Como si fuera té, en cazitos achico la balsa. Montañas de sal y un universo alrededor.
Con las yemas tocando mis labios escuecen mis pequeñas heridas. Curados, pintan paisajes... y cantan melodias susurrantes.
La balsa está seca. El rumbo no está marcado. El viento a favor...
La tinta que sudé escribió una pequeña historia sobre mis hilos, hadas, luces y sombras. Dentro de la historia, estás.
Profundidad.
Profundidad.
Gracias.