Fandom: NCIS
Título: Espacio vacío
Personajes: Ziva David/LJ Gibbs
Notas mías: este fic es un Zibbs con toda la complejidad que eso implica, dentro de lo canon. Cada quien puede leer su relación como quiera. SPOILERS DEL 7X04.
Estaba tomando las medidas por enésima vez desde que había sacado el Kelly de allí. No sabía qué hora era, pero tampoco le importaba. No podía dormir, y era entrada la madrugada.
Los recuerdos de lo acontecido ese día seguían rondando en su mente... Cuando cerraba los ojos, podía ver a Ziva caminando en círculos, como un león enjaulado, sin encontrarse capaz de buscar con la mirada algún punto de salvación.
Recordaba a Gidon amenazando con “salvarla de él”, acusándolos de secuestrarla.
Lo recordaba difamándola, por orden de su padre.
De su maldito padre.
No se giró cuando la escuchó, aunque notó de inmediato su presencia. Parecía que no era el único que no podía dormir.
Reconocía esos pasos bajando las escaleras de madera. Tenían el mismo ritmo de la primera vez que lo habían hecho, pausados, pesados, como si fuera realmente duro bajar hasta allí.
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Lo era.
Lo había pensado mucho antes de entrar, y todavía más al llegar a la puerta del sótano. Pero algo más fuerte la llevaba hasta allí.
Algo que la arrastraba y no la dejaría irse sin dejarlo salir.
Cuando terminó de bajar la escalera se balanceó entre los dos pies, indecisa de cómo empezar. Sabía que Gibbs había notado su presencia, aunque no hubiera dicho nada. Se limitó a recoger el metro que estaba usando y dejarlo junto a la mesa de trabajo, mientras anotaba probablemente una medida en la pequeña libreta que tenía allí.
-Esto se ve grande vacío.
Había estado ya en el sótano unos días atrás, pero el comentario fue lo primero que cruzó por su mente que tenía un sentido neutral para iniciar una conversación. Aunque ahora que lo había dicho en voz alta, resultaba estúpido.
Sin embargo, a Gibbs no se lo pareció, o lo disimuló bien.
-Planeo llenarlo - contestó girándose para verla.
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Llevaba ropa deportiva, y parecía, por el sudor en su frente, que había salido a correr. Aquello no debía ser totalmente bueno para su salud, después de todo lo que había pasado su cuerpo en los últimos meses…
Pero en aquellos momentos, podía ver que era más importante lo que le carcomía el alma.
¿Terminaría aquello alguna vez?
Notó su mirada, fija en el suelo, en ese punto que siempre evitaba ver cuando iba a su sótano. Esperó, seguro de que ella hablaría primero.
-Estaba pensando… lo que me dijiste, antes.
Asintió, mientras apoyaba las manos en la mesa de trabajo tras él.
Si él le había dicho que no lo enterrara, tenía que ser quien le ayudara a enfrentarlo.
Deseaba serlo.
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Ella nunca había sido de hablar, no de esa forma. Pero Gibbs tenía razón, una parte de ella había muerto ese verano…
-Dijiste que… - la pausa que hizo para elegir el nombre apropiado fue demasiado notorio, pero no le importó - Eli no me dejó opción.
-No lo hizo - la confirmación en el tono de voz de Gibbs le dolió, como una punzada en el centro de su pecho.
Gibbs siempre sabía, y sospechaba que ahora también sabía la razón por la cual estaba allí.
No cometería el error de dejar mentiras entre ellos una vez más. Levantó la mirada para encontrarse con sus ojos.
-La última vez que estuve aquí, te mentí. Dos veces.
Había cierta nota ansiosa en su voz. Caminó un par de pasos hacia él, pero se detuvo de nuevo sin saber cómo actuar ni cómo moverse. No quería echar a perder todo lo que habían construido ese día, pero todo se desmoronaba ante sus ojos.
-No lo sabías entonces.
El tono de Gibbs no era condescendiente, pero sus palabras igual ardían. Todo el tiempo había sido todo tan obvio, y ella había sido tan imbécil como para caer en ello…
-¡Debí saberlo! - su tono de voz elevado vibró en las paredes. Se mordió los labios, tratando de mantener la calma. La mirada de Gibbs seguía fija en ella, como si quisiera medir su estado antes de responder. Bajó la voz una vez más - Tú lo sabías. Por eso no me creíste ese día. Ahora lo entiendo.
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Su mirada le causó un escalofrío. Se acercó un par de pasos, y se dio cuenta que su comentario al inicio había sido acertado: realmente era un sótano enorme cuando estaba vacío.
Era cierto, ese día le había costado asimilar lo que ella le había revelado, porque él había entendido el verdadero significado, y sabía que ella no.
Si había sido duro para él admitirlo en su momento, no podía imaginar lo que sentía Ziva.
-No podías verlo claro entonces.
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Si tan sólo lo hubiera hecho…
Tomó aire profundo. Había ido hasta allí en plena madrugada para decir algo, e iba a hacerlo.
