me justifico sin vergüenza, digo... XS No estoy muy, muy al tanto de la historia de Jason "after Red Hook", pero de lo poco que he sabido, pues hago un pequeño intento de POV. Que la letra es muy pegadora... de hígados, digo =S
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i took the road, and i fucked it all the way
Es un tanto extraño, el que en medio de una noche fresca, después de una lluvia torrencial, tanto de balas como de gotas de agua, me detenga a pensar en ti, y en mi, después de haber visto tu sombra reflejada en alguna pared entre callejones y edificios, y saber que vigilas y reclamas lo que crees que es tuyo.
Tenía tiempo que no lo hacía, porque a decir verdad, ser uno de los dueños de Gotham City es un poco... absorbente.
Lo sé. Tú nunca lo dijiste de esa forma, porque la ciudad era enteramente tuya, y por momentos compartías un poco de ella conmigo, a quien tratabas como uno de tus hijos, aunque nunca tu favorito. Porque nunca lo fui, admitámoslo.
¿Has pensado alguna vez en eso, Bruce? Yo sí.
Lo hacía como un breve reflejo de rebeldía, cuando recibía una buena reprimenda de tu parte por mi comportamiento alejado de tus reglas, pero lo aceptaba porque me sentía como parte de tu familia, como alguien que te importaba demasiado. Lo hacía también cuando llegaba a verte frente a la vitrina del traje que Dick abandonó, y cuando te escuché en esa única ocasión en que creíste que estabas solo, y te preguntaste en qué parte te habías equivocado. ¿Acaso hiciste algo mal, cuando fue una decisión que él, y sólo él, tomó? ¿Llegaste a preguntarte eso mismo conmigo? Es algo que aun no entiendo de ti. Creo que cargas demasiadas culpas ajenas.
Pienso que eso fue lo que me obligó también a no dejar mi comportamiento impulsivo, porque quería cubrir un vacío que no podías alejar de ti. Sin embargo, creo que eché a perder las cosas. Porque me sentí invencible a tu lado, cubierto por tu sombra, oculto bajo esa coraza de miedo que provocas en los demás.
Tienes ese extraño poder de influenciar a las personas, ¿lo sabías? Y no es por la capa.
Oh, no. Si todo fuera por el disfraz que usamos, todo sería más sencillo.
Todo. Desde el combatir tus demonios en las abarrotadas avenidas y los oscuros callejones, hasta convertirte en señor de una ciudad podrida. Aunque te diré que no me interesa cubrir los baches que dejas, ni matar los remanentes que escapan de ti. Créeme, ya no pelearía nunca más por ese torcido privilegio de portar tu corona de único dueño de Gotham City. Tu corona rota, Bruce.
Lo decidí desde ese día. Quiero decir, desde el día que morí.
Hey, mira. La luna se asoma para saludarnos. ¿La puedes ver? Tal vez también tiene cuentas pendientes con ambos
Me he desviado, cierto. Te decía de mi decisión. Fue algo muy bizarro, ¿sabes? Pensar en cosas que no consideras importantes, pero que saltan en ese preciso momento, porque en realidad sí lo son.
Cosas como ser el hijo no favorito, la posible oveja negra, el rebelde sin una causa aparente. Puedo apostar que me considerabas así.
Pero no, Bruce. No te equivoques conmigo. Tuve mis razones en ese tiempo, y ahora tengo no sólo una causa, sino muchas, para vivir mi vida como lo hago, para no seguir bajo tu sombra, para no sentir miedo de ti. Te recuerdo que no te temí al principio, y te aclaro que no te temeré al final. No más mentiras, no más engaños. Somos lo que somos, y es como siempre me verán, tú, tus aliados, y nuestra ciudad.
Pero basta de remembranzas. Escucho con claridad el llamado violento de la ciudad, y la adrenalina empieza a reclamar un desahogo.
Algún día, Bruce, tal vez acceda hablar otra vez contigo. Tal vez. Sin capuchas, sin mentiras para ocultarnos tras ellas, y sin títulos de ninguna especie, para que puedas darte cuenta que no necesito el concepto de redención que tú quieres darme.
