[De la Infancia][REBORN!] Obra de arte

Feb 03, 2011 18:32

Título: Obra de arte
Autor: cheeri
Fandom: Katekyo Hitman REBORN!
Desafío: #007 - Pintar con las manos
Pairing o Personaje: Rokudou Mukuro/Sawada Tsunayoshi
Rating: T
Resumen: ¿Sabes?, quisiera saber una cosa, ¿cómo puede horrorizarte el arte cuando te apasionas tanto, Sawada Tsunayoshi?
Advertencias: Un niño de 10 años trolleando a uno de 7 años.
Nota de Autor: No puedo controlar mi OOC, así que es mejor dejar que salga a acomularlo.
Tabla: Tabla
Derechos: REBORN! es propiedad de Amano Akira.

Suelta un pequeño quejido al sentir lo frío que está aquel líquido. Niega con la cabeza y arruga la frente. Se estremece antes de volver a sacudir la cabeza un par de veces más. Ahora mismo con tales acciones parece un felino renuente.

― ¿Q-qué me pusiste?, nyah ― se revuelve insistentemente mientras se talla con el dorso de ambas manos el rostro.― N-no puedo, no puedo quitármelo.

Solo se está quejando absurdamente, piensas. Sin embargo ahora mismo el verse asomar a ese par de lágrimas en esos enormes y radiantes ojos chocolate, te hace cambiar de idea.

Pero por supuesto no te arrepentirás.

― No se quita. La gente se va a burlar de mí ― empieza ahora sí, sin más, a llorar.

Y tú sigues mirándole como si exagerara. Es entonces cuando decide mirarte a través del llanto. Pero parece arrepentirse de inmediato. ¿Será porque no le sonreíste?

― ¿Qué sucede? ― preguntas neutral. Casi insensible a lo que ocurre ― ¿no te gusta?

Hielas el brillo de tú único ojo visible. Ese que es azul. Alzas la barbilla al tiempo en que te pones de pie para verle desde las alturas. Siempre que algo le duele (físico o mental) se queda allí de rodillas en el suelo sollozando y tú te yergues como si no te importara.

― Me veo raro ― hipa varias veces, sin dejar de frotarse la cara. A este paso no se sabrá si lo rojo de su piel es producto de tu infamia o por su irritación.

Aprietas los dientes un breve instante, incluso chirrían levemente. Enseguida sonríes de lado y frunces el entrecejo. Sueltas el pincel de tu mano izquierda sin hacer reparo en que el suelo de madera es delicado. Caminas uno o dos pasos, con los pies desnudos, pues es la distancia entre el chiquillo y tú.

Inclinas el cuerpo al frente para sujetar entre los dedos el fino cabello castaño.

― Oya?, ¿desde cuándo te convertiste en crítico de arte, Tsunayoshi-kun? ― jalas un poco, lo suficiente para hacerlo gritar.― No es tan sencillo, ¿sabes?

― ¡N-no!, ¡s-suéltame, me duele! ― reniega manoteando con lo que pareciera una esperanza de poder zafarse de tu mano.

Ni siquiera te mueves, incluso si varias veces las diminutas uñas de Sawada alcanzan a rasguñarte ligeramente.

― ¿Te duele? ― tiras más fuerte.― ¿Sabes?, tienes razón. Te ves raro

Sonríes pero esta vez relajas las facciones.

― ¿Huh? ― se queda quieto, observándote. Las lágrimas continúan brotando, no parece intentar detenerlas.

― Porque ese no es tu color kufufu~ ― y antes de que el pueda gritar con ambas manos le prensas el cuello. Aprietas tan enérgico como puedes, pues el cuerpo de un niño no es tan fuerte.

― A―gh ― puedes escuchar con claridad su dificultad para respirar, tragar y hablar. Y en ese momento, en aquel recital, piensas que Sawada Tsunayoshi no sirve como lienzo y que tus manos como pincel no son de utilidad.

En la lucha de Tsuna por tratar de librarse de tu amarre, suelta un estrepitoso gemido que te descoloca por segundos. Un regocijo en el estómago más un disparo en el cerebro es lo que ocasiona.

Le sueltas para verle un minuto.

Sus pálidos pómulos enrojecidos, la mirada acuosa, los labios húmedos y la saliva derramándose de la boca. El bermejo de tus falanges grabadas en el frágil cuello. El cabello pardo pegado a esa frente debido al sudor generado.

Y terminas por sonreír nuevamente.

― Pero éste sí, eres mi mayor obra de arte ― te paras para dejarlo respirar.

El aprieta los párpados y adopta una posición fetal. Solloza sin dejar de temblar. Detesta, lo odia, le aborrece, cuándo la inspiración le llega a su único amigo.

― Yo también estoy feliz ― alzas la vista al techo.― ¿Sabes?, quisiera saber una cosa, ¿cómo puede horrorizarte el arte cuando te apasionas tanto, Sawada Tsunayoshi?

No importa si responde o no, tu ya tienes la respuesta mientras rompes el silencio de la habitación con tu risa sin control.

pareja: rokudou mukuro/sawada tsunayoshi, fandom insano: de la infancia

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