El juego del ángel
Después de una poco exitosa aventura con las historias del ejército de Napoleón a manos de Sir Arthur Conan Doyle y una bonita reflexión con Las ventajas de ser un marginado, mi tercer libro del año fue El juego del ángel, de Carlos Ruiz Zafón. Segundo libro de la serie del Cementerio de los libros olvidados.
Tenía muchas ganas de leerlo. La sombra del viento, la primera entrega, me había gustado mucho. Tenía algo de miedo también, porque las segundas partes no siempre son buenas y aunque esto es más bien una precuela, no dejaba de ser lo segundo que escribía el autor sobre el tema. De hecho, creo recordar críticas como que aunque era bueno, no estaba a la altura del primero.
En lo personal, no me atrevo a decir que es mejor que La sombra del viento, donde en cierta forma todo cierra mejor. Pero sí puedo decir que lo viví con mucha más intensidad que el primer libro, al punto de que este me dejó mental y emocionalmente exhausta. Aunque en ambos casos tenemos un narrador protagonista en tiempo pasado, David Martin, el protagonista de El juego del ángel, logró que me involucrara con él de una manera tan profunda que pasé sintiendo mucho miedo y aprensión por él. Esta es una novela más oscura que su predecesora, pero por lo mismo logra todavía mejor a través de las descripciones que hace de sus escenarios un ambiente de tensión y desgracia inminente sobre quien la lee. Al menos conmigo funcionó así.
Al leerla me iba temiendo que el día que pueda conocer Barcelona, igual voy a tener esa sensación encima.
La novela se ubica en los años 20, como 15 años antes que el inicio de La sombra del viento. Algunos personajes reaparecen, lo que es muy bonito, pero no es necesario conocerlos para entender y disfrutar el libro. Se puede leer como una novela independiente. Sí sentí que en esta quedaba menos clara la situación política del país en esos momentos, pero supongo que es porque he visto más cosas ubicadas en la Guerra civil en adelante y era yo la que me ubicaba mejor en el primer libro con lo que ya sabía de previo.
En fin, no se puede decir mucho de este libro sin spoilear. Lo disfruté muchísimo, la última parte la devoré en una mañana y me dejó al final con la sensación de que me había quedado un vacío muy grande al terminar. No me lo podía creer y a la vez que tenía ganas de empezar El prisionero del cielo de una vez, quería dejar reposar este libro en mí. Lo viví y lo sentí con mucha intensidad, y eso es algo muy grande que se puede decir de un libro.
Ahora sí, con spoilers:
WTF???? Amé el libro con toda mi alma pero a pesar de que han pasado varias horas todavía sigo dándole vuelta a todo, intentando explicármelo. Todavía tengo los pelos de punta con el final. Todavía siento miedo por David.
Para mí lo único que tiene sentido es que Andreas Corelli sí existe y es el mismísimo diablo. He manejado mucho la idea de si todo sucedió en la mente de David pero o sea, los Sempere existen. Daniel Sempere existe. Así que no sé. Otra opción que hablaba con biweasley el otro día es que Andreas Corelli sea una doble personalidad de David, pero entonces, ¿Marlasca y compañía no existen y todo es un delirio suyo? Y si Andreas Corelli no existe, ¿también es mentira que David no envejece y está en la playa esa con una niña que le trajo el diablo para que sea su propia Cristina?
Este libro me pone los pelos de punta. El otro día que estuve hablando hasta tarde sobre Corelli con biweasley terminé con miedo y acercándome una lámpara a la cama, por si acaso.
Es curioso como un libro puede dejarte más dudas que respuestas junto a una sensación de WTF??? QUÉ ACABO DE LEER??? y sin embargo amarlo con todas tus fuerzas. Eso es lo que me pasó con este libro. Le tomé muchísimo cariño a David desde el puro inicio y creo que no pasó una página en que no estuviera sufriendo pensando que le iba a pasar algo malo. El ambiente y la narración de todo es tan inquietante que no es el hecho de temer que le vaya a pasar algo malo sino de cuándo va a suceder y qué tan malo va a llegar a ser, porque todo parece ser peor cada vez.
