Como debe ser (3/4)

Aug 07, 2009 02:32

Fandom: Harry Potter
Pairing: Ron/Hermione
Rating: PG
Notas: 12.000 palabras justas. Juro que no está hecho a posta. Dividido en 4 porque no cabía. Gracias a x_cursive, crackbooh y hoomygoth por revisar y atender mis delirios. I get by with a little help from my friends y todo eso. Canon!haters abstenerse, que trata de seguirlo más o menos.



Pero Ron no. Ron sabe lo mismo de paciencia que de las guerras mágicas. Quizás incluso menos, pues como mínimo está al tanto de que hecho existieron unas guerras mágicas, hay incluso pruebas de ello. Pero paciencia… bueno, nunca ha tenido siquiera una remota pista sobre la presencia de ella en su interior. Está casi convencido de que la paciencia es igual que los cayados mágicos.
Todo el mundo dice que existen pero nadie los ha visto.
Se pregunta cuándo tendrá el valor de decírselo. Se pregunta si tendrá el valor de hacerlo. Se pregunta si es necesario hacerlo, si no lo sabe ya.
Debería.
Al fin y al cabo se supone que es la más lista de su promoción. La bruja más inteligente que Hogwarts ha visto en décadas.
Pues si tan inteligente es no debería necesitar que Ron le dijera lo que siente por ella porque debería saberlo. Se supone que eso es lo que Hermione hace. Saber cosas sin que nadie se las explique. Tener conocimientos sacados de sólo Merlín sabe dónde.
Y Ron está seguro de que se le nota muchísimo.
Se ha dado cuenta incluso Harry. Harry que tardó en darse cuenta de que Ginny sentía algo por él seis años. Ese Harry. Cuando incluso él bromea sobre Hermione, Ron cree que ha llegado a ese punto en el que es obvio lo que siente. Y que, por tanto, si Hermione no se ha percatado de ello es porque quizás no ha querido percatarse.
Y es el momento de pasar página.
(De alguna forma todo eso tiene sentido en su cabeza, de un modo un tanto confuso y desesperado, pero tiene sentido)

Y empieza a salir con Lavender.
Lo hace un poco por despecho, es cierto. Un poco porque le jodió saber que Hermione había tenido algo con Krum. Y no es que no lo imaginara, es sólo que saberlo así, tan de repente, sin previo aviso, sin darle tiempo para hacerse a la idea, le jode. Y Lavender está ahí.
Y está bien en cierta forma. Notar sus labios contra los de ella, aunque no sean los de Hermione, está bien. Tener alguien pendiente de ti y que sea cariñoso contigo y te bese como si no hubiera un mañana. Notar un cuerpo suave contra tus dedos y recorrerlo poco a poco, sin prisa.
Puede que no se trate de amor, pero se parece de una forma que a veces le confunde.

Lavender no es Hermione. Eso está claro. Lo sabe desde que la besó con la ansiedad que dan los dieciséis años y la ira que le daba el estar enfadado en ese momento con Hermione.
La besó por despecho y una vez supo lo que era notar una lengua bailar con la suya y un cuerpo moldearse bajo la palma de sus manos, no quiso dejar de sentirlo.
No cuando no había alguien mejor (Hermione) para ello.
Y sabe que no está bien. Estar con alguien por estar. Besar a Lavender pensando en Hermione. Enredar su lengua contra la de ella y desear susurrar “Hermione” en vez de “Lav”. Salir con Lavender sólo porque no puede hacerlo con Hermione y porque ella está dispuesta y él al fin y al cabo tiene sus necesidades y sabe que a Hermione le molestará tanto eso como a él le molestó lo de Krum.
Se permite ser egoísta sólo por una vez en su vida. Tiene dieciséis años, es un adolescente. No hace nada malo.
Y se lo repite una y otra vez como si tuviera que convencerse de ello.

