Esto me ha salvado de un rato de la mañana especialmente aburrido, así que ya es worth it, pero espero que te guste :3 Post guerra, angst para todos!
No habrá flores en nuestras tumbas
Dicen que la guerra te cambia, que las cicatrices con las que te marca nunca se borran, que la paz ya no vuelve a saber a lo mismo. En las calles de Konoha se mezcla el olor de las flores con el de la tristeza, y los habitantes de la villa oculta caminan cabizbajos, echando de menos. No a estas horas, claro. El sol aún no ha salido y la gente duerme sus penas, pero Naruto no consigue conciliar el sueño después de una pesadilla. Sale por la ventana y salta de un tejado a otro; se camufla entre las sombras y burla los primeros rayos del sol, que no logran tocarle. Practica viejos trucos por costumbre, para no olvidar. Aunque de vez en cuando se pregunta, un poco triste, si seguirá teniendo que pelear ahora que se ha acabado la guerra.
Espera que sí.
Y espera que no.
Su primera visita es siempre al cementerio. No lleva flores porque no termina de creer en ellas, y porque son muchos los muertos, y porque aún está aprendiendo a echar de menos. Prefiere honrarles con su presencia y alguna palabra si se siente con ánimo, a veces un leve toque en la tumba con la punta de los dedos. En algunas se detiene más, en otras pide perdón; a veces consigue aguantar el llanto y otras ni siquiera lo intenta. La tumba de su padre, por fin pude decirte adiós, la del padre de Shikamaru, ojalá no hubiera tenido que pasar por esto, tres lágrimas inevitables en la de Neji. Con él las palabras sobran.
Hay varias tumbas vacías, sólo nombre sobre piedra, de cuerpos que no han podido recuperar. Una de ellas está algo apartada del resto, en un rincón en el que la niebla matutina se arremolina con insistencia, como si se encontrara más a gusto allí. Konoha aún no ha aprendido cómo rendir pleitesía a uno de sus héroes más sacrificados, aunque siempre aparecen nuevas flores bajo su epitafio. Naruto sabe que no las lleva él. Porque Sasuke, como Naruto, carga con muchos muertos a sus espaldas, y ya no cree en esas cosas.
-Hey.
Jamás le pillaría con la guardia baja, pero le avisa de su presencia por si acaso, por si no quiere que esté allí. Sasuke no se gira, pero alza la mirada de la tumba de su hermano.
-Hey.
Y ya está. No dicen más, aunque ambos sepan que faltan muchas palabras entre ellos, y que hay distancias (tres pasos hasta tocarte, los dos necesitamos un abrazo) que todavía no son capaces de saltar. Entrenan para ello, cada uno a su manera. Han luchado juntos. Han matado juntos. Han sobrevivido a todo, incluso el uno al otro. Juntos. A veces parece que van a conseguirlo. En momentos como éste, cuando la brisa les revuelve el pelo y llena de niebla los espacios en blanco, en la quietud de una mañana de primavera, cualquiera podría dar los tres pasos y empezar de nuevo. Tullidos de guerra, aún no saben cómo caminar. Pero son shinobis. Aprenderán a vivir con ello.
Hace años, pero AÑOS, que no leo nada ni me relaciono con Naruto pero no he podido resistirme a cotillear y, socorro, maldita sea como me gustaban y lo perfecto que es esto.
No habrá flores en nuestras tumbas
Dicen que la guerra te cambia, que las cicatrices con las que te marca nunca se borran, que la paz ya no vuelve a saber a lo mismo. En las calles de Konoha se mezcla el olor de las flores con el de la tristeza, y los habitantes de la villa oculta caminan cabizbajos, echando de menos. No a estas horas, claro. El sol aún no ha salido y la gente duerme sus penas, pero Naruto no consigue conciliar el sueño después de una pesadilla. Sale por la ventana y salta de un tejado a otro; se camufla entre las sombras y burla los primeros rayos del sol, que no logran tocarle. Practica viejos trucos por costumbre, para no olvidar. Aunque de vez en cuando se pregunta, un poco triste, si seguirá teniendo que pelear ahora que se ha acabado la guerra.
Espera que sí.
Y espera que no.
Su primera visita es siempre al cementerio. No lleva flores porque no termina de creer en ellas, y porque son muchos los muertos, y porque aún está aprendiendo a echar de menos. Prefiere honrarles con su presencia y alguna palabra si se siente con ánimo, a veces un leve toque en la tumba con la punta de los dedos. En algunas se detiene más, en otras pide perdón; a veces consigue aguantar el llanto y otras ni siquiera lo intenta. La tumba de su padre, por fin pude decirte adiós, la del padre de Shikamaru, ojalá no hubiera tenido que pasar por esto, tres lágrimas inevitables en la de Neji. Con él las palabras sobran.
Hay varias tumbas vacías, sólo nombre sobre piedra, de cuerpos que no han podido recuperar. Una de ellas está algo apartada del resto, en un rincón en el que la niebla matutina se arremolina con insistencia, como si se encontrara más a gusto allí. Konoha aún no ha aprendido cómo rendir pleitesía a uno de sus héroes más sacrificados, aunque siempre aparecen nuevas flores bajo su epitafio. Naruto sabe que no las lleva él. Porque Sasuke, como Naruto, carga con muchos muertos a sus espaldas, y ya no cree en esas cosas.
-Hey.
Jamás le pillaría con la guardia baja, pero le avisa de su presencia por si acaso, por si no quiere que esté allí. Sasuke no se gira, pero alza la mirada de la tumba de su hermano.
-Hey.
Y ya está. No dicen más, aunque ambos sepan que faltan muchas palabras entre ellos, y que hay distancias (tres pasos hasta tocarte, los dos necesitamos un abrazo) que todavía no son capaces de saltar. Entrenan para ello, cada uno a su manera. Han luchado juntos. Han matado juntos. Han sobrevivido a todo, incluso el uno al otro. Juntos. A veces parece que van a conseguirlo. En momentos como éste, cuando la brisa les revuelve el pelo y llena de niebla los espacios en blanco, en la quietud de una mañana de primavera, cualquiera podría dar los tres pasos y empezar de nuevo. Tullidos de guerra, aún no saben cómo caminar. Pero son shinobis. Aprenderán a vivir con ello.
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El último párrafo es para enmarcarlo y ponérmelo en la mesilla :______)
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