Apr 18, 2007 09:43
Miro desde fuera. Siempre soy espectadora de las situaciones que acontecen a mi alrededor. Lejos de mí, siempre, aunque estén cerca. Las miro como quien observa un programa televisivo, una serie de máxima audiencia, y se identifica con un papel determinado, o le gustaría que pasara esto o aquello, o desearía ser como tal o cual. Siempre desde fuera, en la distancia, levemente echada a un lado, tirada en el sofá de mi vida. Comiendo de las palomitas de los demás, atragantándome con ellas, sintiéndolas en el paladar como si fueran mías. A mi punto de sal.
Pero el estómago sigue vacío, sólo me queda el mando a distancia que apenas puedo controlar. De aquí-allá cambio de canal mil veces al día, me detengo en aquello que capta mi interés, aquello que siempre (ineludiblemente) desata en mí la envidia contenida, la envidia que me provocan aquellos que viven, que se atreven a encararse al día a día.