Title: Me quieres pero yo a ti, no.
Fandom: RPS
Characters: Misha Collins x Jensen Ackles
Disclaimer: Do not own anything.
Rate: Nc-17
Argumento: Misha quiere a Jensen pero él no parece darse cuenta… o quizás si
Beta:
Taolee Capitulo 2
No era el trabajo, o las personas, era él quien era complicado. Lo admitía; estaba teniendo una mala racha. Creía que sólo se tendría que preocupar por el matrimonio de Jared, que de pronto perdería a su mejor amigo, pero no. Ahora venía Misha y no respetaba para nada lo del espacio personal y se lanzaba como una puta quinceañera y le besaba. Negó con la cabeza mientras se tomaba un vaso de agua. ¿Cómo podía besarle así si ni siquiera saber si era gay? ¿Cómo podía besarle sabiendo que no quería ni una relación de amistad con él? Misha era estúpido, tenía que serlo. No le veía otra alternativa.
Sobre el beso, no había querido pensar mucho en ello. Era preferible recordarlo como una escena más entre Castiel y Dean.
-¿Ha pasado algo? - Jared se sentó a su lado mirando de reojo los scripts.
-No, ¿por qué?- disimuló.
-Estás raro desde el otro día. ¿Pasó algo entre tú y Danneel?
-No.
-¿Entre tú y Misha, quizás?
-¿Qué quieres decir? -Jensen pestañeó y se giró.
-¿Yo? Nada.- Jared continuó mirando los scripts con esa sonrisita picara en los labios.
-¡Dilo! ¡Ahora dilo! Si has preguntado eso es que tienes alguna idea en tu cabeza.
-JAJAJ Jen, sólo noté que desde la noche de la acampada estás odiándolo un poco más que antes. Ahora incluso pasas de él delante de Erick y en plenas escenas.
Jensen masticó algunas palabras que Jared no comprendió antes de decir muy bajito:
-Me besó.
-¿Perdón?
-Misha me besó esa noche en la tienda de campaña. No quiero repetirlo ni recordarlo.
Jared se quedó de piedra por unos segundos.
-¿Tú qué hiciste?
-Nada. ¿Qué querías que hiciera? - Contestó bajito para que nadie se enterase de lo que hablaban.
-No lo sé. Teniendo en cuenta lo mucho que decías odiarlo, como mínimo romperle la cara.
-¿Estas insinuando que me ha gustado?- Puso cara de haberse chupado un limón.
-No, no lo sé. ¿Te ha gustado?
-¡NO!- dejó claro cruzándose de brazos y recostándose en la silla.
-Si…- Jared le señaló con burla con un dedo .- Te ha gustado… pero como eres un tozudo ahora tienes que seguir con tu versión de que le odias.
-Porque le odio.
-¿Y por qué?- cuestionó Jared.
-¿Por qué no? Y si valoras nuestra amistad no insistas, Jared.- Se levantó y le dejó solo.
Durante las siguientes semanas Jensen siguió así, cerrado en sí mismo. Jared salía mucho más con su novia para preparar los detalles de la boda y eso le producía nauseas. Se encerraba en su habitación donde trataba de poner su mente en orden sobre el hecho de que él y Jared ya no vivirían más juntos. Le costaba aceptarlo. Cada vez que trataba de llegar a una conclusión útil para su vida, aparecían esos ojos azules celestes y sus labios parecían recordar el toque de los labios de Misha.
-¡Maldita sea!
La última semana antes del hiatus, Misha se acercó a ellos cargando su mochila. Traía puesta una camiseta verde y unos pantalones vaqueros desgastados.
-Espero que os vayan bien las vacaciones…
-¿Te marchas?- Jared se puso de pie y le dio un abrazo en forma de despedida, .
-Sí. No me necesitaran por ahora, así que iré a Nepal unos días. - Sonrió. Y se sorprendió por ver que Jensen también se levantaba y le miró unos segundos antes de tenderle la mano.
-Que tengas buen viaje.- dijo sin más. Después volvió a mirarle y se alejó.
-Le has besado.- Jared trató de decirlo de una forma que le hiciese sentir culpable de algo.
-Me lo dices ahora.- Pestañeó.
