Fandom: Twilight
Título: Tormenta
Personajes: Leah Clearwater/Jacob Black
Notas mías: escrito para el meme de besos para
lucilatorres . Creo que esto llega aun rating T, por lime. Tenía mucho de no escribir sobre la faceta pasional de estos dos. Es una pequeña viñeta.
La tormenta era ensordecedora. Leah no le tenía miedo, pero la detestaba. El bosque se ponía demasiado tenebroso y el mar increíblemente exaltado. Igual esa noche no estaba en ninguno de los dos lugares. Sólo estaba en cama, intentando dormir, pero parecía que sería imposible. Los rayos iluminaban el interior de su cuarto y los truenos resonaban cada vez con mayor cercanía.
Al menos estaba sola y no tenía que escuchar a su madre alarmarse con cada rayo. Sólo esperaba que Seth estuviera en algún lugar seguro, aunque su instinto le decía que estaría en casa de los Cullen.
De repente sus finos oídos la hicieron levantar la cabeza. Alguien se acercaba. Eran pasos rápidos y fuertes. ¿Quién estaría fuera en medio de esa tormenta?
El olor la alertó. ¿Jacob?
Corrió a abrir la puerta de la casa, justo cuando él llegaba. Estaba empapado de la cabeza a los pies, el agua escurría por su cara y sus hombros se movían agitados. La miraba fijamente, sin dar un paso para entrar, a pesar de que el furioso viento le hacía difícil a Leah sujetar la puerta y empezaba a mojarla a ella también.
-¡¿Qué pasa?! - gritó para que la oyera por encima de la tormenta - ¡¿Sucedió algo malo con Nessie?!
Su alfa negó, aunque su cara se contrajo de dolor al escuchar el nombre de la niña de la que estaba imprimado.
-¡¿Qué demonios pasa, Jacob?! - Leah empezaba alarmarse. Algo estaba mal. - ¡¡Vamos, entra!!
Extendió una mano hacia él y entonces sucedió. Jacob la tomó y la atrajo hacia él. La beso con fuerza, estrechándola por la cintura y apoyándola contra la puerta. Era un beso salvaje, sin ningún cuidado o control. Leah pudo sentir el agua fría pasando de las ropas empapadas de Jacob a las suyas cuando sus pechos empezaron a congelarse, pero la ola de calor que la invadió contrarrestaba el efecto. El viento no cesaba, y el agua empezaba a meterse a la casa, bañándolos a ambos mientras se besaban apasionadamente contra la puerta.
Leah no quería preguntar, tampoco quería saber ya lo que sucedía. Sus manos subían y bajaban con algo cercano a la desesperación la espalda empapada de Jacob por debajo de su camiseta, mientras él había dejado sus labios para lamer y morder su cuello con ansias. La luz de los rayos iluminaba a la pareja solitaria en medio de la tormenta.
Gimió cuando Jacob la levantó por la cintura y sin siquiera pensarlo rodeó sus caderas con las piernas y se dejó arrastrar dentro de la casa, chocando varias veces con los muebles y las paredes rumbo a su habitación.
Luego cayeron juntos en su cama, y el frío desapareció.
Bueno, no sólo el frío. Leah abrió los ojos y se encontró sola, acostada en su cama. Su ropa no estaba empapada, aunque una fina capa de sudor cubría su cuerpo. Lo único real eran los relámpagos.
Maldijo en voz alta mientras golpeaba su colchón con furia. ¡¡No de nuevo, no otra vez!! Ahogó un grito contra la almohada.
Inmediatamente después escuchó que llamaban a la puerta de la casa. Aspiró fuertemente y lo percibió.
Esta vez era real.
Jacob.
Corrió hacia la puerta, y cuando abrió, lo encontró allí de pie, empapado de pies a cabeza, mirándola fijamente a los otros.
Fue entonces cuando supo que no había estado soñando: sólo había estado en la cabeza de su alfa.
Levantó una mano hacia él esbozando una sonrisa.
Ambos sabían lo que sucedería.