Acabo de terminar esta historia, y casi tengo ganas de llorar. Después de cinco meses sin escribir ni una palabra, por fin he salido del dichoso bloqueo. Que la musa se quede o vuelva a irse, se verá, pero al menos he sido capaz de volver a hacer lo que más me gusta ^^ Espero que os guste.
Título: Lazos
Fandom: Prince of Tennis
Personajes: Ryuuzaki Sakuno, Ryuuzaki Sumire
Calificación: TP
Notas: Está basado en el manga de TeniPuri (ignorando Shin TeniPuri), así que por eso están los que están. Sin embargo, alguna cosilla creo que se me ha colado del anime, siento si es así ^^ Al final, más, porque tienen que ver con el título y la historia.
Resumen: Sakuno vuelve a casa tras pasar el día con sus amigas
LAZOS
La tarta de bizcocho, crema y coco que había hecho su abuela estaba deliciosa y Sakuno no había podido resistir la tentación de repetir junto con un segundo vaso de leche. En aquel momento se sentía llena, aunque no satisfecha, y sabía que si hubiera tenido sitio en el estómago, hubiese tomado un tercer trozo, aunque Sumire hubiera reprobado su glotonería.
Un año más estaban solas. Sus padres estaban muy ocupados con sus respectivos empleos, y aunque se habían acordado de llamarla, su madre en una breve conferencia internacional, y su padre cuando estaban a punto de terminar la cena, no podía evitar echarlos de menos en aquellas ocasiones, habiéndose acostumbrado ya a que no estuvieran en su día a día.
Suspiró levemente mientras se recostaba en la silla, frotándose distraídamente el estómago. Afortunadamente, no había tenido mucho tiempo para pensar en todo ello durante la jornada. Después del entrenamiento, las chicas del equipo la habían llevado a comer a una pizzería que habían abierto recientemente en el barrio, y tras despedirse de ellas, se había encontrado con Tomoka, que la había llevado primero al karaoke y después a su salón de té favorito. Había llegado casi una hora antes, encontrando a su abuela en la cocina, terminando de recoger tras darle los últimos toques a la tarta.
-Ábrelo - dijo Sumire, sacándola de sus pensamientos, y tendiéndole un paquete -. Espero que te guste.
Sakuno sonrió cálidamente y con cuidado deshizo el papel brillante salpicado de copos de nieve, quitando primero el lazo plateado pegado en una de las esquinas. Después, destapó la pequeña caja azul, descubriendo un par de pendientes de plata en forma de flor de cerezo, lacados en rosa. La joven abrió mucho los ojos y luego miró a su abuela, que la observaba con una sonrisa.
-¡Gracias abuela! ¿Pero, cómo...?
Por toda respuesta, Sumire le guiñó un ojo y tomó un sorbo de su taza de té de azahar.
Sakuno volvió a mirarlos fascinada. Había deseado aquellos pendientes desde que los había visto hacía varias semanas en una joyería cercana a la estación, y había ahorrado todas sus pagas para poder comprárselos. Incluso había considerado pedirle a su abuela que la dejara trabajar a tiempo parcial en la pastelería de un vecino, por temor a que los vendieran antes de que consiguiera reunir el dinero, pero había preferido esperar a cumplir los trece para decírselo y que pusiera menos inconvenientes. Y ahora, los tenía entre sus manos.
-¿Qué te han regalado tus amigas? - la voz de su abuela la sacó de su ensimismamiento.
-Un... estuche de maquillaje - Sumire frunció levemente el ceño y Sakuno se apresuró a explicarse -. Pero son colores muy naturales, y brillo de labios. Les he dicho que los usaría más adelante, tal vez... en verano...
-Aún eres una niña.
Sakuno decidió no protestar. Era cierto que ella todavía no se consideraba una mujer, y tampoco tenía demasiado interés en convertirse en una demasiado pronto. Le gustaba el proceso de transición por el que estaba pasando aquel año, y que seguramente duraría el siguiente también. Y si contaba a su abuela, que la sobreprotegía en muchos aspectos a pesar de que negaba hacerlo en voz alta, tardaría un tiempo en comenzar a florecer. Aunque apreciaba el regalo, porque sabía que lo habían escogido pensando en ella.
-Tomo-chan me ha regalado el último disco de SID y un retrato a lápiz - dijo cambiando de tema -. Y eso que me dijo que era un boceto para la clase de arte, pero al final era para mí.
-Tiene mucho talento. Vi un cuadro suyo en la exposición del club de arte y era muy bonito - Sumire le siguió el juego a su nieta, dejando el tema; ya habría tiempo de volver a discutirlo más adelante.
-Al profesor le costó mucho convencerla para que se inscribiera, pero tras el festival decidió probar y está muy contenta.
Su abuela se levantó y cogió una bolsa de papel que había sobre uno de los sillones, y que anteriormente había llamado su atención. Luego, se la entregó.
-De parte de los chicos. Los de tercero fueron a verme a la sala de profesores para dármelos.
La joven enrojeció mientras observaba los distintos regalos, envueltos en papeles de colores y lazos brillantes que la llenaban. Era algo que no había esperado. Kachirou, Katsuo y Horio se los habían entregado durante el almuerzo, e incluso aquellos le habían cogido de sorpresa.
-¿No vas a abrirlos?