De hecho, después de pasar deseando todo el libro que no lo mataran, al final tengo la duda de si no hubiera sido mejor para él.
El punto es que adoré a David Martin en cada momento, aunque pensándolo en retrospectiva el hombre era capaz de cualquier barbaridad. Creo que mis sentimientos por él los veía bien reflejados en Isabella, que podía verlo en sus peores momentos y saber que no era en sí una buena persona pero tampoco era malvado, a fin de cuentas era inevitable quererlo. Eso sí, cuando Grandes le dijo que le había visto siempre el broche del ángel puesto a él se pusieron los pelos de punta y es cuando más fuerte he pensado que a lo mejor todo realmente lo había hecho David. Aunque de nuevo, tampoco es que Grandes sea muy de fiar, tal vez sólo estaba jugando con la mente de David.
¿Pero cómo sabía del libro en poder de Irene Sabino si no fuera verdad que había estado investigando?
Creo que empiezo a divagar.
En cuanto a los otros personajes, Isabella me parece el mejor personaje del libro. Sus escenas eran deliciosas y luminosas. Me encantó en todos los momentos, David la verdad que no se la merecía, pero su relación fue lo más awesome de todo el libro. Su posición ante la vida y ante él me fascinaban. Me da algo de pena que no la vi particularmente convencida de querer a Daniel Sempere, pero me produjo bastante satisfacción al final ver que el mejor personaje se casaba con mi personaje favorito.
Porque a ver, mi favorito de este libro es David (milagro!!! el principal!!!) pero el padre de Daniel Sempere en La sombra del viento es mi personaje favorito del primer libro. Casi muero de felicidad cuando me di cuenta de que el Daniel Sempere de El juego del ángel era él. Al inicio estaba perdida con las fechas pero cuando lo comprendí casi muero de amor (y entendí por qué quería tanto al Daniel de este libro, aunque fuera tan tímido, reservado y demás. Lo adoro, es super hiper cute). Dicho esto, Sempere padre (o más bien, Sempere abuelo, para no enredarnos) era un amor y me partió el alma su muerte... Me hubiera encantado ver qué habría pasado si hubiera adoptado a David y hubiera crecido junto a Daniel (me encantaría leer eso, aunque de alguna manera me cuesta conciliar la idea de fics sobre este universo).
Cristina, por otro lado, nunca llegó a gustarme. Al inicio me gustó cuando era la que le señalaba a David que podía hacer mucho más y no prostituyera su talento. Pero luego, sus decisiones me costó procesarlas, en especial que se casara con Pedro Vidal, cuando era una decisión que no hacía más que dañarlos a los tres. Eso sí, su final fue TERRIBLE. Esa escena de David sobre el hielo viéndola a ella bajo el hielo morir es tremenda. Lo de la niña Cristina del final... eso me pone los pelos de punta.
Pedro Vidal me daba lástima. No llegué a detestarlo, creo que porque en el fondo, a pesar de lo egoísta que era, en cierta forma algo sentía por David. No llegué a quererle pero me daba pena que fuera un ser tan vacío y solo, que sabía que al única compañía que tenía era por su dinero y los halagos que recibía eran inmerecidos. Incluso se permite vivir de la gloria de un libro que sabe que no escribió. Era tan mezquino que me daba lástima más que otra cosa. De esa lástima que va ligada al desprecio pero no llega a ser un sentimiento de desgrado lo suficientemente fuerte porque no lo merece.
Andreas Corelli... me da miedo. Pánico. Pero tenía las mejores frases del libro. Fui marcando frases para guardarlas después y un montón las tomé de él. Era la visión más cínica de la vida y la humanidad, pero tan bien planteada que seducía leerlo.
Lo dicho: me da miedo.
En fin, creo que es lo que tengo por decir del libro. Pero sobre todo porque entre más hablo más me enredo y más me convenzo de que no voy a llegar a una solución. Voy a leer ahora El prisionero del cielo. Había pensado en darme un descanso porque El juego del ángel me dejó agotada, pero también me dejó con síndrome de abstinencia y esa sensación de "qué hago ahora que ya no te tengo" que dejan algunos libros.
