Aclaro que los fics angustiosos no son mi especialidad... ni siquiera disfruto sufriendo... no soy masoquista ni me gusta masoquear a los lectores... me pregunto por que habre escrito esto -.-
Tampoco es que alguien valla a llorar *no prepares pañuelos aun masoquista ò_ó* nada tiene sentido... debe ser porque ya son las 4 AM y deberia estar nonando ya que mañana me levanto tempra -.-
Autor: Yo again
Fandom: Axis Power Hetalia
Claim: Latin.
Rating: ATP
Advertencias: nop
Notas: Un momento muy incomodo.
Titulo: Solo un momento de debilidad...
Se comportaba en esa cena como una verdadera duquesa británica, elegante y misteriosa, y hasta podría decir que un poco fría en el trato para con el, pero ella lo llenaba de orgullo.
-Algún día serás una perfecta dama… puedo asegurarlo.
-Me halaga mucho que piense eso de mi, señor Inglaterra.
Que pena, en sus veinticinco no se sentía un señor precisamente. De todas formas esa niña francamente era una joya, así que le sonrió complacido.
-Hay algo… muy importante que debemos hablar…
Ella no cambió la expresión de su mirada y la sostuvo con firmeza, aunque algo había sonado extraño en esa frase.
-…y quisiera definir nuestro vinculo legal y públicamente ¡¡Por supuesto no hablo de matrimonio!!… eres una colonia muy pequeña y jamás podría pensar en algo semejante.
Arthur rió ante su propia ocurrencia. Ella no creía tampoco estar escuchando una propuesta de nupcias, pero aun así no estaba segura de lo que el estaba hablando
-Por eso hablado con mi abogado y antes de poder solicitar el permiso, quería saber si tú estabas de acuerdo en llevar el apellido Kirkland.
Victoria que había permanecido impasible durante toda la cena manifiesto un deje de asombro, lo cual no paso desapercibido por el mayor y luego regreso a su imperturbable tranquilidad.
-Lamento sorprenderte… creo que es una buena idea. Tengo fe en ti, por eso quiero darte mi apellido, si es que no te opones a ser mi familiar.
Ella siempre mostraba firmeza en carácter, incluso cuando decidió colonizarla, pero en esta ocasión apartaba la mirada y hasta temió haber notado que sus manos temblaban antes de bajarlas hasta su falda.
-Yo… señor Inglaterra…
-No es necesario que respondas ahora, solo avísame cuando estés segura…
El británico se sentía nervioso, impaciente… estaba emocionado ante la idea, de hecho fantaseo la idea de hacerla vivir en el castillo Bakinham con el como una verdadera familia, pero en parte reconocía que era una idea absurda, solo era un pequeña colonia. El resto de la cena siguió silenciosa… al terminar el la alcanzó hasta su casa y despidió.
-Realmente espero que aceptes, serás muy feliz.
Ella no volteo a responder y desde el marco de la ventana saludo con la mano con esa elegancia que había aprendido perfectamente de la cultura inglesa.
………………………..
Sintió que se le aflojaban las piernas, y vacío en el estomago… quería comenzar a llorar. Estaba ocurriendo, aquello que cualquier colonia desearía, también le causaba pánico.
Una cosa era ser una pequeña isla solitaria del atlántico sur… pertenecer legalmente a otra nación y otra muy distinta era que le dieran la posibilidad de formar parte genuina de aquella nación.
No le molestaba ser una colonia… nunca había intentado independizarse.
Prefería mil veces que el la citara y le dijera “Como tu señor te ordeno llevar el apellido Kirkland” pero nunca esto.
Podría negarse pero eso seria un escándalo.
-Si tan solo le pidiera ayuda posiblemente…
¡¡NO!! Que estupidez estaba pensando… ella no podía poner a su hermano en peligro solo porque era una mocosa miedosa.
Definitivamente el pánico solo era una emoción y ella desde que había decidido negarse a dejar que la controlen, después de todo las había dejado de lado hacia ya unos años.
Recordó que nunca había sido buena para expresar su voluntad. Que nunca se oponía cuando una nación mayor quería hacerse con ella y que él siempre aparecía a rescatarla cuando estaba segura de que seria llevada lejos.
Recordarlos afirmaba aun mas su decisión de irse con Inglaterra, así que este momento no debía tener dudas.
Simplemente… había sido un momento de debilidad.
Pero tampoco era tan simple.
Aquella persona que siempre aparecía a rescatarla… Su tonto, despreocupado, idiota… y si… también honesto, valiente, y sobre protector hermano mayor, vestido de príncipe al menos merecía que fuera ella misma quien le diera la noticia.