Jackal suspira resignado, mientras que escucha a Yukimura pedirles por favor -y aunque su voz es suave y calmada ellos saben que no pueden negarse ni aunque quieran- que cuiden a Kirihara por esa tarde. Alguien del equipo tiene que hacerlo, y por supuesto Marui sonríe -casi malvadamente- y ofrece a Jackal para el puesto de niñera. Yo iré con él, agrega, como si en verdad fuera a tener intención alguna de ayudarlo.
Pero Marui es un genio, y su plan no falla porque todos se muestran de acuerdo con la decisión y antes de que Jackal pueda abrir la boca Yukimura sonríe, con esa sonrisa suya que te hace pensar que te descuartizará si te atreves a abrir la boca para oponerte a la idea, y entonces Jackal ya sabe que no hay nada que pueda hacer y que tiene que aceptar la responsabilidad incluso cuando no quiere hacerlo.
Akaya se muestra bastante feliz con la elección, y cómo no hacerlo si se divierte tanto con Marui-sempai que lo lleva al arcade y a comer pastel y helado y golosinas, y con Jackal-sempai que es el que siempre paga todo. Se acerca corriendo hasta donde se encuentra la pareja de dobles, y pregunta con entusiasmo qué van a hacer ese día. Marui vuelve a sonreír -y es la misma sonrisa pero esta vez es un poco más malvada- y le dice al chico que van a ir a comer hamburguesas después de las prácticas, y luego al arcade, en donde estrenarán el nuevo juego de lucha contra los mutantes. Tal vez más tarde vayan por un helado, y después pasarán por la pastelería y comprarán unas buenas porciones para llevar. Kirihara entonces pregunta inocentemente -como si no supiera, como si alguna vez cambiara la respuesta- quién va a pagar por todo eso, porque por supuesto su mesada ya se la gastó en el nuevo videojuego para la consola que tiene en su casa. Y Marui responde, como siempre, despreocupadamente, que Jackal va a pagarlo todo, como cada vez que les toca cuidar del pequeño del Rikkai.
Niou, que pasaba por ahí, escucha y se ríe, y promete que él también irá con ellos la próxima para que Jackal le pague sus gastos, y en seguida, por detrás, se escucha la voz de Yagyuu reprendiéndolo, porque es incorrecto autoinvitarse, Niou-kun, y aún peor pretender que la otra persona pague todo. Y los ojos de Jackal brillan con esperanza e ilusión, porque tal vez alguien escuche a Yagyuu y le haga caso, pero por supuesto eso no pasa (y no pasará nunca, tampoco) y nadie escucha (o presta atención, que es casi lo mismo) a las sabias palabras del caballero.
Es cuando terminan las prácticas que Jackal se ve tentado a salir corriendo (y si dicen que tiene cuatro pulmones tal vez nadie logre alcanzarlo jamás), pero no lo hace porque en ese momento se acerca Yukimura, seguido de Sanada y Renji (y Jackal sabe que por dentro se están riendo de él, o compadeciéndolo, porque saben lo que va a pasar después) y habla con esa misma voz suave y sedosa, pero esta vez también suena más fría y más amenazante cuando les dice que no quiero problemas, chicos.
Y ahí es cuando Jackal recuerda que tiene que dejarse arrastrar por todos lados por Marui y Kirihara, porque de lo contrario Akaya se aburriría, y un Akaya aburrido siempre trae problemas. Por eso Jackal prefiere sentir la billetera vaciarse con esos dos que enfrentar la ira de Yukimura por los problemas de Kirihara.