****

La noticia le cae como un mazazo. Ron y Lavender. Lavender y Ron. No es como debería ser. Está simplemente mal.
Ron y Hermione. Hermione y Ron. Las cosas siempre han sido así y Hermione no concibe que puedan ser de otra manera. No se lo explica. No puede entenderlo.
Duele.
De una manera un tanto indefinida sabe que no tiene derecho a sentirse así. Traicionada, herida, humillada. Pero no puede evitarlo.

Las ganas de llorar. La necesidad de gritar hasta quedarse sin voz y la garganta arda y se vaya así de una vez ese nudo que está ahí anclado desde que vio a Ron meter en su lengua en la boca de Lavender. Las ganas de estrangular a Lavender y gritarle que Ron es suyo (míomíomío, repite entre sollozos).
Y todo ese dolor acumulado explota y sale en forma de ira y echa a correr y llega al aula donde están Ron y Lavender tan juntos que parecen fundirse y Hermione se siente morir y nota las lágrimas agolparse tras sus ojos y podría gritar que eso está mal y que debería ser ella la que estuviera sentada en esa mesa de esa aula abandonada con Ron lánguidamente sobre ella y notando sus manos enormes y calientes contra su espalda y su lengua contra la suya, pero en vez de eso un nido de pájaros sale de su varita y se lanza contra la pareja y Hermione sale corriendo tratando de reprimir los sollozos y sin ningún rumbo concreto.
Nunca en su vida ha estado tan perdida.

Está perdida y enfadada y echa de menos a Ron que ahora pasa todos sus ratos libres con Lavender en vez de jugar al ajedrez con ella o jugar a Quidditch con Harry. Ya no salen los tres a los jardines y ya no comparten veladas frente al fuego de la Sala Común y no discuten por chorradas y no son más “el trío de oro”, de repente son Harry y Ginny, Ron y Lavender, Hermione. Así, sin y. Sola. Hermione y Hermione.
Le odia un poco. O a sí misma, no está muy segura.

Les ve besarse por el colegio, acaramelados y más cerca uno del otro de lo que es socialmente aceptable cuando se está en público. Lavender encima de Ron a la hora del desayuno, Lavender y Ron besándose en la cena, Lavender susurrándole algo al oído a Ron mientras comen. Le aguan todas las comidas.
A ese paso va a adelgazar muchísimo, le entran náuseas.

****

Al principio estaba bien, eso de tener a alguien. Eso de poder quejarte y que te den la razón, lo de hacer una observación sobre lo cansado que estás y que alguien se ofrezca a hacerte un masaje. Eso de que se adelanten a tus deseos.
Con el tiempo resulta molesto.
Y no es porque sea Lavender y sea un poco agobiante, que también, es porque no es Hermione.
No es culpa de Lavender para nada y se siente un poco culpable por ello, porque lo sabía desde el principio, sabía que no iba a ir bien y que acabaría haciéndole daño, pero no pudo evitar intentarlo. Por ello, no puede dejarla. No encuentra las fuerzas para hacerlo cuando Lavender llega con una sonrisa en los labios y la ilusión brillándole en los ojos. No puede decirle que no la quiere cuando Lavender le besa como si no hubiera un mañana.
Lo ha hecho fatal todo.

Ron no ha estado enamorado de Hermione desde siempre.
O sea, sí de Hermione. Pero no de Granger.
Al principio Hermione era esa empollona que se sentaba siempre en primera fila y parecía más lista y más mayor que los demás.
Era una repelente insufrible. (Y lo sigue siendo, sólo que ahora a Ron no le parece tanto insufrible, como una de esas cosas típicas de Hermione, sin más; como lo de los dientes un poco largos y el pelo siempre algo alborotado y ese tono de voz que siempre parece gritar que tiene razón).

Normalmente la tiene, la verdad.
Pero en ese entonces no era Hermione, era Granger.
Luego ocurrió lo del troll. Y cuando Ron lo recuerda no puede evitar arrugar la nariz. No sólo por el olor que recuerda (que también), sino por esa imagen; la de Hermione llorando, la de Hermione en peligro.
A veces se le hace un nudo el estómago cuando piensa en ello.
Supone que después de eso fueron un poco lo que se llama amigos. Hermione era un poco mandona y un poco marisabidilla y les perseguía por el castillo tratando de que hicieran sus deberes a tiempo, Ron preguntaba a Harry constantemente porqué la aguantaban y aunque éste nunca contestaba, cuando de vez en cuando Hermione sonría, Ron creía tener la respuesta.
Y entonces, poco a poco, pasó.
Quizás fue la magia de Hogwarts, quizás fue la costumbre, el caso es que realmente llegó a apreciarla.

