Tal Vez - Gibbs, Fornell (Gibbs/Diane)

Jan 05, 2012 17:36

Fandom: NCIS
Título: Tal vez
Personajes: LJ Gibbs, Fornell (muchas menciones a Diane)
Advertencias: spoilers 9x07
Notas: ¡hola sracheg, soy tu amiga secreta! Esto me ha costado sudar sangre, mis musas no han estado muy por la labor y yo tenía que irme por lo más "sencillo" de la lista, pero bueno, aquí tienes. Creo que no es exactamente lo que pedías pero espero que sepas que está hecho con mucho cariño.

Los pasos de Fornell, fuertes y rápidos le confirmaron a Gibbs, incluso antes de mirarlo, que estaba alterado.

-Dos horas cenando. Los cuatro juntos. Necesito un trago -exclamó mientras terminaba de bajar las gradas del sótano. Afuera ya era de noche. A juzgar por el abrigo que traía, hacía frío.

Allí en el sótano Gibbs solía aislarse lo suficiente para no enterarse de nada.

El trago que le pedía ya estaba servido, de manera que el agente del FBI lo tomó rápidamente, sin arrugar el gesto. Gibbs lo miró ligeramente divertido.

-No pudo ser tan malo -comentó rellenando de nuevo el viejo frasco de clavos que había vaciado para su amigo.

Fornell lo fulminó con la mirada. Siempre que tenía encuentros como esos volvía increíblemente susceptible.

-Emily, Diane, su esposo y yo. Dos horas, explicándolo todo lo sucedido a Emily -masculló Fornell tomándose con más calma el segundo trago.

Gibbs asintió y volvió a dirigir la mirada al trabajo que estaba realizando. Aunque siendo sincero desde la visita de Diane el día anterior no había avanzado demasiado. Fornell le había comunicado que había discutido con su ex sobre la manera apropiada de explicarle a Emily lo sucedido con su padrastro.

-Querías estar ahí -le recordó.

A la gente no le gustaba que le recordaran ese tipo de cosas, su amigo no era la excepción.

-Bueno, sí, quería explicarle a mi hija lo sucedido -contestó a la defensiva, haciendo énfasis en el término “mi hija”.

Gibbs sabía que si bien Fornell no extrañaba su vida matrimonial en la mayor parte, odiaba que ese otro tipo fuera a quien Emily veía como figura paterna en la casa.

-¿Lo hiciste? -Preguntó el hombre mientras ajustaba el nivel que estaba utilizando.

La pregunta no mejoró su humor. Se recostó en uno de los soportes del sótano y bufó.

-Me hubiera gustado que oyeras a Sterling explicando las cosas. -Parecía disgustado-.  No es justo, ¿por qué tú te libras de estas cosas?

Gibbs sonrió ligeramente, aunque sus ojos no tuvieran el menor rastro de diversión.

-Yo no tengo hijos con Diane -le recordó.

Por un momento se mantuvieron en silencio, mientras Gibbs tomaba un trago. Fornell fue quien lo rompió, con una risa corta y sarcástica.

-¿Lo imaginas? ¿Qué tuviéramos hijos - hermanos?

Gibbs sonrió de manera ausente. Tener más hijos nunca había estado dentro de sus planes, pero sí de los de Diane.

Recordaba esas discusiones. Las venenosas acusaciones de su entonces esposa, los rabiosos gritos que dejaba en la entrada del sótano. La brutal sinceridad acusándolo de temer compartir su amor por Kelly con alguien más.

La pregunta rabiosa de si no la consideraba suficiente para darle un hijo.

Después de la conversación con ella, el día anterior, había evitado pensar en ello, pero ante la pregunta de Fornell la cuestión se planteaba de nuevo.

Si hubiera tenido un hijo con Diane, tal vez Fornell no hubiera tenido ninguna hija con ella. Tal vez ni siquiera hubiera tenido oportunidad de casarse con ella.

Tal vez podrían haber sido felices.