-Te dije que te ayudaría y tú la cagaste.- Le tiró de la camiseta obligándolo a sentarse donde antes había estado Jensen. - ¿Crees que no sé por qué está así? Porque cree que va a quedarse solo, porque todas las tías le dejan o solo le quieren por su fama o su pasta.
-¿Y qué vas a hacer? ¿Lavarle el cerebro?
-No, aun no sé si eres digno de hacerte su amante.- Gruñó Padalecki. - ¿Qué quieres de él exactamente?
-Que venga conmigo a Nepal… Que me cure las heridas cuando me caigo de los árboles… realmente no lo sé, Jared, no tengo nada que ofrecerle. Lo único que sé es que no me odia tanto cuanto dice… esa noche dormimos en el mismo saco de dormir y me estuvo cuidando toda la noche.- Jared guardó silencio. Él también estaba convencido de que algo pasaba en la cabeza de Jensen.
-Pensaré en algo.- Le dio unos golpecitos en el hombro.
-Feliz Boda.
-Gracias.
Y la boda fue muy bien, sólo con amigos y familia de Jared y G. Se lo pasó muy bien y se tomó demasiadas cervezas a la salud de los novios.
Se quitó la corbata y salió afuera para respirar un poco de aire fresco. Estaba mareado por las cervezas.
Caminó un poco por el jardín del enorme hotel donde tenía lugar la fiesta cuando se dio cuenta que Erick venía en su dirección. Desconectó el móvil y se lo metió en el bolsillo. Parecía algo perturbado.
-Jensen…
-Hola, ¿pasa algo?
-Sí. Misha ha tenido un accidente. Está en el hospital.
-¿Cómo pasó? ¿Está mal herido?- Erick se pasó la mano por el mentón.
-Creo que sí, está inconsciente… no sé mucho más salvo que dijo tu nombre.
-¿Mi nombre?- repitió desconcertado.
-Sí, por eso del hospital han pedido que vayas.
-Lo que deberían haber hecho es contactar con su familia. -protestó Jensen algo incomodo por que Misha prefiriese su presencia a la de cualquier otra persona.
-Ya la han avisado. Creo que es mejor que no digamos nada a Jared hoy, es su día y no quiero estropeárselo, pero tú…
-Yo me quedaré aquí en la fiesta de mi amigo porque es su día.- le dio la espalda y volvió a la fiesta.
Se sentó observando el ambiente. Había vino, buena comida, la gente cantaba karaoke cuando se arriesgaba a subir al palco improvisado. Era una fiesta perfecta, pero sin embargo la noticia del accidente de Misha lo había cambiado todo. No es que antes estuviese radiante de contento; Jared se casaba y eso era como una puñalada en el pecho, pero ahora se preocupaba y no dejaba de preguntarse por qué?
Misha era un miembro del equipo y sabía que debería sentirse preocupado por su estado de salud, pero no era solo eso, tampoco era eso. Le preocupaba más que un simple compañero de reparto y eso le molestaba más que una patada en los huevos.
Era exactamente el mismo sentimiento de cuando se fue a Nepal. ¿Le besó y luego se fue a Nepal? Bueno… tampoco es que quisiese hablarlo con él. Al final no tenía nada claro qué era lo que quería. Todo lo que sabía era que su vida ya no iba del todo bien; de vez en cuando una punzada en el corazón le jodía el día.
Erick se sentó detrás de Jensen en una de las sillas adornadas especialmente para la ocasión.
-Su familia tardará en llegar, ¿Por qué no vas a verlo?
-¿Y por qué debo ir yo exactamente?- dijo por encima del hombro.
-Porque te ha estado llamando a ti. Mira, ya sé que Misha no te cae del todo bien, pero por alguna razón él siente alguna conexión en relación a ti. Deberías ponderarlo.- Le dio una palmada en el hombro y le volvió a dejar solo.
De nuevo esa punzada. Si le pasase algo a Misha quizás no se perdonase por ni siquiera haber acudido a verle. Suspiró y se resignó a las circunstancias.