Ella asintió y, dejando la bolsa en el suelo, apoyada contra la silla, fue sacándolos uno por uno. Kikumaru, Fuji y Momoshiro habían incluido tarjetas aparte de sus regalos y fue leyendo sus mensajes y felicitaciones con dedos ligeramente temblorosos. Le daban las gracias por haber estado junto a ellos, animándolos, en los momentos difíciles del campeonato, por haberse ocupado de ellos en las concentraciones, por las comidas que les había llevado durante los partidos... Le deseaban lo mejor en el equipo de tenis femenino y en secundaria, y, aunque esperaban verla alguna que otra vez durante aquellos años que iban a ir a divisiones diferentes, expresaban sus deseos de que una vez que ella entrara en Bachillerato, volvieran a tenerla cerca.
Ella también iba a echarlos de menos. Aunque aún vería a Kaidou y a Momoshiro durante el siguiente curso, todo cambiaría en dos meses. Eiji la saludaba con grandes aspavientos cada vez que se encontraban, y en algunas ocasiones se había visto envuelta en uno de sus fuertes abrazos, que la habían hecho ruborizarse hasta la línea del pelo, siendo rescatada normalmente por Ooishi, que la primera vez le había susurrado que para su compañero de dobles era como una mezcla entre una hermanita pequeña y su oso Kumagoro. Sakuno aún estaba confusa por aquella comparación. Fuji era agradable, varias veces se habían encontrado al salir ella del entrenamiento y habían ido hablando hasta donde se separaban sus caminos, o hasta su casa si se le había hecho tarde, a pesar de que siempre le había insistido en que podía ir sola. Pero desde siempre había sabido del afán sobreprotector del genio del Seigaku.
Fue depositando con cuidado en la mesa cada regalo - un monedero de Fuji, dos osos de peluche pequeños de Kikumaru, un libro de Agatha Christie de parte de Tezuka, colonia de flor de cerezo de Ooishi, una caja de pañuelos bordados de Momoshiro y un neceser con un gato pintado de Kaidou -, ante la mirada de Sumire, que podía leer cada una de sus emociones en sus ojos y en su rostro como en un libro abierto. Sabía que entre los jugadores y su nieta, aunque no se habían tratado con demasiada frecuencia se había establecido un vínculo de afecto debido al carácter dulce y reservado de Sakuno, al que ni siquiera el huraño Kaidou o el calculador Inui habían podido resistirse, y que cada uno reciprocaba a su manera.
Con una sonrisa, Sakuno depositó un tarro de cristal con un zumo especial del jugador de datos, de color rosa, junto al cuaderno con su nombre escrito en la portada que había desenvuelto antes. No tenía idea de a qué sabría, pero el olor era agradable, a flores y dulce. Luego, tomó el último. Era de Kawamura. Dentro había una nota agradeciéndole su apoyo en el tenis y en el negocio de su familia, un juego de cuatro pasadores decorados con flores y otro de cuatro horquillas con piedrecitas y un vale de descuento para la próxima comida que su abuela y ella hicieran en el restaurante. Luego, se quedó allí, mirándolos, sintiendo un leve escozor en los ojos y las mejillas aún arreboladas. Tragó con dificultad y sintió la tentación de rozarlos con sus dedos, uno por uno, como si al hacerlo pudiera sentir el cariño con que notaba que los habían hecho, pero su abuela estaba allí, todavía mirándola con la barbilla apoyada en una mano y una ligera sonrisa en los labios, como si adivinara sus pensamientos.
-Es demasiado... Yo... no...
Sumire se encogió de hombros y se echó hacia atrás.
-Han querido hacerlo. Algunos te conocen desde que tenías diez años, así que no le des más vueltas - se levantó y recogió los platos, y cuando su nieta se apresuró a imitarla, la detuvo -. Tú guarda los regalos y luego el mantel.
Con cuidado los fue poniendo en la bolsa de nuevo, doblando los papeles que había dejado intactos, y la dejó en la silla. Luego, dobló el mantel y fue a la cocina para meterlo en la cajonera.
-¿A qué hora es el drama?
-Dentro de media hora.
-¿Quieres ver mientras otra cosa?
Sakuno movió la cabeza.
-Pon lo que quieras mientras. Yo... voy arriba hasta entonces - ante la mirada de su abuela, que estaba poniendo el último plato a escurrir, se removió algo inquieta -. Quiero escribir unas tarjetas de agradecimiento a los senpai...
Sumire sonrió y asintió, secándose las manos.
-Seguro que les encantará verte.
FIN
Notas:
**El título hace referencia a dos cosas que han salido en la historia: los lazos de los regalos y también a los que Sakuno tiene establecidos con los que la rodean (no sólo con los titulares, aunque haya sido más claro en ese caso): su abuela, sus padres, sus amigas y los jugadores.
**Aunque cabe la perfecta posibilidad de que Sakuno tenga una familia unida, como nunca hace referencia a ello, y está tan unida a su abuela, en mi headcanon sus padres están divorciados. Leí en una ocasión que en Japón no es raro que los abuelos se encarguen de los nietos cuando los padres se divorcian, y pensé que ése podía ser el caso de Sakuno. De hecho, tengo varias historias escritas sobre ello ^^
**Estuve muy tentada a poner una de las unidades de seiyuu como el grupo del disco que le regala Tomoka a Sakuno, pero al final decidí que no, ya que los que me gustan más, o sólo tienen una (o dos) canciones a lo sumo, o por el nombre no pegaban con la historia. Así que al final me decidí por SID (estaba entre ellos y Arashi XD).