Oct 02, 2007 21:08
México D.F. 1968
Era el año de la Olimpiada, el año en que los estudiantes se volvieron guerreros, el año de la masacre.
Un evento de alcance mundial y un gobierno temeroso de perder el control, y ser expuesto como incompetente fueron el coctel molotov que costo la vida de cientos de jóvenes en la Plaza de las Tres culturas aquel fatídico Dos de Octubre.
El movimiento estudiantil, había empezado hacía ya dos años aproximadamente, pero siempre estuvo marcado por la violencia. ¿Quién dió el primer golpe? Eso aun esta en discusión, y la verdad ni siquiera importa, nada podría justificar tal acto de barbarie.
Los estudiantes universitarios no eran santos, algunas de sus propuestas podrían parecer descabelladas aún ahora, pero el punto no era ese; el punto era luchar por una voz que el gobernante que eligieron pudiera escuchar, y que respondiera ante ella como digno mandatario.
Esa voz fue escuchada, pero la respuesta no fue la esperada. Mitin tras mitin era disuelto violentamente por las fuerzas policiales primero, y ya en su última fase por el ejército. Estudiantes y trabajadores sindicalizados eran perseguidos como criminales, y donde había junta, había redada.
Esto tuvo su culmén durante la noche del dos de Octubre, cuando los miembros principales del Consejo Nacional de Huelga (CNH), lideres del movimiento estudiantil, convocaron a todos los participantes de la agrupación a una junta de protesta; ejército se había hecho presente para mantener la seguridad y el orden público, pero hizo exactamente lo opuesto.
Aun después de casi 40 años de la matanza, nadie se ha hecho responsable, nadie ha admitido dar la ordén que convirtió a un pelotón de soldados en una turba de asesinos.
A las 5 de la tarde, los disparos comenzaron sin aviso y se desató el infierno en Tlatelolco. Un buen número de las 10 mil personas que ahi se encontraban pudo escapar en el caos de la confusión antes de que el ejército cerrara el cerco y comenzara a tirar a matar. La masacre duró toda la noche, y parte de la madrugada de tres de octubre, alcanzando a las familias que vivian en los departamentos alrededor de la Plaza de las tres Culturas; donde los militares irrumpian buscando estudiantes y tiraban parejo si algún alma piadosa se atrevia a refugiarlos.
Dos mil miembros del movimiento estudiantil fueron arrestados esa noche, de los cuales poco mas de 150 siguen aun presos.
Nunca se volvió a reprimir una manifestación civil con la fuerza militar, y ese Dos de Octubre sigue presente en nuestra historia como una mancha roja indeleble que aunque no aparece en los libros de historia, enseño la lección a nuestros gobernantes de que al pueblo no se le calla con un fusil.
2 de octubre no se olvida