Reglas
Autor: ro_malfoy
Fandom: Harry Potter
Personaje/Pareja/Trío: Draco Malfoy/Hermione Granger
Tema: 3.Reglas.
Resumen: Porque las reglas, se hicieron para romperse
VICIO 3: REGLAS.
¿Cómo es que llegamos a esto?, se preguntaba interiormente Hermione mientras descansaba al lado de un joven y muy apuesto rubio. Lo miró, tenía una sonrisa de tranquilidad en su rostro, ¿seguiría teniéndola cuando se entere de que Hermione finalmente había roto todas las reglas puestas por él?
DhDhD FLASH BACK DhDhDh
Caminaba rápidamente por las mazmorras, odiaba cuando le tocaba hacer la ronda nocturna allí, era como si la oscuridad del lugar le recordara viejos tiempos en donde solía llorar de miedo a causa de esta. Pero en el pasado, sus padres la tranquilizaban, ahora…no había nadie, y para peor se encontraba en terreno enemigo, porque allí dormían los Slytherins…
De pronto escuchó voces. Lucius Malfoy y Severus Snape se acercaban discutiendo por el pasillo, si la encontraban allí era factible que la castigaran o insultaran a pesar de que estaba cumpliendo su deber. Murmuró un hechizo a su varita que provocó que la luz que salía de allí se apagara y como por arte de magia se apretó con fuerza a la pared. Fue inmediato. Unos brazos la apresaron y la empujaron hacia el fondo de un pasillo desconocido para ella. Buscó a tientas su varita pero ya no la encontraba. Todo estaba oscuro y el miedo crecía más y más. Comenzó a pegarle patadas a su secuestrador, pero este no parecía notarlo. Finalmente una luz se veía cercana. Trató de girar para poder ver quien la había raptado pero la otra persona era más fuerte que ella. Debía ser un hombre, pensó. Uno muy elegante, porque la fragancia que usaba era bastante cara. En el momento en que Hermione comenzó a enumerar los posibles candidatos a secuestrador, se detuvo la marcha y el joven la depositó suavemente en un sillón. Desesperadamente la Gryffindor lo miró. No lo podía creer. Era…Malfoy…Draco Malfoy. Tragó saliva esperándose lo peor.
-Tranquila Granger, no te lastimaré-dijo algo aburrido el Slytherin
-¿Qué… qué... qué hago a-a-a-quí?-preguntó entrecortadamente
-Te estaban buscando a ti. Los he seguido un buen rato. El señor Oscuro te quiere para llegar a Potter. No podía dejar que te cogieran tan fácilmente.-respondió sentándose en un sillón-Además tú tan estúpida te ibas a entregar con los brazos abiertos. ¿Cómo se te cruzó por la cabeza la idea de pasear por las mazmorras, sola y a estas horas de la noche?
-Ron se enfermó y no me pudo acompañar-respondió simplemente
-Estúpido pobretón...-murmuró casi inaudiblemente
-¿Qué dijiste?-preguntó desconcertada Hermione. El rubio negó con la cabeza.- ¿Por qué me salvaste?
-Creo que si pasarás la noche encerrada conmigo debes saber algunas reglas- siseó el Slytherin- Regla número 3: No se piden explicaciones de los hechos realizados por el otro.
DhDhDh FINoFLASHoBACK DhDhDh
Y así empezó todo…Hermione suspiró…El recordar el pasado la hacía estremecerse… Tan fácil fue entender esa regla… Pero más fue romperla…No había pasado más de un mes de encuentros con Draco que ya ambas partes la habían quebrado. Era imposible no preguntar el por qué de algunas cosas… Más para Hermione que siempre deseaba saber todo… La primera vez en que la Gryffindor rompió la tercera regla, el Slytherin muy hábilmente le había respondido con la segunda…
DhDhDh FLASH BACK DhDhDh
Hermione se encontraba en su cuarto muy ansiosa. Esa noche le tocaba ver a Draco. Pero a pesar del deseo de volver a estar con él, de que sus cuerpos se encuentren nuevamente y poder ratificar una vez más que el rubio hacia que cada parte de su ser se estremeciera de placer, esta vez estaba ansiosa por saber la verdad.
Salió de su sala común a hacer la “ronda nocturna”. Una vez allí se liberó fácilmente de Ron y fue hasta el lugar de encuentro. Allí lo encontró. Sentado seductoramente en el sillón, esperándola. Hermione avanzó lentamente y le dirigió una mirada lasciva. Se sentó sobre las piernas del Slytherin y lo saludó con un beso.
Luego de algunas horas de placer carnal, ambos se encontraban recostados, Hermione con la cabeza apoyada en el pecho de él.
-Dragón-murmuro la leona que se había acostumbrado a llamarlo así luego de una larga y desenfrenada noche.