Los hospitales eran sitios que le daban bastante mal rollo y ahora la tranquilidad del sitio y el olor a fármacos solo contribuían a que su ansiedad aumentase. Una enfermera sonriente le indicó la habitación de Misha y le pidió que mantuviese el ambiente tranquilo. Misha había sufrido un accidente y le habían operado de urgencia, de momento ya estaba despierto pero aún débil.
Entró con lentitud en la habitación iluminada por una bombilla incandescente en la parte superior de la cama.
No tenía muy claro para qué eran todos los cables que veía, pero reconoció los tubos que tenía sobre el rostro que eran para el oxigeno. Fijó su mirada con más atención y pudo darse cuenta de que tenía insertado un catéter en su yugular y una bolsa de sangre colgada del soporte.
El semblante de Misha estaba pálido pero tranquilo bajo las magulladuras.
Jensen suspiró y se acercó un poco más hasta poder tocar la mano del enfermo con la punta de los dedos.
-Al final he venido.- murmuró. Las cejas de Misha temblaron y sus ojos se abrieron con lentitud.
-Jensen…
-Sí, estoy aquí.- cerró sus dedos sobre la mano fría sobre la cama.
-¡Has venido! - Murmuró bajito.
-Venga. Procura descansar.- bajó un poco su rostro para poder verse en esos ojos cristalinos. Por momentos pensó que podría no haber vuelto a ver esa mirada. Misha le gustaba y había estado a punto de perderle. De nuevo esa punzada.
-No te vayas.
-Dentro de nada estará aquí tu familia.
-Perdona.- dijo la voz ronca- no quiero ponerte en una mala situación.
¿Por qué sería una mala situación conocer a la familia de Misha si entre ellos no había nada…? Pero si, pensó; sería raro.
-No es eso.- mintió- es que no es muy aconsejable que te emociones. - Tampoco tenía muy claro por qué se disculpaba o le ponía excusas, pero se dijo a sí mismo que todo era sólo porque Misha estaba en una mala situación. Nada entre ellos había cambiado ni lo haría. Misha seguiría siendo un ser raro con el que no quería, ni era buena idea mezclarse.
-Sólo ha sido un accidente de coche…- dijo tratando de sonreír.
-Sí, solo has podido morir.- Sí, ¿y qué habría pasado si se hubiese muerto? De nuevo la puta punzada que le revolvía el estomago y le daba esa horrible sensación de caer en el vacío.
-Te he fastidiado la boda de Jared.
-Oh, por favor. Aunque te haya dicho que no te metieses en mi vida y acabase por decirte que no estaba contento con esa boda, creo que realmente no importa ya.- ¿De verdad no importaba? Se preguntó. ¿Si no importaba por qué seguía tan empeñado en no dejar partir a Jared?
Misha miró al techo. Iba a decir algo pero en ese instante uno de sus hermanos asomó la cabeza sin hacer ruido. Jensen saludó con palabras cordiales y se despidió con una mirada.
Cuando llegó al coche y se sentó, decidió que ya no volvería a la fiesta. Realmente no estaba de humor. Sólo deseaba ducharse y tenderse en la cama con los ojos cerrados sin pensar en nada. Su cerebro se había vuelto más cansado que nunca en los últimos tiempos, siempre analizándolo todo, sobre todo las decisiones que tenían que ver con Misha.
Por la mañana seguía despierto dándole vueltas a la cabeza. Ni siquiera sabía qué era eso que tanto le hacía pensar.
En el piso de abajo los perros de Jared ladraron y supo que el moreno había entrado en casa. Suspiró. Muy pronto dejarían de compartir aquella casa. No tenía ganas de verle. Jared sólo iría a por las maletas para irse de luna de miel y no quería despedirse. El otro hombre no pareció haber pensado de la misma forma y pasó sin llamar.
-Jen…
-Estoy dormido.- Contestó con la cabeza cubierta por el edredón.
-Vengo a despedirme.
-No quiero, lárgate.
-Supe lo de Misha… también supe que fuiste a verlo.- En ese instante Jensen se sentó en la cama y apartó el edredón.
-¿Cómo lo supiste?- Jared se fijó que Jensen aun llevaba puesta la ropa de la fiesta mientras contestaba:
-Erick me lo contó.
-Hijo de puta. Dijo que no te lo contaría para no fastidiarte la fiesta.
