(no subject)
-¿Qué sentido tiene mantenerla indefinidamente en coma? -exclamó Morse.
Javed se acarició la barbilla y por unos instantes cerró los ojos. Luego, mirando directamente a su colega, preguntó:
-¿Cómo definirías tú el coma?
Morse resopló y volvió a su puesto, detrás del escritorio. Elevó ambas manos al aire, antes de unirlas sobre su vientre.
-Pues... Digamos que es un estado en el cual son ínfimas las condiciones de vida.
Javed saltó de su asiento y se aferró a los bordes de la mesa.
-¿Cuál fue la última palabra que dijiste?- preguntó triunfal.
-Vida- musitó Morse.
-¡A eso me refería yo!
El neurólogo bajó la cabeza sin contestar. Vaed, sonriente, se dirigió con pasos elásticos hacia la puerta. Una vez allí, se detuvo un momento y luego se volvió hacia su colega, con gesto conciliador.
-Bob- le dijo con suavidad-. No podemos estar tan seguros todavía. Ambos hemos visto casos similares que de pronto, inexplicablemente, reaccionan. Tú mismo, con la mano sobre el corazón, no te atreverías a jurar que no hay ninguna posibilidad. Nosotros somos médicos, no dioses.
Morse movió la cabeza a un lado y a otro, sin levantar la vista.
-A eso me refería yo- dijo.
~Historia de Karen, Ernesto Frers
Javed se acarició la barbilla y por unos instantes cerró los ojos. Luego, mirando directamente a su colega, preguntó:
-¿Cómo definirías tú el coma?
Morse resopló y volvió a su puesto, detrás del escritorio. Elevó ambas manos al aire, antes de unirlas sobre su vientre.
-Pues... Digamos que es un estado en el cual son ínfimas las condiciones de vida.
Javed saltó de su asiento y se aferró a los bordes de la mesa.
-¿Cuál fue la última palabra que dijiste?- preguntó triunfal.
-Vida- musitó Morse.
-¡A eso me refería yo!
El neurólogo bajó la cabeza sin contestar. Vaed, sonriente, se dirigió con pasos elásticos hacia la puerta. Una vez allí, se detuvo un momento y luego se volvió hacia su colega, con gesto conciliador.
-Bob- le dijo con suavidad-. No podemos estar tan seguros todavía. Ambos hemos visto casos similares que de pronto, inexplicablemente, reaccionan. Tú mismo, con la mano sobre el corazón, no te atreverías a jurar que no hay ninguna posibilidad. Nosotros somos médicos, no dioses.
Morse movió la cabeza a un lado y a otro, sin levantar la vista.
-A eso me refería yo- dijo.
~Historia de Karen, Ernesto Frers