Jan 31, 2010 02:41
Las palabras son algo extraño. No salen cuando lo necesitas sino, solamente, cuando es tiempo de. De vez en cuando entro en este lugar y me leo, me veo en el pasado, pero me recuerdo una persona nostálgica del ayer. Ahora siento nostalgia, pero del futuro.
Me gusta pensar que hay películas, situaciones, canciones que te cambian la vida. Mi vida ha dado tantos giros repentinos que ya no sabría dónde encontrar el principio, pero ya no deseo volver a darle cuerda a mis ceros. Imaginé lugares con puestas de sol preciosas, y el sonido del mar de fondo, yo acurrucada en una manta y tú avivando el fuego, el nuestro también. Nunca pensé que el único sitio sin mar sería el inicio de tantas verdades, pero aquí estoy, en un momento tan crítico, cuando la vida cambia en cuestión de microsegundos.
Te acabas de ir. He cerrado la puerta lentamente, mientras tu silueta se hacía más y más fina. Pero aún puedo sentir tus pasos saliendo de mi cuarto. Has dejado en mi almohada parte de tus sueños, algunos de tus pocos lunares y una sonrisa que es solamente mía. Has dejado una nota escrita en la pantalla, que me llamaba desde lejos, con el cursor parpadeando encima de las letras. Y me has cambiado la vida, una vez más.
Imagino para nosotros tanto, que cuando pretendo medirlo en negativos de blanco y negro me pregunto en qué casa meteremos tantas fotos.
Tú has sabido disipar todos mis miedos. Ahora soy 'el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma', y los únicos miedos que quedan son justamente los que nadie puede solucionar, porque están más allá de mí misma, me empujan hacia el borde de lo que soy, me trastocan, me hieren. Mis valores son tan fuertes que a veces desearía que no lo fueran tanto, y no sentir. Respiro sal.
... y tú respiras la sal conmigo. Aunque nunca fue mi pretensión, aunque nunca lo busqué, los dos respiramos la misma sal porque a los dos nos duele el mundo. Porque lo amamos tanto que duele.
Una canción me dispara directa al corazón, una imagen se queda reflejada para siempre detrás de mis ojos. Y ya nunca nada volvió a ser lo mismo.
En una carta de motivos escribí que soy ciudadana del mundo.