojos. Mark se preguntaba si la gente que la conocía como una chica dulce, juguetona y bien intencionada sabían que detrás de eso escondía un mal genio increíble cuando se enojaba.

Sus enojos duraban poco, pero eran intensos.

-Hey… - repitió él, sujetando su barbilla - Cote. Olvídalo. Sería una pena que fuera lo que recordaras de esta noche.

Sus ojos se encontraron y fueron concientes por primera vez del silencio que había en ese pasillo, en contraste con el bullicio del salón. Cote suspiró, dejando salir con el aire el enojo, mientras mantenía la mirada fija hasta esbozar una pequeña sonrisa.

-No será lo que recordaré - aseguró ella en voz baja, con un tono sincero y confidencial.

El silencio se instaló entre ellos, al mismo tiempo que la urgencia de hacer algo aumentaba entre los dos. Mark acomodó su pelo hacia atrás, descubriendo sus hombros, y ella bajó un momento la mirada antes de levantarla de nuevo, posándose un momento en sus labios y luego en sus ojos.

En ese momento la puerta del baño a su izquierda se abrió, y un par de las señoras de la fiesta salieron, dedicándoles una sonrisa educada, terminando el momento.

-Deberíamos volver - sugirió Mark mirándolas alejarse, apartando la mano del rostro de su compañera.

-Ve tú - respondió ella - Yo… tengo que ir al baño.

Mark sonrió, dividido entre la incomodidad por lo sucedido y la naturalidad con la que Cote retomaba la situación.

-Claro.

Dio media vuelta, dispuesto a salir de allí y no recordar lo que había o no había pasado. Pero no había dado dos pasos cuando sintió una mano sujetando su brazo.

Se giró, y entonces Cote, poniéndose de puntillas puso una mano en su rostro y acercándose a él lo beso suavemente en la comisura de la boca.

Tan cerca, tan breve, tan intenso…

Lo miró solo un instante a los ojos antes de girarse y desaparecer por la puerta a la izquierda que se bamboleó suavemente mientras Mark trataba de coordinar de nuevo sus ideas para regresar al salón.

----------------

Él se mantuvo ocupado el resto de la noche, y vio que ella también lo hacía. Se sentó en una mesa declarando que ya le dolían mucho los pies para bailar y se dedicaba a entablar conversaciones y sonreír para las fotos.

Cuando la fiesta terminó se reencontraron para irse. Michael y Brian habían tomado un poco más, de manera que Mark prefirió manejar él.

Mark dijo pocas cosas a lo largo del camino, mientras que Cote al contrario narraba varias de las experiencias y encuentros que había tenido esa noche.

Dejaron primero a Brian y luego pasaron al apartamento de Cote, mientras Michael dormitaba en el asiento de atrás.

Cuando Mark estacionó frente al edificio, apagó el motor del auto y la miró. No sabía lo que iba a decir, pero sabía que tenía que decir algo.

Cote le devolvió la mirada, con la sonrisa de una niña que fue atrapada en una travesura.

-Espero que no estés molesto - dijo ella al fin, dejando de pretender que todo estaba bien una vez que estuvo segura de que Michael estaba dormido.

Mark negó con un suave movimiento de cabeza y ella sonrió un poco más, aliviada.

-Pero no debiste hacerlo.

La mujer desvió la mirada, como si le molestara ser regañada aunque fuera con solo cuatro palabras.

-No se repetirá. - dijo en un tono plano, tratando de no trasmitir nada - Creo que será mejor que entre…

-Espera - Mark la tomó de la muñeca, y por un momento ella se giró, los papeles del pasillo invertidos - Te vas a resfriar.

No pudo negarse esa vez cuando Mark se quitó el saco, y se giró lo suficiente para permitirle abrigarla, poniéndolo sobre sus hombros.

-Gracias - murmuró ella.

Se miraron a los ojos una vez más, concientes de que lo sucedido esa noche quedaría atrás, y al día siguiente retomarían la rutina, las prisas del set y el trabajo.

Fue el turno de Mark de inclinarse hacia ella y besarla. Un simple roce, un instante en que sus labios se encontraron con su mejilla, acariciando de paso con el aliento su boca.

El previo de un beso real que no iba a llegar.

No esa noche, en ese auto, con Michael durmiendo en la parte de atrás.

-Buenas noches - se despidió él alejándose del todo, recostándose una vez más al asiento del conductor.

-Hasta mañana - respondió ella inclinando la cabeza y bajando del auto con agilidad, sosteniendo la falda del vestido con una mano y el saco sobre sus hombros con otra.

Le sonrió desde la acerca y corrió hacia la puerta del edificio, sin tardar en entrar.

-Sí, mañana… - repitió Mark para sí mismo.

Sabía que no tenía sentido aguardar un futuro que no iba a permitir, y sin embargo, sabía que todos los días lo iba a esperar.

personaje: brian dietzen, fandom: ncis, personaje: mark harmon, rpf, personaje: michael weatherly, shipper: mark/cote, personaje: cote de pablo

Previous post Next post
Up