Tenía muchas ganas de leerlo. La sombra del viento, la primera entrega, me había gustado mucho. Tenía algo de miedo también, porque las segundas partes no siempre son buenas y aunque esto es más bien una precuela, no dejaba de ser lo segundo que escribía el autor sobre el tema. De hecho, creo recordar críticas como que aunque era bueno, no estaba a la altura del primero.
En lo personal, no me atrevo a decir que es mejor que La sombra del viento, donde en cierta forma todo cierra mejor. Pero sí puedo decir que lo viví con mucha más intensidad que el primer libro, al punto de que este me dejó mental y emocionalmente exhausta. Aunque en ambos casos tenemos un narrador protagonista en tiempo pasado, David Martin, el protagonista de El juego del ángel, logró que me involucrara con él de una manera tan profunda que pasé sintiendo mucho miedo y aprensión por él. Esta es una novela más oscura que su predecesora, pero por lo mismo logra todavía mejor a través de las descripciones que hace de sus escenarios un ambiente de tensión y desgracia inminente sobre quien la lee. Al menos conmigo funcionó así.
Al leerla me iba temiendo que el día que pueda conocer Barcelona, igual voy a tener esa sensación encima.
La novela se ubica en los años 20, como 15 años antes que el inicio de La sombra del viento. Algunos personajes reaparecen, lo que es muy bonito, pero no es necesario conocerlos para entender y disfrutar el libro. Se puede leer como una novela independiente. Sí sentí que en esta quedaba menos clara la situación política del país en esos momentos, pero supongo que es porque he visto más cosas ubicadas en la Guerra civil en adelante y era yo la que me ubicaba mejor en el primer libro con lo que ya sabía de previo.
En fin, no se puede decir mucho de este libro sin spoilear. Lo disfruté muchísimo, la última parte la devoré en una mañana y me dejó al final con la sensación de que me había quedado un vacío muy grande al terminar. No me lo podía creer y a la vez que tenía ganas de empezar El prisionero del cielo de una vez, quería dejar reposar este libro en mí. Lo viví y lo sentí con mucha intensidad, y eso es algo muy grande que se puede decir de un libro.
Ahora sí, con spoilers:
WTF???? Amé el libro con toda mi alma pero a pesar de que han pasado varias horas todavía sigo dándole vuelta a todo, intentando explicármelo. Todavía tengo los pelos de punta con el final. Todavía siento miedo por David.
Para mí lo único que tiene sentido es que Andreas Corelli sí existe y es el mismísimo diablo. He manejado mucho la idea de si todo sucedió en la mente de David pero o sea, los Sempere existen. Daniel Sempere existe. Así que no sé. Otra opción que hablaba con biweasley el otro día es que Andreas Corelli sea una doble personalidad de David, pero entonces, ¿Marlasca y compañía no existen y todo es un delirio suyo? Y si Andreas Corelli no existe, ¿también es mentira que David no envejece y está en la playa esa con una niña que le trajo el diablo para que sea su propia Cristina?
Este libro me pone los pelos de punta. El otro día que estuve hablando hasta tarde sobre Corelli con biweasley terminé con miedo y acercándome una lámpara a la cama, por si acaso.
Es curioso como un libro puede dejarte más dudas que respuestas junto a una sensación de WTF??? QUÉ ACABO DE LEER??? y sin embargo amarlo con todas tus fuerzas. Eso es lo que me pasó con este libro. Le tomé muchísimo cariño a David desde el puro inicio y creo que no pasó una página en que no estuviera sufriendo pensando que le iba a pasar algo malo. El ambiente y la narración de todo es tan inquietante que no es el hecho de temer que le vaya a pasar algo malo sino de cuándo va a suceder y qué tan malo va a llegar a ser, porque todo parece ser peor cada vez.
De hecho, después de pasar deseando todo el libro que no lo mataran, al final tengo la duda de si no hubiera sido mejor para él.
