May 07, 2012 20:24
──¿Estás seguro de que él vendrá?
Ante la pregunta de Changmin reinó un tenso silencio. Yunho podía ser capaz de lucir confiado y tranquilo en el exterior, pero su mejor amigo era tan astuto para poder percibir la impaciencia interior que escapaba de sus ojos y se filtraba a través de sus lentes de sol.
──Él vendrá.
Con la mandíbula tensa, Yunho sentenció en plena seguridad, el tono recio de su voz no dejó un espacio vacío para la más mínima duda. Changmin no dijo nada más pero en el fondo todavía creía que esta espera era inútil, para él era mejor que su amigo comenzara a preocuparse por adquirir un vuelo próximo que lo llevara en las siguientes horas a su destino en lugar de gastar el tiempo aguardando pacientemente por una persona que en estos momentos debía estar en otro lugar casándose con alguien más.
Con un suspiro escapando de sus labios Changmin volvió a ocupar su lugar en la sala de espera del aeropuerto, su mente persistía en el mismo pensamiento. Yunho estaba exigiendo y esperando demasiado de JaeJoong cuando él había sido en primero en romper su relación
abandonándolo sin consideración.
Ni siquiera había dejado para JaeJoong alguna promesa a la cual él pudiera aferrarse en su ausencia.
Cuando por fin, después de unos años Yunho regresó JaeJoong ya había cambiado, tenía una
nueva vida, un nuevo amor y un prometido que lo amaba más que a nada. Pero Yunho no
estando satisfecho con haberle roto el corazón en más de una ocasión, se empeñó en
recuperar lo que había sido y seguía siendo suyo.
A consciencia había arrastrado entre sus planes egoístas a su hermano menor, Kim Hyun Chul,
todo con el fin de llamar su atención y funcionó; no pasó mucho tiempo para que JaeJoong
volviera a caer bajo su encanto seductor. Luego ambos sin pensar en las consecuencias se
habían enfrascado en una especie de relación a espaldas del hermano y prometido de
JaeJoong y este había aumentado la expectación esperado hasta el último momento para
hacer su elección…
Con una renovada ola de aburrimiento, dio una rápida mirada a la terminal sus ojos
reconocieron una silueta delgada familiar abriéndose paso entre la gente que abarrotaba la
terminal, Changmin sonrió entre divertido e incrédulo cuando lo vio caminar sin vacilar hacia
Yunho, contra toda lógica tenía que aceptar el hecho de que estaba equivocado.
JaeJoong había ido.
JaeJoong lo había elegido.
Y ahora con una sonrisa nerviosa en sus labios y su mirada persistente en él avanzaba con
decisión hacia Jung Yunho arrastrando sus maletas.
Cuando ambos estuvieron de frente permanecieron inmóviles durante interminables segundos,
sus miradas que se habían encontrado desde la distancia jamás se perdieron, ninguno era
capaz de decir nada, ni era necesario porque las palabras y promesas escapaban de sus ojos y
se mantenían flotando en el aire.
Luego de esa extraña calma sin vergüenza JaeJoong se precipito a los brazos fuertes de
Yunho, sus frentes chocaron y sus labios temblaban resistiendo un indomable impulso de darse
un beso, un beso que habían rezagado durante mucho tiempo.
Sólo ellos dos podían pretender ser unos desconocidos para luego actuar como un par de
tontos enamorados.
Al verlos Changmin torció una sonrisa satisfecho, pero no dejó de pensar en los problemas que
ambos dejaban atrás.
Un novio plantado frente al altar y un joven tonto e ingenuo ilusionado con su primer amor.
Casi podía llegar a sentir lastima por los terceros en discordia, pero a pesar de todo, esto era lo
mejor, Yunho y JaeJoong habían retrasado hasta el final el momento de tomar la decisión que
los haría felices y ahora en su camino era necesario pisotear los sentimientos de dos personas
inocentes.
Pero al menos estaban juntos.
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Después de darles el último adiós a sus amigos Changmin dio la vuelta para desaparecer del
lugar, sin embargo en menos de un parpadeo el ambiente cambio totalmente y él solo pudo
observar en silencio el drama que se desarrollaba a pocos metros de él.
Pero ellos no desistieron y a pesar de todo los vio atravesar el umbral de la puerta para abordar
su avión tomados de la mano, en una agarre que jamás vaciló.
A sus espaldas Hyun Chul se derrumbaba en el suelo deshaciéndose entre lágrimas y sollozos
en un espectáculo demasiado patético para un hombre, Seung Hyun por su parte apenas
terminaba de asimilar su propio abandono y por su rostro todavía circulaban un sin fin de
emociones. Durante pocos segundos se mantuvo quieto, reacio a consolar al hermano del
hombre que lo acababa de abandonar.
Y fue entonces cuando entendió que era su deber intervenir y no supo hasta meses después
que caminaba hacia su destino, el momento de encontrar el amor, ese sentimiento que jamás
había comprendido.
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La espera que se prolongó casi por toda una noche terminó con la presencia del doctor en la
sala de espera.
