Leyes de la quimica 5 capitulo

Jul 30, 2009 19:38



CAPITULO Quinto

FISICA Y QUÌMICA

La clase empezaba, como en todos los lunes a las ocho de la mañana. Los alumnos más interesados ignoraban la larga semana de estudios que les esperaba y llegaban puntuales, los otros, los mas vagos llegaban con veinte o treinta minutos de retrazo. Por lo general una magnifica clase.

Revisiones de la materia lesionada hasta la data, ejercicios y nuevas explicaciones sobre algunos detalles que no habían quedado muy sólidos.

Al final, cuando la campana suena los más vagos son los primeros en salir, los alumnos mas interesados guardan sus cuadernos con brío y salen ordenadamente.

-Sr. Weasley, ¿puede quedarse un momento?

-Profesor… claro.- Le dirigió a la muchacha de pelo revuelto una mirada de despedida y se acercó al pupitre.

Snape vestía de azul oscuro ese día, llevando una cartera de documentos a juego con su traje. Se pasó la mano por el pelo negro cuidadosamente peinado en una coleta como si intentase concentrarse en lo que iba a decir.

-¿Sabe por casualidad dónde trabaja Harry?- El pelirrojo pareció sorprendido por la pregunta pero aún así contestó:

-Sí, en un local cerca de aquí… El Two Roses.

-¿Qué clase de local es?

-¿Qué quiere decir con eso?

-Ya me entendió, si es  un sitio decente si es mal frecuentado o es un prostíbulo!- Dijo de mal humor.

-Pues- Ron se ruborizó.- Fui una vez y me pareció bastante decente… ¿pero por qué me pregunta esto?

-Por curiosidad, ¿y dice que es cerca de aquí?

-Si, dos calles mas abajo.

“?Qué demonios hacia en ese estado al otro lado de la ciudad?”

-¿Y Potter tiene muchos amigos?- preguntó ahora guardando sus papeles.

-Yo y Hermione.

-¿Y enemigos?

-¿Para que quiere saber todo eso? ¿Por qué no se lo pregunta a Harry?- Posó su mochila sobre el pupitre.

-Verás Ronald, Harry está enfermo, le encontré el sábado al otro lado e la ciudad desmayándose.

-Oh, ¿y como está ahora? ¿Fue al hospital?

-No, le llevé a mi casa, le he estado cuidando pero quiero saber que ha pasado…- dijo pensativo.

-Pues está enfermo, usted lo dijo… a lo mejor no se ha alimentado adecuadamente. Antes yo siempre le llevaba comida, todos los días. Ahora Harry se niega abrirme si sabe que le llevo algo.

“?Mmm entonces Ron no sabe que Harry se prostituye?”

-Si, a lo mejor solo es eso, intentaré que coma y que gane fuerzas. Muy pronto estará como nuevo. ¿Puede ocuparse del papel para justificar las faltas de Harry?

-Si, pero un adulto tiene que firmar…

-Yo firmaré cuando lo tenga listo.- El chico cogió sus cosas.

-Gracias, y cuide de Harry por favor.

*

Metió la llave en la puerta y entró en casa. Dejó la cartera sobre el sofá y se dirigió de inmediato a la habitación.

Harry estaba sentado en la cama de brazos cruzados.

-¿Cómo te sientes?

-¿Por qué cerraste la puerta con llave? ¿Tenias miedo que me escapase?

-Cálmate…- suspiró- Tan solo no quería que te fueses así débil.

-No soy débil, ¿Y dónde está mi ropa?

-La estoy lavando…- Se levantó y fue a por el librillo con desinfectante y una esponja.- Ayer dormiste todo e día… ¿Tienes hambre hoy?

-No.

-Bueno, te prepararé algo de todos modos. Venga, acuéstate.

-¿Para qué?

-Para lavarte.

-¿Qué dice? No me va a ver desnudo!- Roznó cubriéndose más con la sábana.

-¿Quién crees que te desnudó? Además, no tienes nada que nunca haya visto… ¿o temes que vea el piercing que te has hecho?- probó.

-No me lo hice, ¿vale? Me lo hicieron!