Pasó el final de primer curso (y Ron lo recuerda como si fuera ayer, la Piedra Filosofal y el ajedrez y la sensación de que estaban participando en algo grande y peligroso pero que valía la pena, no se ha ido del todo, esa sensación) y pasó el verano, y llegó segundo y el clima fue más oscuro y cuando se encontró a sí mismo defendiendo a Hermione de Malfoy con tanta rabia que pensó que le iba a arder la garganta pensó por primera vez que Hermione era realmente importante.
No fue algo que pensara mucho, también es cierto. Simplemente Malfoy insultó a Hermione y Hermione no merecía ser insultada porque es Hermione y ¿quién en este mundo querría insultarla? Y Hermione no pareció entender de qué iba el insulto pero Ron sí y “a Hermione no” y todo se volvió rojo oscuro, casi granate, Gryffindor, y se descubrió a sí mismo maldiciendo a Malfoy con una varita que no funcionaba correctamente.
Típico de él.
Y luego Hermione cayó víctima del basilisco. Fue ahí. El momento en el que Ron supo que Hermione no era sólo Hermione, sino que era Hermione, su Hermione, a la que quería a su lado cada día diciéndole que hiciera los deberes y terminara el ensayo y a la que quería ver sonreír cada vez que se bebía una jarra de jugo de calabaza de un trago.
Fue cuando la vio postrada en la cama. Como dormida pero sabiendo que no iba a despertar en breve. En ese momento Ron supo que no importaba las veces que perdieran los Chudley Cannons o las Copas de las Casas que perdieran; nunca jamás iba a volver esa ira y esa rabia sorda colarse entre sus dedos y ese dolor agudo alojarse entre sus pulmones y pinchar al respirar.
Ron no lo sabe, pero ese fue el momento en el que todas las células de su cuerpo supieron que estaba irremediablemente enamorado de Hermione Granger.

Y ahí está, en sexto año, cuatro años después, más alto pero igual de despistado, haciendo el gilipollas con Lavender Brown, que quizás es más bonita pero no es Hermione y no frunce el ceño ni pronuncia la palabra responsabilidad cada dos frases.
A veces se comporta como un estúpido.
(Y eso suena en su cabeza como la voz de su madre, se pregunta si eso es lo que llaman madurar)

Sabe que tiene que dejarla, la cuestión es que no sabe cómo. No es que sea muy ducho en asuntos amorosos, pero sabe que no está bien mantener una relación con alguien cuando ni siquiera te gusta un poquito.
Y luego está eso otro, eso de que le llame Won-Won y le regale cosas estúpidas que nadie en su sano juicio regalaría como la cadena con la inscripción “Amor mío”. No se le ocurre nada más estúpido. Piensa, de forma un poco cruel que seguramente debe de ser un consejo dado por la Revista Corazón de Bruja.
Lo peor es que lo es.
Lo que más le fastidia de todo eso es que sabe que Hermione no le pondría motes estúpidos ni le regalaría colgantes con cursiladas. Y sobre todo que probablemente no le importaría en absoluto si lo hiciera.
Tiene que dejarla.

