Después de mucho tiempo viendo a la sin par
inanna_maat sumergida por completo en el mundo de los fanfics de SN, me ha acabdo picando el gusanillo y he decidido intentar escribir de nuevo. Hace ya bastante tiempo que las musas literarias no me acompañan (o yo no las oigo ¬¬ ) y tenía abandonados unos retazos de un relato que comencé hace ya meses y meses.
Hace un par de días pensé que ya era hora de retomarlo y ahora mismo estoy en proceso de creación y recopilación de datos para crear nuevas ideas y ampliar el argumento y la historia de los personajes.
Por el momento puedo adelantar que los personajes principale serán dos nuevos que no han aparecido nunca en el mundo de los hermanos Winchester (a los que podéis ver ocupando el centro de la cabecera jijijiji). También formarán parte importante de la historia la sensitiva Missouri, nuestros adorados ángeles Castiel y Anna (me fascinan los dos :P), y como invitados muy pero que muy especiales los irremplazables Dean y Sam *ojillos* jejejejejejejeje
Por supuesto, habrá apariciones de muchos otros personajes de la serie como John, Ruby, Bobby.........
En fin, me dejo de rollos y paso a los sneak peek que os dejo como adelanto.
* Prólogo*
- ¿Seguro que no quieres que te lleve al hospital? Esa herida no tiene muy buena pinta.
La joven se miró el antebrazo derecho un momento y muy a su pesar, revivió toda la escena. Lo cierto era que le dolía bastante y sangraba lo suficiente como para llamar la atención de cualquiera, pero no le pareció tan profunda como para preocuparse.
- No, no es para tanto. - respondió - Estoy bien. Gracias
Ambos se miraron a los ojos. La luz de la radio era la única que iluminaba tímidamente el interior del gran todoterreno. Él, de unos 45 años, estaba sentado en el asiento del conductor; ella de unos 23 años, en el del copiloto. Los dos parecían exaustos y abatidos, como si hubieran perdido tras una larga y ardua lucha. Lo cual se acercaba bastante a describir lo que habían vivido hacía apenas media hora. Él había perdido la oportunidad de acercarse a algo que lleva tiempo persiguiendo; ella, en cierto sentido, había perdido parte de sí misma.
Eran una extraña pareja sentada en un coche en mitad de la noche, con las ropas ensangrentadas y llenos de golpes y heridas. Sí alguien los viera, sin duda alertaría a la policía, pensó él, así que lo mejor era ponerse en marcha lo antes posible.
- ¿Qué vas a hacer ahora? - preguntó él de nuevo, recolocándose en el asiento y abrochándose el cinturón.
- Qué voy a hacer ahora..... - se dijo a sí misma en voz baja con la mirada perdida en el salpicadero.
Parecía inmersa en su propio mundo, muy lejos de aquél pequeño callejón donde estában aparcados.Él la miró con calma antes de arrancar y tras unos segundos puso en marcha el motor.
- Yo tengo que irme de la ciudad esta misma noche. Te llevaré a casa ¿de acuerdo?
- De acuerdo. - dijo ella sin mirarle.
Salió del callejón y volvió a la calle principal. Tras unos minutos de silencio, la miró de refilón por el rabillo del ojo, preocupado por su estado emocional.
- Te recuperarás. - dijo escuetamente.
- ¿Qué? - preguntó ella saliendo de su ensimismamiento.
- Con el tiempo... - continuó él sin apartar la vista de la carretera - ... lo asimilarás. No lo olvidarás, ni dejará de dolerte. Desearás no haberlo visto nunca, no saber que existe. Pero lo aceptarás y seguirás adelante.
Su tono era pesado y triste. Melancólico. Esa fué la primera impresión que la jóven se llevó cuando le conoció. Un hombre duro, con una gran carga a sus espaldas y un gran dolor.
Pero también un luchador nato con una meta, un propósito. Y no cualquier propósito. El más peligroso de todos... la venganza.
- ¿Eso es lo que has hecho tu?
- Así es. - respondió él.
La joven le miró con suspicacia.
- Tú no lo has aceptado y seguido adelante. - dijo con tono severo - Has salido en su busca para cazarlo.
Él la miró sorprendido por la repentina sentencia. Desde luego la chica tenía carácter y eso era bueno para ella, especialmente tras lo que había vivído aquella noche. Le ayudaría a sobrellevarlo.
Pero también tenía razón en una cosa, lo que él hacía no era el ejemplo perfecto de aceptación y superación. Quizás no era el más indicado para dar sermones. Ni siquiera a sus propios hijos.
