Fandom: Life
Título: Encubierto (gracias a
nyaza por la sugerencia del nombre)
Personajes: Charlie Crews/Dani Reese, Kevin Tidwell, Ted Early
Notas mías: si arriba agradecí a nyaza, aquí la culpo de la existencia de este fic XDD Es "puro crack" según sus propias palabras. No es un fic para tomarse en serio, todo salió de una conver entre las dos y ella insistió en que era material publicable. So, aquí está XDD Advertencias: el humor no es lo mío y contiene leves spoilers del cap final.
Muchas veces se habían cuestionado las intenciones de Charlie Crews de volver a trabajar con el departamento de policía de Los Ángeles, y aunque la idea de que necesitaba estar dentro para hacer su investigación personal no era del todo errónea, la verdad era muy simple: a Charlie le gustaba ser detective.
De hecho, en ocasiones como esas, le encantaba ser detective.
-Tengo que ponerme esto.
No sabía si era una pregunta o si Dani lo decía en voz alta para convencerse a si misma, mientras veía la caja que Charlie acababa de entregarle al entrar en la habitación.
-Es el plan.
-¿Quién eligió esto?
-Yo lo hice - Charlie sonrió satisfecho, como si su compañera no estuviera asesinándolo con la mirada.
-¿No había otra cosa?
-Creo que calzaremos. El capitán estuvo de acuerdo… y es tu talla. Estoy seguro.
-¿Cómo sabes mi talla?
-Sí, detective. ¿Cómo sabe su talla? - el capitán Tidwell acababa de asomarse a la habitación y tenía el seño fruncido. Charlie los miro con cierto deje de perplejidad.
-¿No sabrían mi talla?
Dani rodó los ojos. Aquello era perfecto. Simplemente… perfecto. Los echó del cuarto, sabía que no tenía otra opción.
Charlie y Tidwell bajaron las gradas de la casa del primero rumbo al salón, donde estaba medio cuerpo de policía. Esa noche tenían un operativo importante en una de las nuevas casas de prostitución que pululaban por la ciudad. Tras la muerte de Roman, una serie de nuevos cabecillas habían aparecido tratando de dominar las distintas áreas del mercado que el ruso había controlado hasta la fecha.
Esa noche infiltrarían uno de aquellos lugares…
A Charlie Crews le gustaban las misiones encubiertas. Esta en particular, le encantaba.
-Sabemos cómo funciona. - Tidwell estaba repasando los pormenores de la operación con los oficiales que participarían - Hombres poderosos y adinerados llevan a sus protegidas con Plushenko y él las toma bajo su cuidado para ellos. Por eso, en esta misión encubierta el detective Crews llevará a la detective Reese a la fiesta de Plushenko esta noche y la inscribirá a nombre suyo como su protegida. En el momento en que se realice el pago, todos entramos.
-En realidad no es un trabajo encubierto - dijo Charlie de repente - Soy Charlie Crews.
-Si no fueras Charlie Crews no podríamos hacer esto - dijo Tidwell empezando a molestarse. Estaba bajo mucha tensión, no le agradaba enviar a Dani en esa misión.
Habían montado la operación desde la casa de Charlie porque estaban bastante cerca del lugar en que se llevaría acabo la entrada de esa noche. Al detective no le había molestado la idea de que salieran de ahí, aunque la falta de muebles sí le había molestado a la mayoría de los policías.
Ted tampoco lo estaba pasando muy bien. Aunque desde su regreso de España estaba de bastante buen humor, tanto policía haciendo desastres en la casa lo estaba molestando bastante. Iba hacia la cocina con una bandeja de vasos vacíos cuando dirigió la mirada hacia lo alto de la escalera principal de la casa.
El estruendo de la bandeja en el suelo llamó la atención de todos. A nadie le fue difícil seguir la dirección de la mirada de Ted… ni tampoco entenderla.
Dani Reese estaba bajando las escaleras de la casa. Aquello no hubiera tenido nada de particular si no hubiese sido porque mientras lo hacía trataba de acomodarse en la cabeza una diadema con unas largas orejas blancas y puntiagudas, a juego con el resto del traje de conejita que llevaba.
Un par de silbidos y unas risitas mal contenidas la hicieron levantar la cabeza, dándose cuenta de que era el centro de atención de la casa. La mirada lujuriosa de algunos de sus compañeros de trabajo le revolvieron el estómago, y su expresión hizo que muchos volvieran a lo que estaban haciendo y disimularan.
Si las miradas matasen, Dani Reese sería un arma de altísima potencia.
Ante la notable incomodidad de Dani, el capitán Tidwell mandó a todos a volver a su trabajo. Sus órdenes hubieran tenido un mayor peso si él mismo hubiera apartado la mirada, cosa que evidentemente, se sentía incapaz de hacer.
Charlie por su parte, estaba ajeno a toda la conmoción a su alrededor. Dani seguía siendo… Dani. La manera en que le caía el pelo suelto sobre los hombros, el ceño fruncido, la mirada asesina y esa manera de caminar tan… policial, todo eso seguía allí. Sólo que ahora estaba vestida de conejita -el traje había resultado la talla justa, como estaba seguro que sería-, y bajaba por las largas escaleras blancas de su casa.
Bien podría ignorar el hecho de que media central de policía estaba allí también.
Estaba sonriendo ampliamente cuando Dani llegó junto a él. Por un momento la detective lo miró, y luego a Tidwell, que seguía a su lado. Abrió la boca para hacer un comentario, pero Dani lo calló con un gesto.
-Una palabra y les disparo.
Salió de la sala sin decir nada más. Crews aseguró el audífono que tenía que llevar para estar en contacto con Tidwell y salió tras ella también, aunque no se apresuró en alcanzarla. Verla avanzar estaba muy bien. Subió al carro después de ella, quien a pesar de su disfraz, no pensaba ceder el lugar en el volante.
Estaba seguro de que ella no aguantaría mucho rato más que la siguiera mirando sin decir nada.
-¿Qué, Crews? - efectivamente, no lo soportó - ¿Qué pasa?
-Nada.
Dani resopló mientras arrancaba el automóvil.
-Quieres decir algo.
-Dijiste que me dispararías si decía algo.
-Sí, lo haría.
Empezaron a avanzar en silencio por unos minutos, hasta que Crews habló una vez más.
-Pero tengo una pregunta.
Dani rodó los ojos pero no dijo nada. Sabía que tarde o temprano, Crews diría lo que quería… y lo hizo.
-¿Realmente llevas una pistola ahí? ¿Dónde?
El frenazo que dio Reese lo hizo resbalar hacia delante y tener que apoyarse en el tablero del auto.
Probablemente era la única respuesta que recibiría a su pregunta… pero la verdad era que no le molestaría ponerse a investigar.
Charlie Crews amaba ser un detective.