94/94
Escrito para reto_diario
Número: 94/94
Título: El regreso
Fandom: Harry Potter
Claim: Draco Malfoy, Harry Potter
Extensión: 770 palabras.
Advertencias: ninguna.
Notas: probablemente vaya a convertirse en alguna especie de longfic.
Se despertó en medio de la noche, bastante agitado. Había estado teniendo extraños sueños últimamente, recuerdos del mundo mágico del cual había huido después de la guerra.
Cinco años viviendo en el mundo muggle y sin ningún contacto con la magia deberían haber sido suficientes para olvidar todo lo que había experimentado en Hogwarts, con sus amigos, durante la guerra. Cinco años para olvidar que en el momento en que ganaba una guerra, perdía todo lo demás. Amigos, todas aquellas personas que lo habían apoyado y querido ya no estaban, y Harry se había negado a quedarse en el mundo mágico después de eso. Demasiadas pérdidas, demasiado dolor, demasiado sufrimiento para una sola vida, y que prefería dejar atrás.
Por eso se sorprendió un poco al recordar que en su sueño volvía a tener una varita en mano, y conjuraba hechizos muy poderosos, que nunca antes había escuchado ni visto. Si se concentraba lo suficiente, casi podía sentir la magia fluyendo hasta su varita, la fuerza del hechizo y la luz violeta que lo cegó por unos momentos.
Pero claro, solo había sido un sueño. Harry no quería volver a empuñar su varita, ni quería saber nada de hechizos poderosos y violetas, para nada. Ya había tenido suficiente de todas esas cosas, por lo que se recostó nuevamente en su cama, intentando en vano conciliar el sueño. Unos minutos más tarde, sin embargo, escuchó unos golpes impacientes a su puerta. Eso era un poco extraño, pensó Harry, porque, sin tener en cuenta que eran las cuatro de la madrugada, el departamento de Harry estaba en el tercer piso, por lo que quien tocara la puerta tendría que haber pasado por la entrada del edificio. O tal vez fuera uno de sus vecinos…
Refregándose los ojos un poco, se puso los lentes e intentó peinarse un poco antes de abrir la puerta. Lamentablemente recordó que no llevaba puesto su pijama hasta que no vio a Draco Malfoy parado en la entrada de su casa, con aspecto de no haber dormido muy bien en los últimos días, y visiblemente apurado. Sin esperar invitación (y tampoco a que Harry se repusiera de la sorpresa), Draco ingresó a su departamento, y después de cerrar la puerta con llave y mirar sospechosamente para ambos lados, se dirigió hacia el anonadado dueño de casa.
-Potter, menos mal que abriste pronto. Tenemos que irnos de aquí rápidamente, este lugar no es seguro. ¿No tienes protecciones mágicas en este lugar? De haberlo sabido antes, me hubiera aparecido adentro. Y bien, ¿qué estás esperando? ¡Tenemos que irnos Potter, y casualmente el tiempo no nos sobra, así que ponte en marcha! Recoge lo que necesites y larguémonos de aquí antes de que ellos lleguen. Preferiría evitar los enfrentamientos en áreas muggle. -Harry lo miraba como si le hubiera salido un tercer ojo en la frente, con el ceño fruncido y visiblemente confundido. Malfoy alzó las cejas, interrogante, y entonces recordó que Potter no se había acercado a la comunidad mágica en cinco años. Poniendo los ojos en blanco, Draco mismo se acercó hasta el closet de Harry y comenzó a guardar algo de ropa dentro de un bolso que había encontrado encima de una cómoda, haciendo muecas de disgusto cuando veía alguna prenda particularmente fuera de moda.
-Malfoy, ¿qué… qué demonios estás haciendo? Yo no me voy a ningún lado. ¿Qué haces aquí? Realmente no entiendo nada. -el rubio no se detuvo a responderle, solo siguió guardando cosas que a su criterio eran imprescindibles. - ¿Dónde tienes tu varita, Potter? También tendrías que vestirte, digo… es de mala educación recibir visitas semidesnudo. -el sonrojo de Harry hizo que se olvidara por un momento que estaba hablando con Malfoy (de entre todas las personas) y se apresuró a ponerse unos jeans y una remera que yacía sobre una silla. Del cajón de la mesita de luz sacó la varita, y luego se volvió hacia Malfoy, en busca de explicaciones, pero este ya había achicado su bolso para que cupiera en su bolsillo y estaba esperándolo, visiblemente impaciente.
- ¿Qué es lo que está pasando? ¿A dónde nos vamos?- Malfoy calló a Harry y aguzó el oído, atento a unos sonidos provenientes de la entrada. - ¿Podrías quedarte callado un segundo? Están forzando la entrada, tenemos que irnos ahora mismo. Las explicaciones pueden esperar Potter, yo no. -y lo último que Harry vio antes de sentir el tirón familiar de la aparición conjunta fue una explosión a la puerta de su apartamento, y a dos sujetos entrando rápidamente por entre los escombros.
Definitivamente, pensó Harry, no era la mejor manera de volver al mundo mágico.
