Decorando - Dubhesigrid

Dec 24, 2008 18:39




-Estás loco.

-Creía que eso usted ya lo había establecido hacía mucho tiempo... ¿Cuál le gusta más? ¿La rubia o la pelirroja?

-¡Sirius! No te atreverás a…

El chico rió.

-Tiene razón tío, si James se entera que puse a una pelirroja en el centro del decorado me hará un interrogatorio que no me gustaría responder... Aunque ahora que lo pienso había una morena en el centro de la revista de hace dos meses…

Se agachó a revolcar la caja de revistas muggles. Escuchó a su acompañante resoplar.

-Por enésima vez Sirius, no soy tu tío. Soy tu tatarabuelo. Un poco de respeto, eso es lo que no tienen los jóvenes de hoy. - hizo una pausa para que sus palabras causaran efecto, pero el chico no dijo nada, absorto en el contenido de la revista que acababa de abrir - ¿De dónde has sacado todas esas porquerías?

-James y yo las compramos anteayer cuando tratamos de localizar la casa de Evans. Pasamos un buen rato eligiéndolas. Creo que hicimos un buen trabajo.

-¡Vagancia! - denunció la voz acusadora - ¿Es lo mejor que tienen para hacer en sus vacaciones de navidad? ¿Ir a buscar indecentes revistas y acosar a una buena alumna?

Sirius se giró para ver el retrato aquel mago de barba negra larga y ostentosos guantes de seda. El director menos popular de la historia de Hogwarts. Phineas Nigellus Black. Lo había bajado hacía un rato de la pared para poder dedicarse a los cambios de estilo que quería dar a la habitación.

-Eso no es totalmente exacto. Son fotos artísticas y no estábamos acosando a Lily. Ni siquiera logramos encontrarla. Además, no creo que sea “acosar” ayudar a mi hermano a encontrar a la futura madre de mis ahijados.

-Tu hermano se llama Regulus Black.

Sirius lo ignoró. Levantó un póster en la mano y lo apuntó con la varita. Calculó con la mirada el lugar de la pared donde iba y sin necesidad de pronunciar el encantamiento de presencia permanente, la foto se encontró fijada para siempre en la pared. Se acercó y trató de arrancarla sin éxito.

Lanzó una exclamación de júbilo.

-Oh no… ¿por qué tenías que heredar ese don de tu madre? - se lamentó Phineas - ¡Mira lo que has hecho de la casa de tus ancestros! Cuando yo tenía esta habitación los colores verdes y plateado cubrían las paredes con elegancia…

-El verde y el plateado siguen ahí. - dijo Sirius con una sonrisa - Debajo de todo lo rojo y dorado que he puesto hoy.

-Tu madre va a matarte - amenazó Phineas - y con toda la razón del mundo.

-Mi madre me ha matado tantas veces que soy un fantasma más consumado que Nick Casi Decapitado. - bromeó Sirius mientras terminaba de pegar los póster muggles de chicas en bikini.

Se sentó en el centro de la cama y miró la habitación con orgullo.

-Va quedando bien, ¿no?

-No te ganarás la vida de decorador, es un hecho.

Sirius rió, con esa carcajada juvenil tan parecida al ladrido de un perro.

-Aún no he terminado.

-¿Crees poder desgraciarlo todavía más?

-Espere y verá. - Sirius le guiñó un ojo pasando frente al cuadro y sacando más revistas de la caja. Pero esta vez eran de motocicletas.

-¡Qué ha hecho tan condenable la casa de los Black para merecer este primogénito! - se lamentó Phineas - Sirius, sé razonable…

El chico rió y se giró para verlo.

-Pensé que creía que los adolescentes no teníamos la capacidad intelectual de ser razonables.

-Evidentemente no la tienen. - resopló el retrato - De otra manera no insistirías estúpidamente en hacerte la vida tan difícil en tu propia casa.

-Tal vez no sea mi casa por demasiado tiempo. - sugirió el chico eligiendo el lugar del póster con una Harvey Davidson último modelo.

-¿Qué has dicho?

Sirius supo que había hablado demasiado. El tono de Phineas había cambiado de exasperación a incredulidad y enojo.

-Lo dije por decir. - se corrigió Sirius - Digo, ya puedo hacer magia fuera del colegio y todo, si las cosas se ponen feas…

-Escúchame jovencito. - Sirius cerró los ojos. Esa era una de esas charlas en las cuales agradecía que Phineas no pudiera salirse del cuadro y agarrarlo del cuello de la camisa o de la oreja - Tú solito te estás echando de esta casa de las maneras más estúpidas posibles.

