[RetoDiario][Pet Oshigotochuu] Zoofilia
Fandom: Pet Oshigotochuu
Disclaimer: Propieda de mi ídolo Yamato Nase-sensei, que a todo esto, le dedicaré una semana a sus múltiples y fabulosos mangas.
Título: Zoofilia
Claim: Kudou Tohru/Tomura Mizuki, con apariciones de un Harada posesivo e idiota como siempre.
Advertencias: Insinuaciones de zoofilia inexistente e irracional.
Notas: Siempre quise que hubiera un capítulo de algo como esto pero simplemente no se dio. Nimodo. Igual cruzo los dedos por que Yamato-sensei haga un doujinshi de esto.
― ¿Qué es esto? ― dijo al ver esas hojas sobre su escritorio. Estaba seguro ―totalmente― de que la noche pasada lo había dejado limpio, claro con cierta ayuda. Por ello, ¿qué diablos estaban haciendo todas esas hojas allí?
― Leerla no te costaría nada, Kudou ― pasando por alto la notoria molestia de su compañero, sugirió o más bien le ordenó que diera lectura a dicho papel.
Éste, un tanto escéptico, levantó dicho documento para informarse de una buena vez por la razón de que estuviera ocupando valioso espacio de su mesa de trabajo. Conforme sus ojos grababan las letras para reproducirlas dentro de su cerebro y así darle el significado correspondiente según las lecciones escolares archivadas en su subconsciente, trató de conservar su impávida fisionomía. Pero, joder, era bastante complicado lograrlo, y es que por el contenido de aquella estúpida ¿amenaza?, porque seguro era lo que quería espetar el otro, por muy idiota que fuese su forma de hacerlo, debido a lo que estaba escrito allí.
No la releyó, incluso ni la terminó de leer.
― Esto ― suspiró cansinamente para volver a dejarla sobre su escritorio. Igual, ya tendría tiempo para tirarla lo más lejos posible y fallar en atinarle al bote de basura, con la clara intención de que Mizuki se la devolviera.― Qué infantil.
Sin mirar a Harada, se volvió hacia la puerta de su recámara con la clara intención de abandonarla.
― Kudou, espera ― pero su compañero de piso al parecer no iba a dejarlo escapar tan fácilmente.― ¿Te das cuenta de tu situación?, no puedo creer que estés tomando esto tan tranquilamente.
Aquí, se le antojaba preguntar justamente a qué situación estaba haciendo referencia el aniñado ejecutivo, pero solo le miró con fastidio.
― Lo qué estás haciendo con Mi-kun se llama: ¡ZOOFILIA!, eso está penado, no dejaré que sigas abusando así de nuestra mascota ― gritó tan fuerte que eso provocó que ciertas personas se sumaran a la “amena” (ahá) e inocente (pfff) plática que estaban sosteniendo; y entre ellos, Mizuki no podía faltar.
― Qué idiota ― no pudo más que llevarse la mano a la cara, si Harada podía gritar eso y no sentir vergüenza, bien, pero él no.
― H-harada-san, este, le recuerdo que no olvide que soy un ser humano, una persona más en concreto. Por favor no sea tan cruel y déjese de tonterías ― y allí estaba el pobre hermano menor de Koichi, tratando de defender aún su puesto inexistente como ente pensante dentro de la casa.
Que vamos a estas alturas, incluso a un cactus le leerían sus derechos y obligaciones y probablemente tendría acceso a un seguro; cosa que para el menor de los Tomura eso se veía remoto, y más con estúpidas situaciones como éstas.
― ¡Oh!, pero ¿qué es lo que dices?, ¿no ves que ese bastardo de Kudou solo te está haciendo cosas infames? A ti, nuestra linda mascota ―
― ¿Infames?, ¿tratarme como persona es una cosa infame? ―
Disclaimer: Propieda de mi ídolo Yamato Nase-sensei, que a todo esto, le dedicaré una semana a sus múltiples y fabulosos mangas.
Título: Zoofilia
Claim: Kudou Tohru/Tomura Mizuki, con apariciones de un Harada posesivo e idiota como siempre.
Advertencias: Insinuaciones de zoofilia inexistente e irracional.
Notas: Siempre quise que hubiera un capítulo de algo como esto pero simplemente no se dio. Nimodo. Igual cruzo los dedos por que Yamato-sensei haga un doujinshi de esto.
― ¿Qué es esto? ― dijo al ver esas hojas sobre su escritorio. Estaba seguro ―totalmente― de que la noche pasada lo había dejado limpio, claro con cierta ayuda. Por ello, ¿qué diablos estaban haciendo todas esas hojas allí?
― Leerla no te costaría nada, Kudou ― pasando por alto la notoria molestia de su compañero, sugirió o más bien le ordenó que diera lectura a dicho papel.
Éste, un tanto escéptico, levantó dicho documento para informarse de una buena vez por la razón de que estuviera ocupando valioso espacio de su mesa de trabajo. Conforme sus ojos grababan las letras para reproducirlas dentro de su cerebro y así darle el significado correspondiente según las lecciones escolares archivadas en su subconsciente, trató de conservar su impávida fisionomía. Pero, joder, era bastante complicado lograrlo, y es que por el contenido de aquella estúpida ¿amenaza?, porque seguro era lo que quería espetar el otro, por muy idiota que fuese su forma de hacerlo, debido a lo que estaba escrito allí.
No la releyó, incluso ni la terminó de leer.
― Esto ― suspiró cansinamente para volver a dejarla sobre su escritorio. Igual, ya tendría tiempo para tirarla lo más lejos posible y fallar en atinarle al bote de basura, con la clara intención de que Mizuki se la devolviera.― Qué infantil.
Sin mirar a Harada, se volvió hacia la puerta de su recámara con la clara intención de abandonarla.
― Kudou, espera ― pero su compañero de piso al parecer no iba a dejarlo escapar tan fácilmente.― ¿Te das cuenta de tu situación?, no puedo creer que estés tomando esto tan tranquilamente.
Aquí, se le antojaba preguntar justamente a qué situación estaba haciendo referencia el aniñado ejecutivo, pero solo le miró con fastidio.
― Lo qué estás haciendo con Mi-kun se llama: ¡ZOOFILIA!, eso está penado, no dejaré que sigas abusando así de nuestra mascota ― gritó tan fuerte que eso provocó que ciertas personas se sumaran a la “amena” (ahá) e inocente (pfff) plática que estaban sosteniendo; y entre ellos, Mizuki no podía faltar.
― Qué idiota ― no pudo más que llevarse la mano a la cara, si Harada podía gritar eso y no sentir vergüenza, bien, pero él no.
― H-harada-san, este, le recuerdo que no olvide que soy un ser humano, una persona más en concreto. Por favor no sea tan cruel y déjese de tonterías ― y allí estaba el pobre hermano menor de Koichi, tratando de defender aún su puesto inexistente como ente pensante dentro de la casa.
Que vamos a estas alturas, incluso a un cactus le leerían sus derechos y obligaciones y probablemente tendría acceso a un seguro; cosa que para el menor de los Tomura eso se veía remoto, y más con estúpidas situaciones como éstas.
― ¡Oh!, pero ¿qué es lo que dices?, ¿no ves que ese bastardo de Kudou solo te está haciendo cosas infames? A ti, nuestra linda mascota ―
― ¿Infames?, ¿tratarme como persona es una cosa infame? ―