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Número: 96/96
Título: Sin título
Fandom: Harry Potter
Personajes: Draco Malfoy/Harry Potter
Extensión: 690 palabras.
Advertencias: slash
Notas: -
-No es nada serio, igual. Solo un polvo de una noche. -Draco no sabía por qué estaba dándole explicaciones a Potter. Era su compañero de trabajo, no su esposo. Hizo a un lado el ramo de rosas que una lechuza acababa de depositar en su escritorio, y se concentró en cualquier cosa que no fuera el estúpido de Potter. No tendría que haber dicho nada. Tendría que haber ignorado el ceño fruncido del de lentes, tomar el presente y disfrutarlo. Tal vez incluso refregárselo un poco en la cara al moreno, justo antes de ponerlo en un lindo florero. Pero no. Su estúpida boca no quería obedecer a su inteligente cerebro, y soltaba las palabras aunque en verdad no había querido hacerlo.
- ¿Quieres algo de café, Draco? Hoy vamos a necesitar bastante, si nos toca una noche movidita como ayer. -el rubio asintió ausentemente, sin dejar de darle vueltas al asunto. Tomó la taza que Potter le tendía, sintiendo un agradable escalofrío cuando sus dedos se rozaron. Sabía qué significaba, pero no quería admitirlo. Ya era suficientemente malo que Potter fuera heterosexual. Y a pesar de que gracias al trabajo se estaban llevando mucho mejor, eso no cambiaba que ellos fueran Harry Potter y Draco Malfoy. El jodido niño que vivió, y la cría de un mortífago. Potter nunca querría salir con él, ni aunque fuera el último hombre sobre la faz de la tierra (lo cual tampoco importaba mucho, porque a Potter le iban los calderos, y no las varitas).
Para despejar su mente, Draco se incorporó, y salió del consultorio. Se acercó a una enfermera que pasaba por allí, y le preguntó si había algún paciente que estuviera sin atender. La mujer negó con la cabeza, y sonriendo le respondió que afortunadamente no había casi pacientes en Urgencias, y que tal vez incluso esa noche fuera de las más tranquilas. Afortunadamente no era la palabra que el rubio tenía en mente, pues a pesar de todo ahora mismo no le entusiasmaba estar a solas con Potter durante toda la noche sin nada que hacer.
Le agradeció a la mujer y se encaminó hacia el patio interno del hospital. Allí prendió un cigarro y le dio una gran calada para intentar calmarse un poco. No tendría que estar alterado en absoluto, no debería sentirse tan miserable como se sentía.
-Sabes que fumar es perjudicial para la salud, ¿cierto? Y que a pesar de que estés en un patio, esto sigue siendo un hospital. -Draco abrió los ojos con molestia, y algo de incomodidad, al sentir la voz grave de Harry en su oído. Había cosas de Potter que también eran perjudiciales para la salud de Draco, pero eso no iba a decirlo. Como su voz, por ejemplo. Y esa peligrosa cercanía e invasión del espacio personal a la que Potter era aficionado. Draco hizo desaparecer el cigarro con un dramático movimiento de su varita, y rodó los ojos.
- ¿Contento, Potter? Y te informo que a pesar de que a veces no te acuerdes, yo también estudié medimagia para ser medimago, justo como tú. Por supuesto que sé qué cosas son perjudiciales para mi salud, muchas gracias. ¿No deberías estar intentando salvarle la vida a alguien más, oh, gran héroe Potter? Alguien que en verdad esté en peligro. -esta vez fue el turno de Harry de rodar los ojos. En vez de molestarse, como Draco pensó que haría, Potter sonrió, ignorando el comentario anterior.
-De hecho, venía para invitarte a cenar, mañana. Ya sabes, para celebrar que hoy no hubo casi emergencias que atender. -Si esas palabras no hubieran salido de la boca de Potter, Draco habría jurado que esa era la peor excusa que había escuchado para conseguir una cita. De todas formas, se trataba de Potter, por lo que Draco estaba seguro de que se estaba imaginando cosas, como el brillo expectante en los ojos de Potter. De todas maneras, en el momento que asentía, y le advertía a Potter que la cena iba a ser horrorosamente costosa, no pudo evitar sentirse mucho más feliz que cuando vio el ramo de flores en su escritorio un rato antes.