30 días // JunSeung // Capitulo 24
24. Uno tras otro
Perdí la noción del tiempo. Después de que Jun acabara con Aj, se dispuso a hacerlo conmigo, pero por suerte, los gritos cercanos de YoSeob nos despistaron. Aun así, me costó un poco separarme de él, el deseo era demasiado fuerte. Los tres nos miramos y asentimos, firmando con los ojos un pacto de silencio para siempre.
Nos arreglamos rápidamente, manteniéndonos expectantes hasta que vimos aparecer a YoSeob junto a DongWoon. Sonrió con inocencia y sentí una punzada en el pecho. Le había prometido alejarme de Jun y no había sido capaz de cumplirlo. Comencé a sentirme mal, y el estómago me dio un vuelco.
- Creo que no me encuentro bien… -Me llevé la mano al estómago, apoyándome con la otra en un árbol.
- ¿Dónde habéis dejado a Doojoon? -Aj desvió su atención con la pregunta y Jun se acercó a mí, midiendo la temperatura de mi cuerpo.
- Tienes fiebre otra vez. Necesitas descansar.
- … -YoSeob nos miró un instante, acercándose a mí y poniendo sus labios en mi frente. Todos nos sorprendimos, pero nadie se pronunció.- Sí. Parece que te estás poniendo malo. Doojoon ha conseguido que vengan a por nosotros.
- Estarán aquí enseguida. -DongWoon echó un rápido vistazo a los tres.- Volvamos a la furgoneta… Es raro, pero… no es que hayáis avanzado mucho, ¿no?
- Aj es un torpe y HyunSeung un lento. -Jun suspiró profundamente, como si estuviera cansado de nosotros dos. Sin duda era el mejor actor de los tres. Tanto, que hasta me costó descubrir que era una estrategia.
Entre él y YoSeob, paradojas de la vida, me ayudaron a andar hasta la furgoneta, seguidos de Aj y DongWoon.
Me sentía mal, era cierto. Mi cuerpo tenía extrañas sensaciones y una oleada de frío me invadió. Empecé a preocuparme por mi salud.
Llegamos a la furgoneta y Doojoon me examinó con la mirada, dándome la sensación de que no lo hacía precisamente por mi aspecto enfermo, sino para algo más… Como si quisiera saber si había arreglado las cosas con Jun.
Me acostaron en la parte de atrás. La ayuda no tardó mucho en llegar con gasolina, y pudimos continuar el viaje hasta el apartamento, aunque yo acabé dormido profundamente.
No recuerdo cuando llegamos ni quien me llevó hasta mi cama, sólo recuerdo que desperté inundado en sudor. Abrí los ojos muy despacio y notaba el cuerpo totalmente dolorido y cansado. Me sorprendí al descubrir la figura de Jun a mi lado.
En cuanto notó que estaba despierto puso una mano en mi frente para tomarme la temperatura, suspirando con preocupación.
- El médico llegará en un rato. Parece que te ha bajado un poco la fiebre. ¿Te encuentras bien?
- ¿Qué haces aquí? -Cerré los ojos de nuevo. Dolía menos si no le miraba a la cara.
- Cuidarte. ¿Tan mal estás que no distingues las cosas? -Intentó sonar gracioso, pero eso solo hizo que me sintiera peor. Giré la cabeza hacia el lado contrario de donde se encontraba.
- ¿Y los demás?
- … -Noté como suspiraba cansado y molesto.- Se han ido a la entrevista que teníamos prevista. Yo me ofrecí a cuidarte hasta que viniese el médico.
- Estaré bien. Vete con ellos, has dicho que el médico vendrá pronto, ¿no?
- HyunSeung… ¿Qué narices te pasa conmigo? ¿Vas a estar así toda la vida?
- ¡…! -Abrí los ojos de golpe, girando de nuevo la cabeza y fulminándole con la mirada. Tenía gracia que me preguntase eso.- Me pasa que eres idiota. Que no te enteras de las cosas. Déjame en paz, JunHyung. Olvídame de una vez. Vete con él y haz como si yo no existiese, ¿vale?
No dijo nada. Tan solo se quedó mirándome en silencio durante algunos minutos hasta que se incorporó de la silla en la que estaba y salió de la habitación. Y rompí a llorar. Lloré porque no se negó. Lloré porque no me gritó cuanto me quería. Lloré porque sabía que solo me veía como a un buen amigo con derecho a roce.
Estuve enfermo toda la semana. Uno tras otro me visitaban todos, se quedaban a dormir junto a mí. Menos Jun. No volvió a entrar a verme. A veces le escucha hablar con los demás en el salón. Escuchaba sus risas con Doojoon cuando se reían de GiKwang. Escuchaba las tonterías que le decía a YoSeob. Y decidí no volver a llorar nunca más por él. Decidí que ya estaba cansado de quererle. De amarle. Estaba cansado de sufrir por él.