El pensamiento amargo se había vuelto ineludible desde el día anterior. Llegaba junto recuerdos lejanos y difíciles de evocar después de todo lo sucedido entre ambos. Recuerdos donde veía una Diane joven y llena de energía, la vitalidad latiendo en sus venas y la emoción en su mirada. Arrojada, apasionada por todo, dispuesta a comerse el mundo.

Por algo había encontrado en ella consuelo y olvido aunque durara poco. Por eso, aunque el término fuera horrible era exacto: había sido por un tiempo el antidepresivo perfecto. Pasión, intensidad, fuego.

Hasta que lo había consumido, incapaz de resistir todo eso.

Estaba herido, agotado. Tal vez él pudiera haberlo hecho, si hubiera sido otro. Si el recuerdo de Shannon y Kelly no lo hundiera con ellas siempre.

Diane tenía razón después de todo.

Alejó esos pensamientos. No llevaban  a nada bueno. Rellenó su propio frasco y sonrió de medio lado.

-Imagina las cenas familiares.

Ambos sonrieron para sí mientras terminaban sus tragos. Gibbs y Fornell sabían mantener silencios prolongados que no resultaban tensos ni incómodos. Demasiados años de compartir su compañía, sin importar si pasaban meses sin verse en ocasiones. El agente del FBI tomó asiento visiblemente menos alterado.

Sin embargo, ambos seguían pensando sobre el mismo tema: Diane.

Era inevitable que el caso que acababan de trabajar para ella no reviviera más de lo que ambos hubieran querido. Gibbs se preguntaba si él también tenía dudas sobre la posibilidad de haber sido feliz con ella. Si sabía que nunca había sido totalmente posible.

-¿Qué crees que tiene ese tipo? -preguntó Fornell con un gruñido. No necesitaba aclarar a quién se refería.

Gibbs ladeó la cabeza, considerándolo.

-Sabe como tratarla.

Ellos no. Tal vez Diane no era la persona más fácil para convivir, pero ciertamente ninguno de ellos era un esposo ejemplar. No podía responder por Fornell, pero sí sabía lo que había sido él.

Desde la visita de Diane el día anterior, comprendía mejor lo que había sido para ella.

-Ella parece feliz -comentó Fornell con un tono que no dejaba claro si era un reproche o un alivio.

Gibbs optaba por lo segundo. Dejó la pieza que estaba trabajando y se giró para ver a su amigo.

-Mientras esté feliz…

Supo por el brillo en los ojos del agente que le había entendido perfectamente. Terminó la frase por él.

-…no se meterá más con nosotros.

Ambos sonrieron ligeramente. Tener exesposas en común no era algo convencional, pero ninguno de ellos lo era. La violenta irrupción de Diane en la vida de ambos con ese caso empezaba a quedar atrás.

Era mejor dejarlo ir. No le haría ningún bien.

Gibbs miró a su alrededor como si buscara algo y frunció el ceño.

-¿No me trajiste cena?

Fornell frunció el ceño a su vez.

-Andaba cenando -le recordó.

El agente de NCIS lo miró fijamente, frunciendo ligeramente el ceño.

-Yo no he comido.

-Haber venido a la cena -replicó Fornell con una sonrisa burlona.

Al menos el agente del FBI había recuperado su buen humor. Gibbs gruñó algún sonido inarticulado y se dirigió hacia las escaleras. Escuchó con satisfacción que Fornell, tras pensarlo un momento, se levantaba y lo seguía.

-Está bien, te prepararé algo… De cualquier forma nada de lo comí me sustentó en esa cena…

En lo alto de la escalera, Gibbs sonrió para sí satisfecho y continuó hacia la cocina sin esperar a que lo alcanzara.

El matrimonio de ambos con Diane había resultado muy mal. Pensar en lo que pudo haber sido y no fue no servía de nada.

Al final, sólo el presente contaba. La relación con Fornell lo había valido todo.

Previous post Next post
Up