─Ambos se encuentran fuera de peligro, pero se mantendrán en un periodo de observación el
tiempo necesario.
El hombre, estoico y con actitud serena calmó la agitación silenciosa que había reinado por
largas horas en ese espacio.
Casi enseguida de que el médico terminara de entregar su evaluación reciente Seung Hyun
giró cauteloso buscando a la única persona que lo acompañaba a una distancia prudente,
encontrando sólo un espacio vacío.
A pocos metros de ahí dando pasos violentos y pesados la figura de Yunho desaparecía por el
pasillo del hospital sin mirar atrás.
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Un líquido color ámbar fluía a través de un delgado tubo pequeño rematado por un fino trozo de metal que atravesaba una de sus arterias.
JaeJoong se acomodó sobre la cama de hospital con exagerado cuidado evitando por todos los medios cualquier movimiento brusco que pusiera en peligro la vida de su hijo.
Una amenaza de aborto.
El ruido sordo de esa realidad le producía escalofrío. Había estado a punto de perder otro hijo y esta vez toda la responsabilidad recaía en sus hombros. Cuando Yunho no estuvo allí para él en el momento en que perdió a su primer hijo le había gritado acusándolo una y otra vez de ser
un asesino y ahora por su propia voluntad estaba caminando en línea recta hacia esa misma
dirección.
Pero aún estaba a tiempo de rectificar su camino y comenzar a vivir adecuadamente con o sin
Yunho todo por el bien de su hijo.
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Cuando la puerta se abrió, Jaejoong giró con brusquedad olvidando por unos segundos el cuidado que debía poner a sus movimientos. Sus ojos buscaron esperanzados a una persona más detrás de la puerta.
Tan pronto como vio quien cruzaba el umbral ese brillo se esfumó. Trató de borrar inmediatamente la decepción en su rostro pero estaba seguro de que no pasó desapercibido para Seung Hyun.
──¿Cómo te sientes?
──Estamos bien, es lo importante…
JaeJoon respondió con un nudo en la garganta entrecortando sus palabras. Sintiéndose
estúpido por hacer esa pregunta Seung Hyun giró su rostro fingiendo no ser consiente del
rostro cansado, la piel pálida y el tono vidrioso que rodeaba a las esferas negras reflectantes en
su rostro.
──Jaejoong…
En el susurro de una súplica desesperada, buscando aliviar todo el dolor en el alma y cuerpo
JaeJoong el visitante tomó la mano que estaba libre de una aguja intravenosa, el contraste en
el tono de su piel se evidenciaba más en esos momentos.
Seung Hyun tomó su muñeca aprisionándola con suavidad, queriendo ocupar su lugar cada
vez que JaeJoong resultaba herido.
Una pequeña sonrisa se arrastró por la comisura de los labios de JaeJoong al entender su
gesto, casi adivinando lo que Seung Hyun estaba a punto de decir.
──¿Sientes lastima por mí o no has aprendido tu lección?
──Prefiero definirme a mí mismo como una persona buena y compasiva.
Seung Hyun falló en su pobre intento de bromear mientras la propuesta que acariciaba su
lengua era confinada al olvido. Quería hacer una oferta para que él estuviera de nuevo a su
lado, pero al final desistió, desde el principio esta guerra estaba perdida, era mejor no darse
falsas esperanzas, JaeJoong no lo amaría a él y no era tan tonto para arriesgar su corazón por
segunda ocasión, pero cuidaría de él y se mantendría a su lado el tiempo que fuera necesario.
Después de un incómodo silencio que resultaba demasiado pesado de soportar terminó por
contestar las preguntas silenciosas que JaeJoong quería escupir por la curiosidad. Yunho fue la
última persona que vio antes de ser ingresado a urgencias en el hospital.
──Él se fue.
No hubo necesidad de decir su nombre, un poco de tacto al hablar tampoco fue necesario para
contestar la pregunta que permanecía en los ojos de JaeJoong desde que Seung Hyun había
entrado en esa habitación.
──Creo que él pensó que el niño que esperas no es suyo. Sus cuentas le fallaron, supongo y
siendo así no tenía nada más que hacer aquí.── Dijo burlón y encogiendo sus hombros
sacando una sonrisa al rostro casi sin vida de JaeJoong.
──No me molesté en aclarar la paternidad de su hijo, creo que es algo que les concierte hablar
únicamente a ustedes dos.
JaeJoong permaneció sigiloso y pensativo, no iba a negarlo, la idea de mentirle a Yunho como
su venganza silenciosa sonaba condenadamente bien, una pequeña retribución de todo el
dolor que le había hecho pasar. Pero no el fondo no tenía la intención de ocultarle a su hijo, no
quería hacer de su tensa relación con Yunho algo todavía más tormentosa de lo ya que era.
El amor que todavía le guardaba impedía hacer algo tan egoísta como eso, sobre todo por el
hecho de que Yunho siempre había querido ser padre. Jaejoong jamás escaparía de la imagen
de un Yunho ilusionado al planear la llegada de un bebé. Ese cálido recuerdo permanecería
intacto en su mente para burlarse de él y de la forma tan abrupta en que había terminado todo
entre ellos.