Yo la lo obtuve, y no te necesité para ello.
Es tu turno, y cuando decidas tomarlo, estaré ahí para verlo.
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i took the road, and i fucked it all the way
Es un tanto extraño, el que en medio de una noche fresca, después de una lluvia torrencial, tanto de balas como de gotas de agua, me detenga a pensar en ti, y en mi, después de haber visto tu sombra reflejada en alguna pared entre callejones y edificios, y saber que vigilas y reclamas lo que crees que es tuyo.
Tenía tiempo que no lo hacía, porque a decir verdad, ser uno de los dueños de Gotham City es un poco... absorbente.
Lo sé. Tú nunca lo dijiste de esa forma, porque la ciudad era enteramente tuya, y por momentos compartías un poco de ella conmigo, a quien tratabas como uno de tus hijos, aunque nunca tu favorito. Porque nunca lo fui, admitámoslo.
¿Has pensado alguna vez en eso, Bruce? Yo sí.
Lo hacía como un breve reflejo de rebeldía, cuando recibía una buena reprimenda de tu parte por mi comportamiento alejado de tus reglas, pero lo aceptaba porque me sentía como parte de tu familia, como alguien que te importaba demasiado. Lo hacía también cuando llegaba a verte frente a la vitrina del traje que Dick abandonó, y cuando te escuché en esa única ocasión en que creíste que estabas solo, y te preguntaste en qué parte te habías equivocado. ¿Acaso hiciste algo mal, cuando fue una decisión que él, y sólo él, tomó? ¿Llegaste a preguntarte eso mismo conmigo? Es algo que aun no entiendo de ti. Creo que cargas demasiadas culpas ajenas.
Pienso que eso fue lo que me obligó también a no dejar mi comportamiento impulsivo, porque quería cubrir un vacío que no podías alejar de ti. Sin embargo, creo que eché a perder las cosas. Porque me sentí invencible a tu lado, cubierto por tu sombra, oculto bajo esa coraza de miedo que provocas en los demás.
Tienes ese extraño poder de influenciar a las personas, ¿lo sabías? Y no es por la capa.
Oh, no. Si todo fuera por el disfraz que usamos, todo sería más sencillo.
Todo. Desde el combatir tus demonios en las abarrotadas avenidas y los oscuros callejones, hasta convertirte en señor de una ciudad podrida. Aunque te diré que no me interesa cubrir los baches que dejas, ni matar los remanentes que escapan de ti. Créeme, ya no pelearía nunca más por ese torcido privilegio de portar tu corona de único dueño de Gotham City. Tu corona rota, Bruce.
Lo decidí desde ese día. Quiero decir, desde el día que morí.
Hey, mira. La luna se asoma para saludarnos. ¿La puedes ver? Tal vez también tiene cuentas pendientes con ambos
Me he desviado, cierto. Te decía de mi decisión. Fue algo muy bizarro, ¿sabes? Pensar en cosas que no consideras importantes, pero que saltan en ese preciso momento, porque en realidad sí lo son.
Cosas como ser el hijo no favorito, la posible oveja negra, el rebelde sin una causa aparente. Puedo apostar que me considerabas así.
Pero no, Bruce. No te equivoques conmigo. Tuve mis razones en ese tiempo, y ahora tengo no sólo una causa, sino muchas, para vivir mi vida como lo hago, para no seguir bajo tu sombra, para no sentir miedo de ti. Te recuerdo que no te temí al principio, y te aclaro que no te temeré al final. No más mentiras, no más engaños. Somos lo que somos, y es como siempre me verán, tú, tus aliados, y nuestra ciudad.
Pero basta de remembranzas. Escucho con claridad el llamado violento de la ciudad, y la adrenalina empieza a reclamar un desahogo.
Algún día, Bruce, tal vez acceda hablar otra vez contigo. Tal vez. Sin capuchas, sin mentiras para ocultarnos tras ellas, y sin títulos de ninguna especie, para que puedas darte cuenta que no necesito el concepto de redención que tú quieres darme.
Yo la lo obtuve, y no te necesité para ello.
Es tu turno, y cuando decidas tomarlo, estaré ahí para verlo.
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