Y al final ni siquiera es él quien lo hace, pues Lavender se muestra cada vez más enfadada porque haya retomado su amistad con Hermione y a él eso le molesta cada vez más. Y la gota que colma el vaso llega el día en que Lavender descubre a Hermione saliendo de la habitación de los chicos.
Piensa lo que no es. Ron no se molesta en sacarla de su error.
Lo dejan.
(Y Ron podría llorar de alivio)

****

Cuando Hermione se entera de que Ron y Lavender no van a volver de ninguna de las maneras, está escribiendo un ensayo de Pociones que tiene que volver a repetir de principio a fin porque vuelca el tintero encima.
Está en la Sala Común de Gryffindor y unas chicas de cuarto curso (o eso cree, Hermione no es una persona con muchos amigos) se cuentan los cotilleos del colegio. Cuando oye el nombre de Ron susurrado entre risitas y chillidos de excitación presta un poco de atención. Sólo por distraerse, no porque realmente esté interesada, por supuesto.
Al parecer, Lavender le ha dicho a Parvati que le ha dicho a Mary (una chica de quinto un poco entrometida, según averigua más tarde) que a su vez le ha dicho a Sean (un chico de quinto muy amigo de Mary) que le ha dicho a Clementine (su novia, la chica que transmite la información) que lo han dejado esa misma mañana y que esa tarde Ron ha asegurado a Harry que no volvería con Lavender ni aunque esta fuera la única mujer sobre la faz de la Tierra.
Hermione sabe que seguramente sea una información no del todo fiable, en parte porque Ron y Lavender lo dejaron ayer, no esa misma mañana, eso lo puede asegurar sin ningún asomo de duda. Seguramente después hay más detalles, pero Hermione no escucha más, ya que se levanta con brusquedad, arrastrando en el proceso el pergamino, que vuelca el tintero y manchando así todo el ensayo que llevaba un par de horas redactando y echa a correr hacia la salida. Mañana tendrá que repetir todo el ensayo.
No le importa en absoluto.

Cuando lleva un rato corriendo se percata de que, de hecho, ni siquiera sabe dónde va y ni siquiera sabe dónde están Ron y Harry y qué quiere decirles.
Se da media vuelta y echa a andar hacia la Sala Común. Camina poco a poco y de forma relajada, sonriendo abiertamente y con el pelo un poco enmarañado.
Es feliz.

****

-Y ahora sólo tienes que declararte a Hermione, tío.
-No sé, Harry. Con todo esto de Lavender creo que lo he complicado todo.
-¡No hay nada qué pensar! Es Hermione de quien hablamos, ¡Hermione!
Harry parece francamente exasperado. Se pasea por la habitación casi gritándole a Ron, que está sentado en la cama y tiene el ceño fruncido y cara de pesimismo.
-Por eso. ¿Qué pasa si sale mal?
-No va a salir mal, Ron. Sois tú y Hermione. No puede salir mal.

Harry lo cree sinceramente. Sospecha lo que pasa casi desde antes que ellos mismos. Está completamente seguro desde tercer curso. En cuarto ya tenía ganas de gritarles que hicieran el favor de besarse de una puta vez y dejaran de marearle. Lleva dos años con esa jodida sensación.
No puede salirles mal. Simplemente no pueden. Quizás porque no lo merecen.
Y como merecen ser felices y se merecen el uno al otro, saldrá bien. Así es como las cosas funcionan y punto.
Harry no está dispuesto a aceptar otra posibilidad.

-Es demasiado pronto para decírselo.
-¿Demasiado pronto de qué?
Harry podría llorar de frustración.
-Lo he dejado con Lavender hace muy poco.
-¿Qué más da?
De verdad que podría llorar.
-Las cosas no se hacen así.
-Llevas enamorado de ella desde siempre, Ron.
Sollozar como un bebé hasta que Ron se comporte como una persona normal y razonable.
-Es demasiado pronto.

Y Harry tiene ganas de golpear la cabeza de Ron contra algo muy duro hasta que éste entre en razón. Tiene ganas de gritarle y de zarandearle, ¿no ves que te está esperando?, quiere gritarle, ¿no ves que quizás no vaya a estar ahí para siempre?.
¿No ves que ahora puede que sea demasiado pronto pero si esperas igual luego es demasiado tarde?
A veces le partiría la cabeza.
(Pero no lo hace porque bueno, Ron le saca una cabeza entera.)
Y porque es su amigo, claro está.

(Última parte )

het, como debe ser, fandom: hp, pairing: ron/hermione

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