El que la sigue, la consigue...

Mar 24, 2008 23:22

A causa de que mi hermana ha estado usando el PC para hacer sus trabajos en la U, no he podido postear sobre...





¡¡Así es amigos!!
Después de todo lo que tuve que pasar para conseguir una cochina entrada para ver a Morricone, ¡¡LO CONSEGUÍ!!
Diablos, cuando la tuve en mi poder solo me faltó subir una escalera, levantar mis manos al cielo y escuchar la música de Rocky de fondo.

Gracias a mi hermano y sus contactos con el mercado negro, logré conseguirme dos entradas. Como mi hermana había sido picada por un bicho en el pie y cojeaba un poco (tiene alergia a las picaduras), mi madre me aconsejó invitar a alguna amiga. Opté por la Mari, pero no podía por tener negocios que atender con su familia. Así que decidí que mi hermana fuera, a pesar de su cojera. Después de todo, este espectáculo había que verlo sea como sea.

Andaba media nerviosa, porque las invitaciones me las iban a pasar en la tarde, pero como perdía mucho tiempo desde el trabajo a la casa, decidimos que la Claudia (mi hermana) las llevara. Por eso me desperté con dolor de estómago y nerviosísima. Ni para el exámen de grado me sentía así.

Bueno, al final me fui al trabajo en mi tenida "formal" (solo le agregué a mi tenida de negro unos aros y voilá!) y cuando trataba de presumir con mis compañeros de que iba a ir al concierto sufrí grandes decepciones, como por ejemplo:

Yo: ¡¡Voy a ir al concierto de Morricone!!
Compañero 1: ¿Quién?

O

Yo: Tengo que irme luego, porque... ¡¡Voy a ir al concierto de Morricone!!
Compañero 2: ¿Morriqué?

Estoy rodeada de ignorantes. La verdad daban ganas de gopearlos, pero en fin. Volé al encuentro de mi hermana y tomamos la micro que nos llevaría al susodicho parque bicentenario, donde sería el concierto. La micro iba llena y como la gente es weona, se bajaron antes de la parada correcta... juju, mejor para nosotras.

Llegamos a la fila para entrar, que no era muy larga, curiosamente. Estuvimos como 30 minutos esperando entrar y mientras nos abismábamos de lo caro que eran las bebidas (una vil coca-cola en lata, de 200cc... ¡¡A LUCA!! Mandé a freir monos al señor vendedor), un carabinero nos contaba de los desmanes del día anterior en el concierto de ese día. Fue entretenido.

Al entrar, había poca gente.




Y como a nosotros nos tocó en la "platea alta", tuvimos que buscar una ubicación decente.


Super fina la ubicación. No sé para qué chucha nos hacían disfrazarnos de formal si había que subir un andamio más charcha que las graderías que habían en el gimnasio de mi colegio. Al final las pobre señoras con tacos y faldas las veían color de hormiga subiendo y bajando esa porqueria. Mi hermana fue una de esas, toda glamorosa ella, con su pie con picadura infectada y sus zapatos de taco color pistacho... nerd.




En cambio yo, llevaba mis super formales zapatillas plateadas... jajaja!!
Son "súper nueeevas" XDDD
Pero rendidoras.
Esas eran las seguras y cómodas instalaciones de la platea alta... platea alta my ass, era una vil gradería.

Bueno, después de esperar un largo rato, al fin se llenó la cosa y comenzaron a salir los músicos y el coro *_*






Fue genial oirlos afinar sus instrumentos.



Hasta que apareció don Ennio y comenzó la maravilla para los oídos. Disculpen lo pixelados de las fotos, pero estrujé el zoom de mi cámara y es lo que hay.

La primera parte fue dedicada a Cinema Paradiso, Érase una vez en América y Los Intocables. Esa última fue mi favorita de esta parte, lástima que fue tan cortita...




Cuando toda la orquesta tocaba se me erizaban los pelos del cuerpo. Era genial esa sensación, se notaba en todas partes la energía de la música.




Después vino mi parte favorita, la dedicada a las películas de Sergio Leone. El bueno, el malo y el feo, Érase una vez en el Oeste y ¡Agáchate, Maldito! fueron las películas que se tocaron en esta parte. Como son canciones muy épicas (a veces me recordaba la banda sonora de Saint Seiya), una soprano tuvo que pasar para cantar las partes que le tocaban. La mejor de todas las canciones fue El éxtasis del oro, de la película El Bueno, el malo y el feo. Dios, fue tan genial que al salir del concierto la estuve cantando todo el rato, incluso cuando mi hermana me lanzaba miradas asesinas porque la avergonzaba XD



Este señor es mi ídolo. A pesar de ser viejito, toca la batería como los dioses XD

Después de eso, hubo un break y pudimos estirar las piernas un rato. Como a la media hora volvieron los músicos y comenzaron a tocar la segunda tanda, iniciada por la parte de las series para TV a las que Morricone les ha hecho la música. Casi ninguna la había visto, excepto la de Sacco y Vanzetti, que es una película italiana basada en hechos reales. Esta parte, a pesar de ser desconocida para la mayoría, fue muy buena. Yo me quedo sobre todo con la música de Sacco y Vanzetti
Buaaa, me emociono al oirla, me trae recuerdos, porque esa película es una de las favoritas de mi papá.




Obviamente, al final dejaron la música de La Misión, que es la más conocida por la mayoría. A mi me gusta, pero hubo una época en que la oí demasiado (mi mamá es fan de esa banda sonora), así que ya no me provoca lo mismo que antes. Pero si que es genial ver la interpretación en vivo y cómo las voces se unen con los instrumentos y crean esa maravilla.




Fue estupendo, una experiencia increíble. Al final hicieron salir al pobre viejecillo de Morricone como tres veces más y tocó canciones que ya había tocado. Pero sueltas no tenían mucha gracia, eran mejor dentro del programa, porque ahí iban creando el ambiente propicio para el clímax de la música a full, con coros y todos los instrumentos de la orquesta. Luego nos despedimos y nos fuimos lentamente entre el mar de gente.

Como había mucha gente esperando micro, con la Claudia pensamos caminar un poco y llegar a otra calle principal, pero nos perdimos T_T
Menos mal que traíamos plata, así que después de cansarnos en vano, tomamos un taxi y nos fuimos a Providencia, donde planeábamos comer algo (yo no había almorzado ni comido nada en todo el día). Peeeero, por ser jueves santo, todo estaba cerrado o en vías de cerrar. Así que derrotadas, tomamos una micro y nos fuimos a la casa. Peeeeeero en el camino había un Telepizza, así que nos bajamos y compramos dos. Yo a esa altura no tenía hambre, pero tenía una sed monstruosa, así que vendí mi alma por una coca-cola (esta vez una de dos litros y medio por luca quinientos).

Terminé muerta, pero feliz ese día :D

Sieee, lo conseguí `3´b

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