Número: 94/94
Título: El regreso
Fandom: Harry Potter
Claim: Draco Malfoy, Harry Potter
Extensión: 770 palabras.
Advertencias: ninguna.
Notas: probablemente vaya a convertirse en alguna especie de longfic.
Se despertó en medio de la noche, bastante agitado. Había estado teniendo extraños sueños últimamente, recuerdos del mundo mágico del cual había huido después de la guerra.
Cinco años viviendo en el mundo muggle y sin ningún contacto con la magia deberían haber sido suficientes para olvidar todo lo que había experimentado en Hogwarts, con sus amigos, durante la guerra. Cinco años para olvidar que en el momento en que ganaba una guerra, perdía todo lo demás. Amigos, todas aquellas personas que lo habían apoyado y querido ya no estaban, y Harry se había negado a quedarse en el mundo mágico después de eso. Demasiadas pérdidas, demasiado dolor, demasiado sufrimiento para una sola vida, y que prefería dejar atrás.
Por eso se sorprendió un poco al recordar que en su sueño volvía a tener una varita en mano, y conjuraba hechizos muy poderosos, que nunca antes había escuchado ni visto. Si se concentraba lo suficiente, casi podía sentir la magia fluyendo hasta su varita, la fuerza del hechizo y la luz violeta que lo cegó por unos momentos.
Pero claro, solo había sido un sueño. Harry no quería volver a empuñar su varita, ni quería saber nada de hechizos poderosos y violetas, para nada. Ya había tenido suficiente de todas esas cosas, por lo que se recostó nuevamente en su cama, intentando en vano conciliar el sueño. Unos minutos más tarde, sin embargo, escuchó unos golpes impacientes a su puerta. Eso era un poco extraño, pensó Harry, porque, sin tener en cuenta que eran las cuatro de la madrugada, el departamento de Harry estaba en el tercer piso, por lo que quien tocara la puerta tendría que haber pasado por la entrada del edificio. O tal vez fuera uno de sus vecinos…
Refregándose los ojos un poco, se puso los lentes e intentó peinarse un poco antes de abrir la puerta. Lamentablemente recordó que no llevaba puesto su pijama hasta que no vio a Draco Malfoy parado en la entrada de su casa, con aspecto de no haber dormido muy bien en los últimos días, y visiblemente apurado. Sin esperar invitación (y tampoco a que Harry se repusiera de la sorpresa), Draco ingresó a su departamento, y después de cerrar la puerta con llave y mirar sospechosamente para ambos lados, se dirigió hacia el anonadado dueño de casa.
-Potter, menos mal que abriste pronto. Tenemos que irnos de aquí rápidamente, este lugar no es seguro. ¿No tienes protecciones mágicas en este lugar? De haberlo sabido antes, me hubiera aparecido adentro. Y bien, ¿qué estás esperando? ¡Tenemos que irnos Potter, y casualmente el tiempo no nos sobra, así que ponte en marcha! Recoge lo que necesites y larguémonos de aquí antes de que ellos lleguen. Preferiría evitar los enfrentamientos en áreas muggle. -Harry lo miraba como si le hubiera salido un tercer ojo en la frente, con el ceño fruncido y visiblemente confundido. Malfoy alzó las cejas, interrogante, y entonces recordó que Potter no se había acercado a la comunidad mágica en cinco años. Poniendo los ojos en blanco, Draco mismo se acercó hasta el closet de Harry y comenzó a guardar algo de ropa dentro de un bolso que había encontrado encima de una cómoda, haciendo muecas de disgusto cuando veía alguna prenda particularmente fuera de moda.
-Malfoy, ¿qué… qué demonios estás haciendo? Yo no me voy a ningún lado. ¿Qué haces aquí? Realmente no entiendo nada. -el rubio no se detuvo a responderle, solo siguió guardando cosas que a su criterio eran imprescindibles. - ¿Dónde tienes tu varita, Potter? También tendrías que vestirte, digo… es de mala educación recibir visitas semidesnudo. -el sonrojo de Harry hizo que se olvidara por un momento que estaba hablando con Malfoy (de entre todas las personas) y se apresuró a ponerse unos jeans y una remera que yacía sobre una silla. Del cajón de la mesita de luz sacó la varita, y luego se volvió hacia Malfoy, en busca de explicaciones, pero este ya había achicado su bolso para que cupiera en su bolsillo y estaba esperándolo, visiblemente impaciente.
- ¿Qué es lo que está pasando? ¿A dónde nos vamos?- Malfoy calló a Harry y aguzó el oído, atento a unos sonidos provenientes de la entrada. - ¿Podrías quedarte callado un segundo? Están forzando la entrada, tenemos que irnos ahora mismo. Las explicaciones pueden esperar Potter, yo no. -y lo último que Harry vio antes de sentir el tirón familiar de la aparición conjunta fue una explosión a la puerta de su apartamento, y a dos sujetos entrando rápidamente por entre los escombros.
Definitivamente, pensó Harry, no era la mejor manera de volver al mundo mágico.