Deseos de cosas imposibles
Son casi las 2 AM, y me puse a imaginar cómo sería salir contigo sin restricción alguna... Con la frase, solo "tú y yo".
Me imaginé que nos veríamos en el centro de Mérida, en el camión juntas, en el lugar con la música alta y en uno de esos momentos luego de haber bebido un poco tengamos ganas de comernos a besos.
Pero te detengo por qué no quiero que pase aunque en el fondo me muera de ganas de probar el sabor de tus labios luego de que hayas fumado un poco y la sensación de tus mordidas que me excitaban tanto.
Te digo que vayamos a bailar para bajar la bebida.
Me imaginé estando caminando juntas en Paseo Montejo riéndonos de pendejadas y yo enamorándome más de ti.
Y casi por último, después del intento de beso te dije que me convencieran a dártelo... Y lo lograste, ahora estamos en el cuarto de un hotel.
El cuarto hotel normal, sin ser pretencioso. Estando de debajo de ti, desnuda mientras me masturbas con tus dedos y yo gimiendo lo rico que se siente. Desde el fondo de mi corazón deseaba que pasará de nuevo algo entre nosotras, porque mi cuerpo te extrañaba.
Sin embargo, regrese a la realidad en dónde eso nunca ocurrió y busque un lado para plasmar este sueño, y entre lágrimas empecé a recordar lo poquito que vivimos pero la feliz que yo era contigo.
Originalmente solo quería escribir, "me gustaría tener de nuevo las fotos, las conversaciones o los vídeos que algunas vez hicimos... Para ver la cara que yo tenía solo por tenerte a mi lado". Pero sé que yo borré todo eso por qué no valía toeturarme viéndolo todos los días y añorando lo que pasó.
Hoy me di el permiso de imaginarme una cita contigo, una cita casi perfecta en dónde al final yo despertaba junta a ti como en las películas y solo pensaba que no quería que terminara la noche.
Lloró porque realmente no puedo hacer nada al respecto al pasado. Lloró por nostalgia. Lloró porque me gustaría mandarte un mensaje y decirte que vengas a dormir aquí conmigo, que tu cuerpo diminutivo cabe perfectamente en mis brazos... Nunca entenderás lo cuento que quiero que estés conmigo, en serio.
Me gustaría que lo entendieras ahora que estoy aquí aún... Maldita sea Evelyn, en serio. Me cuesta tanto entregarme a alguien más...
Me imaginé que nos veríamos en el centro de Mérida, en el camión juntas, en el lugar con la música alta y en uno de esos momentos luego de haber bebido un poco tengamos ganas de comernos a besos.
Pero te detengo por qué no quiero que pase aunque en el fondo me muera de ganas de probar el sabor de tus labios luego de que hayas fumado un poco y la sensación de tus mordidas que me excitaban tanto.
Te digo que vayamos a bailar para bajar la bebida.
Me imaginé estando caminando juntas en Paseo Montejo riéndonos de pendejadas y yo enamorándome más de ti.
Y casi por último, después del intento de beso te dije que me convencieran a dártelo... Y lo lograste, ahora estamos en el cuarto de un hotel.
El cuarto hotel normal, sin ser pretencioso. Estando de debajo de ti, desnuda mientras me masturbas con tus dedos y yo gimiendo lo rico que se siente. Desde el fondo de mi corazón deseaba que pasará de nuevo algo entre nosotras, porque mi cuerpo te extrañaba.
Sin embargo, regrese a la realidad en dónde eso nunca ocurrió y busque un lado para plasmar este sueño, y entre lágrimas empecé a recordar lo poquito que vivimos pero la feliz que yo era contigo.
Originalmente solo quería escribir, "me gustaría tener de nuevo las fotos, las conversaciones o los vídeos que algunas vez hicimos... Para ver la cara que yo tenía solo por tenerte a mi lado". Pero sé que yo borré todo eso por qué no valía toeturarme viéndolo todos los días y añorando lo que pasó.
Hoy me di el permiso de imaginarme una cita contigo, una cita casi perfecta en dónde al final yo despertaba junta a ti como en las películas y solo pensaba que no quería que terminara la noche.
Lloró porque realmente no puedo hacer nada al respecto al pasado. Lloró por nostalgia. Lloró porque me gustaría mandarte un mensaje y decirte que vengas a dormir aquí conmigo, que tu cuerpo diminutivo cabe perfectamente en mis brazos... Nunca entenderás lo cuento que quiero que estés conmigo, en serio.
Me gustaría que lo entendieras ahora que estoy aquí aún... Maldita sea Evelyn, en serio. Me cuesta tanto entregarme a alguien más...