-Hmm ¿Y quien te lo hizo?

-¿No esperará que se lo diga?- murmuró acostándose y permitiendo ser destapado por el profesor que se doblaba las mangas de la camisa y se ataba el pelo en una coleta.

-Separa bien las piernas, estás muy herido…- Harry se sonrojó bastante con el pedido.

“?Cómo es posible que se prostituya? Qué inocente parece… De no saberlo diría que nunca nadie le ha tocado…” Ese pensamiento llegó hasta su entrepierna, que dio un respingo de ansiedad.

-¿Por qué te han herido? ¿Eso también es parte de tu “Trabajo”?- Preguntó centrándose en el rostro dolorido del muchacho.- Deberías dejarlo…

-Y usted debería dejarse de decirme que hacer. Por cierto, ¿Dónde está mi dinero?- Dijo casi pegando un salto.

-¿Te refieres a unos cien euros que tenias en los pantalones?

-Si!

-Lo tengo guardado. En cuanto te recuperes y puedas irte te lo daré.- Cogió el paño y siguió con la higiene de Harry tocándole muy de espacio.

-No puede mantenerme aquí preso! Soy menor, pueden acosarle de rapto….- El joven miraba al techo intentando ignorar las gentiles manos que casi le acariciaban.

-¿Ah si? ¿Y quien va a denunciarme? ¿Tu tía?- con esto Potter se calló. La verdad es que no le importaba a nadie. Si desapareciese nadie le buscaría… Bueno quizás si no pagaba la renta su tía si le buscaría, o tiraría todo lo suyo a la basura y llenaría el trastero de nuevo.

Severus limpiaba toda la zona dañada tocándole con suaves movimientos casi placenteros. Harry se sonrojó y de no ser por el dolor que sentía se juró a si mismo que podría tener una erección. Sus manos parecían explorarle y su piel reaccionaba a ello con pequeños temblores.

-¿Podría dejarlo ya?- preguntó sin mirarle. Si lo hiciese no lo aguantaría, algo en su interior le hacía desear besarle.

No podía, solo estaba frágil y  conmovido por la amabilidad extraña del hombre. Muy pronto estaría como nuevo y entonces esas ideas le parecerían descabelladas.

Snape sintió el cuerpo del muchacho reaccionar y decidió también que era hora de detenerse. Harry era un chico muy necesitado y no podía aprovecharse de esa necesidad de amor.

“?Aprovecharse? ¿Eso era lo que estaba haciendo?”

-Voy a prepararte una sopa, eso te ayudará a retomar fuerzas.- Dijo como excusa para alejarse un poco del muchacho desnudo.

-¿Qué quiere de mi?- preguntó desconfiado.- ¿Es por lo que hablamos en el coche?

-Yo no quiero nada de ti, no seas absurdo!

-Todo el mundo hace algo esperando cualquier cosa a cambio.- espetó.- usted no será distinto!

-Se nota que no conoces a mucha gente…- se alejó un poco más- Solo quiero que te mejores y que estudies para aprobar este año.

-¿Y de que me vale eso? Es usted tan infantil…- Snape no dijo nada más y se marchó a la cocina para empezar a preparar la sopa de vegetales.

-Quisiera moverme hasta el sofá…- le escuchó decir desde la habitación.- ¿Cuándo estará lista mi ropa? ¿Tengo que estar desnudo?

-No.- Volvió a la habitación dónde Harry intentaba ponerse de pie.- Déjame ayudarte…

-Puedo solo!

Perfecto cuerpo desnudo, moreno y bien torneado, en su bajo vientre brillaba el piercing como un atentado al pudor justo en la punta de su pene.

-¿Quién te hizo eso?- Harry apartó la mirada.

-¿Puedo cubrirme ya o va a quedarse ahí mirándome como si fuese un animal en el zoo?

-Te daré una camisa…- Harry se sentó en el sofá y encendió la televisión.

Durante varios minutos y mientras que Severus terminaba la comida Harry se quedó en silencio. Estaba perturbado y algo incomodo por la situación. No estaba seguro de querer la ayuda de su profesor pero tampoco tenía otra salida. Se sentía realmente muy débil.