-Ya... pero ha sido un gesto muy bonito lo que has hecho.
-No tuve más remedio.- protestó.- Erick no dejaba de darme la lata.
-Ya, claro, estoy seguro que fue sólo por eso…- dijo en tono burlón.- pudiste haber vuelto a la fiesta después.
-Estaba cansado.
-Estabas demasiado preocupado y pensativo sobre lo que sientes como para poder divertirte con chicas y cerveza…
-Ahh, ¿sacaste un cursillo intensivo de psicología por correspondencia?
-No hace falta que seas ácido, yo te conozco Jen.
-No me conoces para nada. No me importa ese tipo, así que deja de dar con el tema. Esta noche saldré con Daneel y cenaré y me la follaré…
-La follarás pensando en Misha…
-¿No deberías irte? Tu mujercita te está esperando.
-Uy cuánto despecho.- Se burló Jared tirándole una almohada.- Volveré pronto.- cerró la puerta y Jensen alcanzó la puerta con la almohada.
Con el comienzo del hiatus tenía más tiempo para hacer lo que quisiese, ¿pero qué era eso exactamente? Daneel estaba ocupada, Jared se iba de luna de miel… Podría llamar a algunos amigos, de esos que siempre están disponibles para cervezas y tías pero la verdad es que tampoco tenía muchas ganas.
Su agenda estaba casi sin compromisos y esos pocos terminarían definitivamente en una semana. Pensó que hasta que eso pasase a lo mejor se le ocurriría qué hacer o algún sitio que visitar.
Bajó las escaleras de la casa y ésta le pareció demasiado grande. Odiaba estar solo. A veces cuando tenía mucho trabajo o cuando debía centrarse en algún papel deseaba estar así, solo, tranquilo, pero ahora cuando eso realmente pasaba, se sentía olvidado por todos… o casi todos. Su teléfono sonó.
-¿Hola?
-¿Jensen?- La voz de Misha era muy débil del otro lado de la línea.
-¿Ha pasado algo? ¿Estás bien?
-Sí, estoy bien. Solo quería darte las gracias por haber venido el otro día.
-No importa.- Dijo escuchando los suaves jadeos del otro actor.- ¿Misha?
-Perdona es que me cuesta respirar.
-No deberías haber llamado.
-Necesitaba escucharte.- Dijo tan tranquilo mientras Jensen se quedaba de piedra con la frase.- ¿Jensen?
-Sí, sigo aquí.
-Perdona, pero es la verdad.- Su corazón se apretó como un puño dentro del pecho. Quiso tirar el teléfono contra la pared, pero en lugar de eso dijo:
-Debes descansar. ¿Ya sabes para cuándo te darán el alta?
-Creo que la semana que viene.
-Bien. Se quedará tu madre contigo, supongo.- Jensen jugueteaba con la punta de su bota sentado en el sofá.
-No, ya se han ido todos. Jim se pasará de vez en cuando para ver cómo voy.
-¿Beaver?
-Sí, ha estado aquí varias veces. Ha insistido.
-Él tiene una hija, no puede ocuparse de ti.
-Sí se lo he dicho, pero es un cabezota.- Su respuesta salió con un ligero intento de risa.- es que yo me niego a tener extraños trayéndome té y diciéndome lo bien que me veo en la televisión. Aunque creo que mi ejército de minions no le importaría cuidarme.- Jensen suspiró al otro lado de la línea, una vez más daba por seguro que Misha estaba como una cabra. Había varios niveles de locura en lo que había categorizado a Misha, pero este era nuevo.
-¿Por qué se fue tu familia?
-Porque ya estoy casi recuperado y ellos tienen cosas que hacer.
-Ah ya…- estaba seguro de que eran personas muy ocupadas. A decir verdad no sabía por qué tenía que preocuparle que Misha se quedase solo, era su decisión. - Bueno si quieres puedes quedarte aquí, Jared no está y yo andaré por aquí. No quiero que la serie sufra con tus imprudencias, pero haz lo que quieras.
-¿De verdad no te importa?
-Sí, me importa, pero hay cosas prioritarias. Debes recuperarte antes de que termine el hiatus.
