Sólo quejándome.

Dec 01, 2012 22:15

Son las fiestas de San Andreu y yo mañana tengo un examen. Sí. Mañana. Domingo. Tengo un examen y llevan desde anoche con música, tamborilada (¿se dice así?), juegos infantiles y eventos de todo tipo. Lo peor de todo es que ayer estuvieron con rap hasta que se hizo hoy, sin importarles que en la calle sólo hubieran cuatro perroflautas muertos de frío, perros inclusive. Sé que no me voy a librar. Ya los tengo en el escenario bajo mi balcón cantándome serenatas de desamor, y mañana voy a levantarme con ojeras para pasar una hora en el tren y no rendir en absoluto en la prueba. Voy a suspender pero, oye, con marcha en el cuerpo.

Que, por cierto, este mediodía han estado un par de veces haciendo interrupciones al silencio de vez en cuando para cantar "San Andreu, San Andreu". En serio. Era un duo, una mujer y un hombre, y ella tenía una voz dulce (voz dulce porque era dulce, no porque a mi me pareciera cariñosa) y en sí era bonito, pero la letra de la canción parecía una mezcla entre navideño e infantil, "San Andreu, San Andreu". Por supuesto, para que no se diga, las interrupciones venían cada vez que yo ponía música en mi ordenador. Intentaba escuchar la banda sonora de El Hobbits, al completo, pero cada vez que la pista llegaba a un momento épico en el que se me caldeaba el corazón... "San Andreu, San Andreu".

Eso sí, par que no se diga, yo no he abierto el libro en todo el día. Bueno, sí que lo hice, dos veces. La primera me aterré y terminé yendo al baño con sensación de que iba a vomitar. La segunda lo cerré en cuanto sentí que mis intestinos comenzaba a aflojarse. Mi cuerpo es así de divertido con los nervios. Le encanta exager las cosas. Lo más común es que me quede en blanco en un examen, sin más. Me siento, tengo los conocimientos, saco el boligrafo, los conocimientos siguen ahí, miro la pregunta, no se han ido, rememoro lo que sé y ordeno las ideas principales, adios conocimientos. Así de fácil. Sé que están ahí, en mi cabeza, bien asentados, pero da igual lo asentados que estén si se esconden cobardemente tras un muro de terror.

No quiero que me pase esto de nuevo, pero estoy tan acostumbrada que ya voy diciéndome a mi misma "si no es hoy, pues al próximo lo apruebo", no pasa nada. Aún me quedan cincuenta años para poder ser un objetivo de interés para el alzheimer. Mientras tanto me presento a todos los exámenes, pierdo un par de kilos en los tres días previos (por eso de no poder tragar nada, y el que lo que entre salga a toda prisa), me salen un par de canas de regalo, pierdo un par de años de vida y, finalmente, suspendo como una campeona.

Otra cosa no, pero la medalla al recor en suspensos me la gano por goleada.

pensamientos

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