- Tienes razón. - respondió con una media sonrisa - Pero cada uno tenemos nuestra manera de sobrevivir a la vida que nos ha tocado, y ésta es la mía. Puede que no sea la mejor, pero es la única de la que soy capaz.
Ella guardó silencio, entendiendo sus motivos y preguntándose si ella tendría la fuerza y el coraje para hacer lo mismo que él.
- ¿Se lo has contado a alguien? - ella lo miró intrigada por la pregunta - Lo que haces. Tu... habilidad.
- No. - respondió apartando la cara y mirando por la ventanilla hacia las oscuras calles - Creo que cuanto menos gente lo sepa, mejor para todos. Y visto lo visto, no creo que me equivoque. Además, temo la reacción de los demás. Ya sabes, pensarán que estoy loca o soy una especie de friki.
- No deberían temerte precisamente por lo que eres capaz de hacer. Podrías ayudar a mucha gente. - dijo él - Es sensato ser prudente; eso está bien. Aunque conozco a gente que podría ayudarte, si quieres.
- ¿Ayudarme? - eso había llamdo su atención - ¿Cómo?
- Hay una mujer en Lawrence, Kansas... - dijo el hombre señalando la guantera - Se llama Missouri Mosley, ahí está su número. Ella puede ayudarte a desarrollarlo y controlarlo.
La joven miró donde él le había indicado y encontró un papel arrugado con el nombre de la mujer y un número de teléfono.
- ¿Kansas, eh? - miró el trozo de papel pensativa - Puede que sea buen momento
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
* Capítulo 1 *
El tiempo en Lawrence había pasado veloz. Pese a haber abandonado todo en su vida por aquel loco viaje, se había mantenido muy ocupada. Mejor dicho, Missouri la había mantenido muy ocupada, leyendo textos antiguos, haciendo ejercicios de meditación y concentración, incluso asistiendo a sesiones con algunos de sus clientes. Todo aquello le había ayudado mucho, pero necesitaba salir de allí.
Seis meses..... seis largos meses de voluntario cautiverio. Y no es que ella fuera precisamente una chica de acción, no tenía ningún problema con las rutinas tranquilas, de hecho su vida había sido básicamene así; pero en este caso tanta teoría estaba empezando a enloquecerla.
Missouri lo sabía, y ni siquiera le hacía falta percivir sus pensamientos, cada día era más y más evidente. Todo alumno lleva dentro de sí la semilla del ansia, y cuanta más información recive, más desea pasar a la práctica. Es parte de la naturaleza de la juventud.
Pero no era ese el único motivo que espoleaba su mente. Durante las últimas semanas, un sueño recurrente la estaba obsesionando y había llegado el momento de hablar del asunto con su generosa tutora.
No estaba segura de como iba a reaccionar, pero necesitaba por lo menos sacárselo de la cabeza. Lo que era irónico, ya que la mayor parte de las veces no necesitaba siquiera pronunciar las palabras en voz alta para sacar un tema de conversación.
Missouri estaba sentada en el pequeño sillón que había frente al sofá, en la sala de estar, y Cassie estaba de pie junto a la ventana, ordenando mentalmente las frases más adecuadas. La sensación crecía a cada segundo y la idea se iba formando cada vez más consistente en su cabeza, hsta que la psíquica pudo percivirla con toda nitidez.
La jóven no necesitó mirarla para saber que se estaba revolviendo en el viejo sillón acolchado y se giró directamente encaminando sus pasos al sofá.
- Cassandra, cariño..... - Missouri comenzó la frase mirándola a los ojos como solo ella sabía hacer - ... veo que es hora de abordar el tema.
Era la única que no la llamaba por su nombre de pila. Por como lo decía, parecía gustarle el sonido de aquél nombre, y a ella no le importaba. A decir verdad le gustaba; le recordaba a su madre.
- Sobra decir que sé lo que te ha estado preocupando. - continuó la mujer - Sientes que te está llamando ¿verdad?
Cassie asintió. Su rostro tenía un gesto mezcla de preocupación, angustia y confusión, de no saber de dónde provenían aquellos sueños, ni por qué aparecían ahora, tan frecuente e intensamente.
- Pese a todo lo que me has enseñado, pese a todo lo que he avanzado.... no sé que significa ni qué debo hacer al respecto. Pero siento la imperiosa necesidad de salir en su busca. Sé que no tiene ningún sentido...... Después de todo lo que pasó.....
*******************************************************************************
Bueno, pues eso es todo por el momento.
Espero poder continuarlo en breve y poner más material ;)
Saludos ;)