El punto es que adoré a David Martin en cada momento, aunque pensándolo en retrospectiva el hombre era capaz de cualquier barbaridad. Creo que mis sentimientos por él los veía bien reflejados en Isabella, que podía verlo en sus peores momentos y saber que no era en sí una buena persona pero tampoco era malvado, a fin de cuentas era inevitable quererlo. Eso sí, cuando Grandes le dijo que le había visto siempre el broche del ángel puesto a él se pusieron los pelos de punta y es cuando más fuerte he pensado que a lo mejor todo realmente lo había hecho David. Aunque de nuevo, tampoco es que Grandes sea muy de fiar, tal vez sólo estaba jugando con la mente de David.
¿Pero cómo sabía del libro en poder de Irene Sabino si no fuera verdad que había estado investigando?
Creo que empiezo a divagar.
En cuanto a los otros personajes, Isabella me parece el mejor personaje del libro. Sus escenas eran deliciosas y luminosas. Me encantó en todos los momentos, David la verdad que no se la merecía, pero su relación fue lo más awesome de todo el libro. Su posición ante la vida y ante él me fascinaban. Me da algo de pena que no la vi particularmente convencida de querer a Daniel Sempere, pero me produjo bastante satisfacción al final ver que el mejor personaje se casaba con mi personaje favorito.
Porque a ver, mi favorito de este libro es David (milagro!!! el principal!!!) pero el padre de Daniel Sempere en La sombra del viento es mi personaje favorito del primer libro. Casi muero de felicidad cuando me di cuenta de que el Daniel Sempere de El juego del ángel era él. Al inicio estaba perdida con las fechas pero cuando lo comprendí casi muero de amor (y entendí por qué quería tanto al Daniel de este libro, aunque fuera tan tímido, reservado y demás. Lo adoro, es super hiper cute). Dicho esto, Sempere padre (o más bien, Sempere abuelo, para no enredarnos) era un amor y me partió el alma su muerte... Me hubiera encantado ver qué habría pasado si hubiera adoptado a David y hubiera crecido junto a Daniel (me encantaría leer eso, aunque de alguna manera me cuesta conciliar la idea de fics sobre este universo).
Cristina, por otro lado, nunca llegó a gustarme. Al inicio me gustó cuando era la que le señalaba a David que podía hacer mucho más y no prostituyera su talento. Pero luego, sus decisiones me costó procesarlas, en especial que se casara con Pedro Vidal, cuando era una decisión que no hacía más que dañarlos a los tres. Eso sí, su final fue TERRIBLE. Esa escena de David sobre el hielo viéndola a ella bajo el hielo morir es tremenda. Lo de la niña Cristina del final... eso me pone los pelos de punta.
Pedro Vidal me daba lástima. No llegué a detestarlo, creo que porque en el fondo, a pesar de lo egoísta que era, en cierta forma algo sentía por David. No llegué a quererle pero me daba pena que fuera un ser tan vacío y solo, que sabía que al única compañía que tenía era por su dinero y los halagos que recibía eran inmerecidos. Incluso se permite vivir de la gloria de un libro que sabe que no escribió. Era tan mezquino que me daba lástima más que otra cosa. De esa lástima que va ligada al desprecio pero no llega a ser un sentimiento de desgrado lo suficientemente fuerte porque no lo merece.
Andreas Corelli... me da miedo. Pánico. Pero tenía las mejores frases del libro. Fui marcando frases para guardarlas después y un montón las tomé de él. Era la visión más cínica de la vida y la humanidad, pero tan bien planteada que seducía leerlo.
Lo dicho: me da miedo.
En fin, creo que es lo que tengo por decir del libro. Pero sobre todo porque entre más hablo más me enredo y más me convenzo de que no voy a llegar a una solución. Voy a leer ahora El prisionero del cielo. Había pensado en darme un descanso porque El juego del ángel me dejó agotada, pero también me dejó con síndrome de abstinencia y esa sensación de "qué hago ahora que ya no te tengo" que dejan algunos libros.