-Dije dos mentiras: dije que Eli estaba muerto para mí… y dije que yo me había ofrecido para salvar Ari. -su voz hizo intento de quebrarse, y no lo contuvo. Ahora sabía con quién no tenía que fingir, y era imposible decirlo sin que el desastre emocional se desencadenara dentro de sí - Que matarlo… fue mi decisión al final.
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Sus ojos lo miraron con profundidad e insistencia, buscando una confirmación que ya sabía que iba a obtener.
Asintió lentamente, repitiendo lo que le había dicho el día anterior en aquella sala de interrogación.
-Nunca tuviste opción.
La vio cerrar los ojos con fuerza, al igual que los puños.
Antes de siquiera pensarlo avanzó hacia ella.
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Pudo sentir sus propias uñas clavándose en su piel. La rabia y el dolor se entremezclaban dentro de ella como no las sentía desde que Saleem había sacado cualquier emoción de su ser.
Los sentimientos volvían, fuertes y arrolladores. El odio hacia su padre se entremezclaba con el desprecio a lo fácil que la había usado.
Las palabras brotaron de sus labios rápidas, incontenibles… Había sido tan estúpida y ciega... ¡como si no hubiera sabido quién era su padre!
-Él sabía… Sabía en lo que había convertido a Ari… Y tiene que haber sabido que yo nunca me habría ofrecido para matarlo… Él me conocía, él sabía mis intenciones y yo, ¡caí en su juego! -su voz se hacía más alta y más rápida sin poder contenerlo- Él sabía que yo quería salvarlo, y pudo impedírmelo, pudo dar otra orden, ¡pero me dejó venir porque sabía que al final tendría que hacerlo!
Decirlo en voz alta era horrible, y las palabras desgarraban su garganta aunque no hubiera elevado nuevamente el tono de voz. Las lágrimas que cayeron por sus mejillas le quemaron los ojos, y por un momento creyó que ella misma se caería.
Pero un par de fuertes manos la tomaron por los hombros, y el mundo recobró su eje.
Abrió los ojos y dirigió una mirada borrosa hacia Gibbs, quien estaba muy cerca. En su expresión no había ningún rastro de la furia que había visto en él la última vez que había hablado del tema.
Tampoco había lástima.
Había comprensión y cercanía.
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Odiaba verla así.
La sintió ceder poco a poco, sin dejarse llevar por los sollozos. La furia aplacándose con la misma rapidez que había aparecido. El dolor todavía latiendo en su mirada.
Sanar aquello sería mucho más largo de lo que un simple llanto podría curar.
Puso una mano en su cuello, limpiando en una simple caricia las lágrimas que caían por el lado izquierdo de su cara.
No dijo palabras de consuelo, porque no existían.
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Ella se lo agradeció en silencio. Pero no podía callar demasiado.
Había algo más que no había dicho.
Eso que hacía latir otro sentimiento en su interior. Uno que no le era desconocido, pero que nunca había aceptado.
El miedo.
-Él no está muerto… - Las manos de Gibbs, en su hombro y en cuello, le transmitían una seguridad que ella ya no tenía. Sin embargo, no se atrevía a verlo a los ojos. - Está ahí, y no sé cuándo, o cómo… pero vendrá por mí. Y yo…
No tenía idea de si podría hacerle frente.
Ni siquiera se atrevía a decirlo.
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Pero él podía entenderlo.
Pudo ver como el miedo y el enojo se mezclaron de nuevo en su sangre, refulgiendo en su intensa expresión.
-Ahora que entiendo todo esto, ahora… - se mordió el labio inferior, deteniéndose, tratando de pensar con claridad - Si lo tengo al frente de nuevo…
Ella se detuvo, respirando profundamente, como si tratara de encontrar en el aire sus dosis perdidas de autocontrol.
-Ziva. - con la mano que seguía en su cuello guío con delicadeza su rostro hacia el suyo, hasta que lo miró nuevamente a los ojos - No estarás sola.
La miró fijamente, impidiéndole desviar la mirada, hasta que asintió.
Hasta que pudo ver que le creía que no la dejaría sola de nuevo.
Entonces aflojó ligeramente la presión en sus manos. En un sencillo movimiento acarició su cabello hacia atrás de su rostro antes de soltarla.
-No deberías correr, hasta que no estés lista para hacerlo.
Ambos sabían que no se refería a su vestimenta deportiva.
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Casi había olvidado la seguridad que emanaba la sola presencia de Gibbs. Le parecía imposible volver a sentirse así.
-¿Cuándo será eso?
No recibió una respuesta. Gibbs se dirigió hacia la mesa de trabajo y por un momento pensó que ya él no tenía nada más que hablar.
Sin embargo, se sorprendió cuando tuvo que levantar las manos, haciendo gala de sus reflejos prácticamente recuperados, para atajar un objeto.
Gibbs acababa de lanzarle una cinta métrica enrollada.
-Lo sabrás.
Ziva vio la cinta en sus manos, y supo que no se iría a ningún lado.
Había un gran espacio vacío que empezar a llenar.
NOTA: como siempre en estos casos, le tengo pánico al OoC, pero cuando vi el paralelismo en el 7x02 y el 7x04 entre el "me ofrecí voluntaria" y "fue mi decisión" supe que tenía que hacerlo.