Perdí la noción del tiempo. Después de que Jun acabara con Aj, se dispuso a hacerlo conmigo, pero por suerte, los gritos cercanos de YoSeob nos despistaron. Aun así, me costó un poco separarme de él, el deseo era demasiado fuerte. Los tres nos miramos y asentimos, firmando con los ojos un pacto de silencio para siempre.
Nos arreglamos rápidamente, manteniéndonos expectantes hasta que vimos aparecer a YoSeob junto a DongWoon. Sonrió con inocencia y sentí una punzada en el pecho. Le había prometido alejarme de Jun y no había sido capaz de cumplirlo. Comencé a sentirme mal, y el estómago me dio un vuelco.
- Creo que no me encuentro bien… -Me llevé la mano al estómago, apoyándome con la otra en un árbol.
- ¿Dónde habéis dejado a Doojoon? -Aj desvió su atención con la pregunta y Jun se acercó a mí, midiendo la temperatura de mi cuerpo.
- Tienes fiebre otra vez. Necesitas descansar.
- … -YoSeob nos miró un instante, acercándose a mí y poniendo sus labios en mi frente. Todos nos sorprendimos, pero nadie se pronunció.- Sí. Parece que te estás poniendo malo. Doojoon ha conseguido que vengan a por nosotros.
- Estarán aquí enseguida. -DongWoon echó un rápido vistazo a los tres.- Volvamos a la furgoneta… Es raro, pero… no es que hayáis avanzado mucho, ¿no?
- Aj es un torpe y HyunSeung un lento. -Jun suspiró profundamente, como si estuviera cansado de nosotros dos. Sin duda era el mejor actor de los tres. Tanto, que hasta me costó descubrir que era una estrategia.
Entre él y YoSeob, paradojas de la vida, me ayudaron a andar hasta la furgoneta, seguidos de Aj y DongWoon.
Me sentía mal, era cierto. Mi cuerpo tenía extrañas sensaciones y una oleada de frío me invadió. Empecé a preocuparme por mi salud.
Llegamos a la furgoneta y Doojoon me examinó con la mirada, dándome la sensación de que no lo hacía precisamente por mi aspecto enfermo, sino para algo más… Como si quisiera saber si había arreglado las cosas con Jun.
Me acostaron en la parte de atrás. La ayuda no tardó mucho en llegar con gasolina, y pudimos continuar el viaje hasta el apartamento, aunque yo acabé dormido profundamente.
No recuerdo cuando llegamos ni quien me llevó hasta mi cama, sólo recuerdo que desperté inundado en sudor. Abrí los ojos muy despacio y notaba el cuerpo totalmente dolorido y cansado. Me sorprendí al descubrir la figura de Jun a mi lado.
En cuanto notó que estaba despierto puso una mano en mi frente para tomarme la temperatura, suspirando con preocupación.
- El médico llegará en un rato. Parece que te ha bajado un poco la fiebre. ¿Te encuentras bien?
- ¿Qué haces aquí? -Cerré los ojos de nuevo. Dolía menos si no le miraba a la cara.
- Cuidarte. ¿Tan mal estás que no distingues las cosas? -Intentó sonar gracioso, pero eso solo hizo que me sintiera peor. Giré la cabeza hacia el lado contrario de donde se encontraba.
- ¿Y los demás?
- … -Noté como suspiraba cansado y molesto.- Se han ido a la entrevista que teníamos prevista. Yo me ofrecí a cuidarte hasta que viniese el médico.
- Estaré bien. Vete con ellos, has dicho que el médico vendrá pronto, ¿no?
- HyunSeung… ¿Qué narices te pasa conmigo? ¿Vas a estar así toda la vida?
- ¡…! -Abrí los ojos de golpe, girando de nuevo la cabeza y fulminándole con la mirada. Tenía gracia que me preguntase eso.- Me pasa que eres idiota. Que no te enteras de las cosas. Déjame en paz, JunHyung. Olvídame de una vez. Vete con él y haz como si yo no existiese, ¿vale?
No dijo nada. Tan solo se quedó mirándome en silencio durante algunos minutos hasta que se incorporó de la silla en la que estaba y salió de la habitación. Y rompí a llorar. Lloré porque no se negó. Lloré porque no me gritó cuanto me quería. Lloré porque sabía que solo me veía como a un buen amigo con derecho a roce.
Estuve enfermo toda la semana. Uno tras otro me visitaban todos, se quedaban a dormir junto a mí. Menos Jun. No volvió a entrar a verme. A veces le escucha hablar con los demás en el salón. Escuchaba sus risas con Doojoon cuando se reían de GiKwang. Escuchaba las tonterías que le decía a YoSeob. Y decidí no volver a llorar nunca más por él. Decidí que ya estaba cansado de quererle. De amarle. Estaba cansado de sufrir por él.