En un parpadeo todos esos planes en conjunto se hicieron añicos y el sexo fue lo único que
habían compartido los últimos meses que estuvieron juntos, era la única prueba de que él y
Yunho seguían siendo una pareja.
A veces ese hombre podría poseer una impenetrable barrera para ocultar sus emociones que
no dejaba de hacerlo más lejano llegando al punto en que JaeJoong no podía entenderlo ni se
esforzaba por hacerlo.
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Changmin miró atento el reloj de pared, en pocos minutos su novio torpe e hiperactivo estaría
ahí para romper el silencio que reinaba en su departamento todas las tardes.
El timbre de un teléfono rompió abruptamente con el mutismo del lugar. Siendo un número
desconocido el que se registraba en la pantalla dudó en contestar pero finalmente se encontró
llevando el aparato hacia su oreja.
──¿Yoboseyo?
──¿Cómo está…?
Sin un previo saludo fue lo primero que escuchó a través de la línea telefónica. Reconoció
enseguida la voz de quien le llamaba seguida de un silencio que esperaba por una respuesta.
Comparado con las ocasiones anteriores Changmin había esperado demasiado tiempo para
recibir esta llamada.
──Ella quiere verte, todos los días, en cada momento pregunta por ti.
Changmin insistió tratando de apelar a la consciencia perdida en su amigo desde hace más de
un año, con la poca convicción de que en esta ocasión tal vez hubiera un cambio en la decisión
de Yunho de no ver a esa persona.
──¡Estoy en casa!
Una voz animada desde la estancia interrumpió su conversación y por alguna extraña razón
Changmin tuvo la sensación de ser descubierto haciendo alguien indebido
──No sabía que estabas viviendo con alguien
La voz inexpresiva de Yunho en lugar de preguntar, le afirmó, como una prueba de que el grito
del recién llegado cruzó hasta el otro lado de la línea.
──Hablaremos más tarde.
Changmin cortó la llamada sin darle tiempo a su amigo de responder, Yunho seria tal vez la
última persona en el mundo con la que hablaría acerca de su novio.
──¿Con quién hablabas?
Hyun Chul preguntó sin doble intención mientras acomodaba los recipientes de comida sobre el
cristal de la mesa, algunas porciones más de las que eran suficientes para dos personas.
Contrario a lo que se pudiera pensar de su figura pequeña y delgada, al igual que Changmin él
poseía un excelente y voraz apetito
──Sólo un viejo conocido.
Le respondió con voz ronca, vacilante, voluble a merced de los celos que llenaban su mente,
no podía olvidar que Yunho había sido el primer hombre en la vida de Hyun Chul, tampoco
estaba interesado en saber hasta qué punto avanzó su falsa relación mientras estuvieron juntos
y el hecho de que Hyun Chul jamás haya hablado acerca de su relación con Yunho le hacía
pensar que sus sentimientos por el no eran cosa del pasado y se mantenían enterrados en
algún lugar profundo.
Y si era completamente sincero consigo mismo, Changmin tenía miedo a la posibilidad de
perderlo.
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Después de que su llamada fuera rechazada por novena o décima vez Yoona arrojó su teléfono
con molestia, Yunho la estaba ignorando, de nuevo. Pero el alcohol que saboreaba en su boca
cada vez que compartían sus labios le daba una ligera idea de dónde podía estar.
Casi diez minutos después se encontraba atravesando el umbral de uno de los lugares más
frecuentados por Yunho, hubiera sido capaz de buscar en cada bar reconocido de Seúl sólo por
la figura masculina que en sus ojos codiciaban en esos momentos.
Pero estaba de suerte, su búsqueda no se extendió por mucho.
Yoona avanzó hacia él y se colocó en el lugar vació en la barra que se encontraba al lado de su
objetivo, Yunho detuvo su consumo de alcohol al reconocer el sonido de su voz femenina
exigiendo un trago. Pero en ningún momento le dirigió la mirada y ella permaneció en silencio a
su lado.
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Yoona se incorporó sobre la cama arrastrando la sábana para cubrir la parte superior de su
cuerpo sin apartar la mirada del rostro dormido de su amante.
Entendía a la perfección que Yunho quemaba un dolor sordo con botellas de alcohol y lo único
que había para ella era la posibilidad de recrear una falsa ilusión al lado de ese hombre que
deseaba estar en otro momento, con alguien más ocupando el lugar que ella usurpaba.
Estiró su mano buscando la bata de seda que horas atrás le había estorbado. Abandonó la
habitación compartida al recordar un par de documentos que en su rápida salida había dejado
en el olvido.
Las hojas fueron depositadas por un par de manos femeninas en el interior de una carpeta
dejando escondido el nombre del sanatorio ubicado a las afueras de la ciudad de Seúl y el de la
paciente escrito en la parte superior de los papeles.
remordimiento [regret]