-Gracias Jensen.
-Ya te llamaré, tengo cosas que hacer.- le colgó de inmediato. ¿Cómo demonios se le ocurría decirle que se quedase en su casa? Se concentró. Esa tarde debía asistir a una entrevista para un canal de televisión chileno y debería de ir tranquilo. Sólo esperaba que el tema “Sentimientos de Dean por el ángel Castiel” no saliese a tono, porque podría terminar diciendo alguna cosa de la que se arrepintiese.
La entrevista sería grabada en el Set porque no sería en directo, pero aun así ésta vez estaba mucho más ansioso que en cualquier otra entrevista que hubiese dado. Le entrevistaba una chica morena de ojos castaños bastante atractiva.
-Jensen, antes de nada quiero decirte que estás haciendo un excelente trabajo enseñándonos las emociones de Dean. Has tenido unas escenas realmente duras pero tu merito está conquistando cada vez más fans en el mundo.
-Muchas gracias.- murmuró algo avergonzado por los halagos.
-Sabemos que ahora Dean no puede dejar el pasado enterrado y tienes como compañero de reparto a Misha Collins quien protagoniza Castiel, el ángel que te salvó de la perdición. ¿Cómo ves tú la relación de los dos?- Y ahí estaba la señora dando en el clavo justo para empezar con el pié derecho.
-Yo creo que Castiel está algo confuso ahora, se ha dado cuenta que su padre le ha abandonado y empieza a seguir el ejemplo de Dean. Está algo más humano, ya no sabe si debe obedecer las órdenes de su padre o pensar por sí mismo. Creo que tal y como Dean, ambos se han cansado de limpiar la porquería que han hecho sus padres.
-¿Qué puedes decirnos de la evolución de la historia?
-Oh..- sonríe- la verdad es que no nos cuentan gran cosa. Pero estoy muy contento de cómo ha ido hasta ahora… la última temporada terminó muy bien y ahora los hermanos están juntos, combatiendo el mal, creo que eso es lo que los fans quieren…
-¿Qué te gustaría que pasase?
-Uf, me gustaría que dejasen de pelearse. Dean y Sam tienen que luchar lado a lado, ya sabes…
-Exacto, ¡eso es exactamente lo que queremos! Muchas gracias Jensen.
-Gracias.- contestó.
-No dejéis de ver Supernatural en la CW.- Se levantó de la silla y respiró hondo. Por lo menos no había insistido mucho en lo de la relación de Dean y Castiel.
Escuchó a los periodistas decir que se dirigirían al hospital dónde Misha estaba ingresado para hacerle una exclusiva así que se marchó lo más rápido que pudo antes de que decidiesen entrevistarle para tratar de sonsacarle cualquier detalle que tuviese del accidente. De todos modos no es que supiese gran cosa, solo que Misha iba conduciendo y ahora estaba en una cama lleno de cables.
Se metió en el coche y sacó el móvil. Sin duda necesitaba la compañía de alguien para distraerse. Llamó a Daneel.
-Hola amor.- murmuró con un suspiro- ¿cómo estás?
-Cansada, iba a ducharme. Dime, ¿quieres algo?
-Quería pasar la noche en una velada contigo y…- no pudo terminar.
-Olvídalo, mi agente me llamó esta tarde, mañana tengo cosas que hacer súper temprano.- Contestó la chica toqueteando lo que parecía ser por el sonido, maquillaje y frascos de perfume.
-Vaya. Y mañana, ¿quieres que hagamos algo?
-Amor, tengo la agenda completa. No me queda ni un segundo libre. ¡Lo siento!
-Bueno, está bien. Llámame cuando estés libre.
-Besos, te amo Jen Jen.- Dijo la chica antes de desconectar.
¿Ésta era su idea de compromiso? La veía una vez al mes. Estaba aburrido de que nunca tuviese tiempo para él cuando lo necesitaba. Pero sin embargo él siempre lograba hacer un hueco para ella…
Jared ya le había advertido que un día se aburriría, pero él siempre como buen y honrado paleto le decía que no porque ella era la mujer de sus sueños. Ahora ya no estaba tan seguro… Quizás Daneel no era lo que quería para su futuro.