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Mar 02, 2012 20:43

Otra muerte, otra vez. Gritos que no pueden salir de la garganta,
sucumbidos en el silencio.
Agonía, Agonía del estomago, ácidos gemidos. Desesperación del corazón.
Lagrimas que recorren el rostro. Los cabellos ocultan su rostro. Nada se ve.
Todo esta oscuro.

De nuevo solitario toma sus manos sobre su rostro tratando de ahogar sus sonidos, su dolor.
Nada sirve, se siente peor.

¿Qué sera de aquella agonia que entra en pánico?.
Todo esto fue porque falló. Falló a sus principios. Tomó un cuchillo y lo intentó.  Todavia concsiderar terminar aquello, tiene que acabar con el liquido rojo. Que le recuerde que fue su estupidez la que le hace sufrir. Siente que perdió demasiado, lo poco que tiene, Lo destruye sin pensar o por pensar. ¿Cual fue su error?
Simple.

Hizo comentarios claramente sin sentido, sin derecho, sin razones a su amigo. A quien más estima, comentarios que involucraban a otro conocido. Y ahora, nada es igual. O así lo siente.
Cada que desea crear lazos, lazos hermosos... Termina destruyendolos o manchandolos. ¿Qué pasa?

Grita, ahora su grito, la noche no tiene piedad por esta criatura. Piensa en pedir ayuda, nadie le escucha. Manda un mensaje en su momento de calma, ninguna respuesta. Soledad.

Trata de levantarse... camina, cae lentamente al suelo. El suelo frio es reconfrontante. No lo siente, lagrimas sin parar, la agonia que le invade no desaparece. Toma el regazo de  lo invisible y descansa sobre el frio suelo, no puede ir más abajo. Deja de respirar, de repente en su blanca mente receurda en respirar. Sin embargo no lo desea.

El orgullo, los principios, su ser, se rompe  y descansa en aquel suelo  vacio y oscuro. Anhelando que si hay un mañana, vuelvan los dias antes de su error, cómo si nada hubiese pasado.

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