-Espero que te guste la sopa…- se la traía en una bandeja junto con un vaso de agua.

-No soy difícil para comer, no puedo darme a ese lujo.

-Lo se, pero puedes elegir mientras estés aquí. - Se sentó a su lado en el sofá- Venga, ¿comes o quieres que yo te alimente?

-Puedo solo, no soy un niño!- cogió el plato y la cuchara.

-Yo no dije eso.- Sonrió y se quedó pensativo durante un rato.

-¿Por qué me mira de esa forma?

-Estaba pensando en el coraje y lo valiente que eres, luchando por sobrevivir pero no entiendo por qué luchas solo. ¿Por qué no quieres la ayuda de nadie?

-Porque no necesito la ayuda ni la caridad de nadie.

-Eso no es verdad, y tú lo sabes, lo que pasa es que te has convencido de eso para no tener que confiar en la gente. Yo creo que te han herido mucho y te escondes detrás de esa cortina de niño malo. Creo que en el fondo estas confuso y asustado, que añoras unos brazos que te abracen y…

-No diga chorradas, eso son cuentos de niñas.- Le cortó.- Déjese de paternalismos y discursos bochornosos que no le pegan. Lo suyo son los átomos y esos rollos.

-No seas así, yo solo quiero ayudarte!

-Cómo quiera…- murmuró terminándose la sopa y recostándose en el sofá.

-¿Por qué no te quedas aquí unos días hasta que te mejores?

-No gracias.

-Harry yo no creo que estés en condiciones de cuidarte solo, quédate hasta que las heridas se mejoren.

-Tengo que trabajar o me despedirán!- dijo con impaciencia.

-Hablaré con el dueño, le diré que estás enfermo, lo comprenderá.

-Qué terco!- El mayor le miró unos segundos y colocando su mano sobre el cuello de Harry le acarició.

-No es eso es que…- El verde y el negro de sus ojos se encontraron frente a frente los labios del chico se abrieron un poco, le parecieron el lugar mas apetitoso del mundo.

-Si va a hacer eso, va a tener que pagarme.- La frase del chico le avergonzó. ¿Cómo había podido tener semejante actitud? Se apartó despacio y suspiró.

-Lo siento.

-Ya, es fácil aprovecharse.

-¿Aprovecharse?- Severus frunció el ceño ahora casi ofendido.- ¿Qué dices? Yo no puedo aprovecharme de ti, es más que eso!

-Jajaja… vaya vaya profesor… no venga ahora a decirme que se ha enamorado de mi…

-¿Qué?

-Sí. Vi la expresión de sus ojos cuando iba a besarme. No era deseo o lujuria, era pasión. Y yo siento decirle que no estoy libre para romances de primaria.

-Claro que no, solo eres un crío!- Dijo furioso cogiendo su chaqueta. Estaba tremendamente avergonzado de si mismo y furioso.- Descansa lo que quieras, tengo que salir!

“Romances de primaria, dijo” Era patético, ¿cómo no fue capaz de darse cuenta antes que el muchacho? ¿Cómo no pudo darse cuenta que todo el interés no era solo por pena o ganas de ayudarle? Era pasión.

De vuelta a Londres para una nueva vida y parecía que no empezaba de la mejor forma.

Aquella era una tarde como tantas otras, tranquila, pero parecía que la tranquilidad de la calle no lograba contagiarle. Su interior estaba aturdido como las aguas del océano en una tempestad de invierno.

¿Qué podría hacer ahora? La realidad se había plantado ante él como un enorme abismo.

Quizás el problema fuese su soledad, tanto tiempo sin nadie no podía ser bueno… Necesitaba compañía, no solo sexo… talvez por eso se alejaba de todos los hombres que se le acercaban… solo querían sexo.

Con Harry era distinto, no sentía esa hambre de poseer su cuerpo, bueno si, ¿para qué mentir? Pero el sentimiento más grande, el que descubría ahora, eran las ganas de tenerle a su lado, darle amor y cariño.

¿Qué hacer con ese abismo? ¿Saltar?

harry potter

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