-¡Hey, eso no es cierto! - rebatió Sirius - ¡Ellos me tratan mal!

-¡No me interrumpas! Merlín, que nadie te ha enseñado modales y Dumbledore no pone en Hogwarts disciplina como en mis tiempos. - lo fulminó con una mirada severa - No te tratan bien, ¿y qué? ¿Qué vas a ganar con que te desconozcan? A veces parece que te esfuerzas por ser más tonto de lo que eres. ¡Eres el mayor, la herencia es tuya!

-Tal vez no quiero la herencia.

Sirius lo miró retador, aunque no pudo negar que la mirada furibunda de su tatarabuelo lo golpeó.

-¿Pero qué estás diciendo? ¿No quieres la herencia de los Black? ¡Podrías sacar a flote la familia si quisieras!

El chico le dio la espalda al retrato. Tal vez tenía razón y era más idiota de lo que creía: no tenía que haberle dicho tan pronto sus planes. No a Phineas, que a pesar de regañarlo incluso más que su propia madre, era el único ser relativamente vivo de en esa casa que tenía algún tipo de fe en él.

Había tenido su retrato en el cuarto toda la vida. Desde niño le reprendía y le daba consejos que no seguía, razón de nuevas reprimendas. Sin embargo, había dicho siempre que Regulus no tenía seso para nada más que repetir como un loro las ideas de su madre, y que sus primas eran tres arpías: una traidora, una materialista y una demente. Dentro de lo malo, Sirius parecía ser lo menos negativo.

-No voy a irme ya, no seas alarmista. - dijo Sirius mientras sacaba una pequeña caja de fotos de su baúl. Tomó una foto de sus amigos y él y con un susurro, utilizó el hechizo geminio para crear una copia - Si fuera a irme, no pegaría esta foto aquí, ¿no cree? Es el detalle final.

Contempló las paredes escogiendo el lugar estratégico con esmero. Finalmente sonrió y pegó la foto de los cuatro merodeadores ahí para siempre.

-¿Qué le parece? - preguntó girándose hacia el retrato, quien volteó la cara molesto.

-Cuatro revoltosos e irrespetuosos. Eso es lo que son. Pero al menos, esa foto se mueve.

Sirius contempló la habitación satisfecho.

-Yo que tú no sonreiría así. - le regañó Phineas nuevamente - Tu madre va a matarte y esta vez tu padre va a ayudarla. Ahora, ¿has pensado que hacer conmigo? Porque yo no me quedaré en este sacrílego cuarto.

Sirius asintió, y su sonrisa se diluyó un poco.

-Creo que el cuarto de invitados estará bien. Ahí podrá enterarse de muchas cosas.

-No soy un viejo chismoso.

Sirius rió.

-Los jóvenes somos inconscientes, los viejos chismosos.

-¡¿A quién llamas tú viejo chismoso?! ¡¡Mocoso irrespetuoso!! ¡Oh, si yo aún fuera director de Hogwarts otro gallo cantaría! ¡Le diré a tu madre que…!

Sirius ignoró la retahíla del retrato mientras lo llevaba al cuarto que le había indicado. Cuando salió todavía le estaban regañando y estaba seguro de que si volvía en media hora, el sermón no habría terminado.

Pero no pensaba volver.

-------------------

Phineas odiaba el nuevo lugar que su malagradecido tataranieto le había asignado, cambiándolo por un montón de chicas muggles en bikini y chatarra motorizada. La habitación estaba vacía y se aburría.

Ya debían de haber descubierto la barrabasada que el chico había hecho con su cuarto, y le castigarían por negarse a quitar todos los estúpidos decorados.

Se deslizó del cuadro hacia otros de la casa para averiguar lo sucedido.

Fue entonces cuando le dieron la noticia: Sirius Black había escapado de la casa.

-No lo creo. - repuso con brusquedad.

Su declaración fue categórica antes de empezar a recorrer todos los cuadros buscando a su tataranieto preferido.

No podía asimilar que la esperanza que tenía en los Black hubiera renunciado a ellos.

Era una traición que no perdonaría jamás.

personaje: phineas nigellus, fandom: harry potter, personaje: sirius black

Previous post Next post
Up