-Mmm…-se escuchó solamente como respuesta
-¿Por qué sales con Parkinson si me tienes a mi?
-Granger, ¿olvidaste las reglas? Regla número 2: Ninguno hará una escena de celos debido a las otras parejas y mucho menos cuestionará nada referido a esto.
-L-lo siento...-dijo un poco molesta.
Malfoy se levantó de la cama, algo furioso por la falta de la Gryffindor. Se vistió a toda prisa y salió de la habitación.
Lo que realmente le pasaba por la mente al Slytherin era la preocupación…Hermione había roto dos reglas con solo una pregunta…Algo iba mal…Debía dejarla antes de que llegará a quebrar la tercera…
DhDhDh FINoFLASHoBACK DhDhDh
Pero no pudo abandonarla… Intentó alejarse de ella, la insultó y la humilló. Pero eso lo hizo sentirse un bastardo y enseguida volvió a sus brazos a pedirle perdón. Ya llevaban un año de relación clandestina… En ese momento, aunque se encontraba con los ojos cerrados, podía sentir la fuerte mirada de su leona… Seguramente estaría recordando como empezó todo, al igual que él… La conocía tanto… Y con solo pensar que trato de olvidarse de ella recurriendo a millones de mujeres (que al lado de ella ese término les queda grande) provocando que Herms sufriera por su culpa… No podía creer lo idiota que fue… Y ahora, allí recostados…Abrazados… Luego de demostrarse su amor durante una noche entera, pensó que sería hora de romper la última de todas las reglas. Abrió lentamente los ojos y, efectivamente, la encontró mirándolo. Una sonrisa dulce apareció en su rostro y se acercó a ella para besarla. Trato con todas sus fuerzas de transmitirle cuanto la amaba pero igualmente, para que no queden dudas, se separó de ella solo un poco y murmuró un simple Te Amo. Instantáneamente la castaña se separó sorprendida y sarcásticamente dijo:
-Dragón, has roto la tercera regla: No te enamorarás y mucho menos le dirás que lo/a amas.
-Al carajo con las reglas…-dijo divertido Draco- Solo dime que me amas…
-Pero si yo no te amo, tonto-mintió la castaña
El rubio se puso pálido de la tristeza y comenzó a tartamudear cosas sin sentido.
-Calma, dragón.-dijo la chica con una sonrisa- ¿Cómo no te voy a amar? Después de tanto tiempo…
Pero no pudo terminar la frase porque los labios del rubio la dejaron sin habla…
Fandom: Harry Potter
Personaje/Pareja/Trío: Draco Malfoy/Hermione Granger
Tema: 3.Reglas.
Resumen: Porque las reglas, se hicieron para romperse
VICIO 3: REGLAS.
¿Cómo es que llegamos a esto?, se preguntaba interiormente Hermione mientras descansaba al lado de un joven y muy apuesto rubio. Lo miró, tenía una sonrisa de tranquilidad en su rostro, ¿seguiría teniéndola cuando se entere de que Hermione finalmente había roto todas las reglas puestas por él?
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Caminaba rápidamente por las mazmorras, odiaba cuando le tocaba hacer la ronda nocturna allí, era como si la oscuridad del lugar le recordara viejos tiempos en donde solía llorar de miedo a causa de esta. Pero en el pasado, sus padres la tranquilizaban, ahora…no había nadie, y para peor se encontraba en terreno enemigo, porque allí dormían los Slytherins…
De pronto escuchó voces. Lucius Malfoy y Severus Snape se acercaban discutiendo por el pasillo, si la encontraban allí era factible que la castigaran o insultaran a pesar de que estaba cumpliendo su deber. Murmuró un hechizo a su varita que provocó que la luz que salía de allí se apagara y como por arte de magia se apretó con fuerza a la pared. Fue inmediato. Unos brazos la apresaron y la empujaron hacia el fondo de un pasillo desconocido para ella. Buscó a tientas su varita pero ya no la encontraba. Todo estaba oscuro y el miedo crecía más y más. Comenzó a pegarle patadas a su secuestrador, pero este no parecía notarlo. Finalmente una luz se veía cercana. Trató de girar para poder ver quien la había raptado pero la otra persona era más fuerte que ella. Debía ser un hombre, pensó. Uno muy elegante, porque la fragancia que usaba era bastante cara. En el momento en que Hermione comenzó a enumerar los posibles candidatos a secuestrador, se detuvo la marcha y el joven la depositó suavemente en un sillón. Desesperadamente la Gryffindor lo miró. No lo podía creer. Era…Malfoy…Draco Malfoy. Tragó saliva esperándose lo peor.
