May 26, 2009 12:08
Esto de las series médicas me da lo mismo, porque no estoy nada interesada en medicina, y el resultado de un caso es un detalle si las relaciones entre los doctores y los pacientes no me llaman la atención. Y es que hace unos días atrás vi uno de los primeros capítulos de Grey’s Anatomy, y recordé por qué la amo, además de ver el capítulo de ayer, claro.
Ver a Derek destrozado, me destroza, really. El siempre es tan equilibrado, el único cuerdo entre todos esos locos, y verlo abatido, porque se le escapó un paciente, incapaz de aceptar la ayuda de Meredith me supera. No quiero que termine así, el es su cable a tierra, la razón por la que no se ha muerto aún.
Me encanta cómo ha crecido Karev en esta temporada. El pobre tenía que madurar algún día, y ese día llegó *lo abraza fuerte, hasta que lo estruja y luego lo abofetea*. Ver a Izzy, guiando a la tropa de internos y preguntarnos si ellos eran así de desastrosos cuando empezaron, y a Lexie dando su diagnóstico y luego las estadísticas, y “5% de probabilidades de nada, porque mi madre murió de hipo, que tiene 100% de sobrevida” fue el amor. Porque siempre tienes que luchar, pero un general hábil sabe cuándo retirarse, y no sé si eso quedó lo suficientemente claro ayer.
Me terminé de morir con el final del capi. Izzi sentada al lado de Cristina, diciéndole “eres un robot, te lo puedo contar a ti”, y luego mostrarnos en silencio cuando le dice que podría tener mielanoma de no se qué, con posibilidades enanas, pero hay que contarlo, porque eso nos da alivio, y dejarnos en vilo hasta el próximo lunes. No sé cómo sobrevivir a esta semana con las dudas.
tv,
grey's anatomy