-Tranquila Granger, no te lastimaré-dijo algo aburrido el Slytherin
-¿Qué… qué... qué hago a-a-a-quí?-preguntó entrecortadamente
-Te estaban buscando a ti. Los he seguido un buen rato. El señor Oscuro te quiere para llegar a Potter. No podía dejar que te cogieran tan fácilmente.-respondió sentándose en un sillón-Además tú tan estúpida te ibas a entregar con los brazos abiertos. ¿Cómo se te cruzó por la cabeza la idea de pasear por las mazmorras, sola y a estas horas de la noche?
-Ron se enfermó y no me pudo acompañar-respondió simplemente
-Estúpido pobretón...-murmuró casi inaudiblemente
-¿Qué dijiste?-preguntó desconcertada Hermione. El rubio negó con la cabeza.- ¿Por qué me salvaste?
-Creo que si pasarás la noche encerrada conmigo debes saber algunas reglas- siseó el Slytherin- Regla número 3: No se piden explicaciones de los hechos realizados por el otro.
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Y así empezó todo…Hermione suspiró…El recordar el pasado la hacía estremecerse… Tan fácil fue entender esa regla… Pero más fue romperla…No había pasado más de un mes de encuentros con Draco que ya ambas partes la habían quebrado. Era imposible no preguntar el por qué de algunas cosas… Más para Hermione que siempre deseaba saber todo… La primera vez en que la Gryffindor rompió la tercera regla, el Slytherin muy hábilmente le había respondido con la segunda…
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Hermione se encontraba en su cuarto muy ansiosa. Esa noche le tocaba ver a Draco. Pero a pesar del deseo de volver a estar con él, de que sus cuerpos se encuentren nuevamente y poder ratificar una vez más que el rubio hacia que cada parte de su ser se estremeciera de placer, esta vez estaba ansiosa por saber la verdad.
Salió de su sala común a hacer la “ronda nocturna”. Una vez allí se liberó fácilmente de Ron y fue hasta el lugar de encuentro. Allí lo encontró. Sentado seductoramente en el sillón, esperándola. Hermione avanzó lentamente y le dirigió una mirada lasciva. Se sentó sobre las piernas del Slytherin y lo saludó con un beso.
Luego de algunas horas de placer carnal, ambos se encontraban recostados, Hermione con la cabeza apoyada en el pecho de él.
-Dragón-murmuro la leona que se había acostumbrado a llamarlo así luego de una larga y desenfrenada noche.
-Mmm…-se escuchó solamente como respuesta
-¿Por qué sales con Parkinson si me tienes a mi?
-Granger, ¿olvidaste las reglas? Regla número 2: Ninguno hará una escena de celos debido a las otras parejas y mucho menos cuestionará nada referido a esto.
-L-lo siento...-dijo un poco molesta.
Malfoy se levantó de la cama, algo furioso por la falta de la Gryffindor. Se vistió a toda prisa y salió de la habitación.
Lo que realmente le pasaba por la mente al Slytherin era la preocupación…Hermione había roto dos reglas con solo una pregunta…Algo iba mal…Debía dejarla antes de que llegará a quebrar la tercera…
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Pero no pudo abandonarla… Intentó alejarse de ella, la insultó y la humilló. Pero eso lo hizo sentirse un bastardo y enseguida volvió a sus brazos a pedirle perdón. Ya llevaban un año de relación clandestina… En ese momento, aunque se encontraba con los ojos cerrados, podía sentir la fuerte mirada de su leona… Seguramente estaría recordando como empezó todo, al igual que él… La conocía tanto… Y con solo pensar que trato de olvidarse de ella recurriendo a millones de mujeres (que al lado de ella ese término les queda grande) provocando que Herms sufriera por su culpa… No podía creer lo idiota que fue… Y ahora, allí recostados…Abrazados… Luego de demostrarse su amor durante una noche entera, pensó que sería hora de romper la última de todas las reglas. Abrió lentamente los ojos y, efectivamente, la encontró mirándolo. Una sonrisa dulce apareció en su rostro y se acercó a ella para besarla. Trato con todas sus fuerzas de transmitirle cuanto la amaba pero igualmente, para que no queden dudas, se separó de ella solo un poco y murmuró un simple Te Amo. Instantáneamente la castaña se separó sorprendida y sarcásticamente dijo:
-Dragón, has roto la tercera regla: No te enamorarás y mucho menos le dirás que lo/a amas.
-Al carajo con las reglas…-dijo divertido Draco- Solo dime que me amas…
-Pero si yo no te amo, tonto-mintió la castaña
El rubio se puso pálido de la tristeza y comenzó a tartamudear cosas sin sentido.
-Calma, dragón.-dijo la chica con una sonrisa- ¿Cómo no te voy a amar? Después de tanto tiempo…
Pero no pudo terminar la frase porque los labios del rubio la dejaron sin habla…