Fragmentos IV

Jan 26, 2014 23:17


«Si a pesar de todo sentimos descontento, tendemos a creer que el problema está en nosotros, en vez de en la empresa. En un lugar de trabajo donde impera la máxima de la autenticidad personal -¡Sé diferente! ¡Ponte tu camiseta favorita para ir a trabajar y oye música en tu iPod cuando estés en tu puesto! ¿A que mola?- no hay espacio para el malestar del trabajador. Y, en contra de lo que la gente cree, nada de eso ha mitigado la dinámica de la culpa, de la mala conciencia y de la ansiedad, que están más desbocadas que nunca. De hecho, al desdibujarse la frontera entre el trabajo y el no-trabajo en aras de la flexibilidad, los niveles de ansiedad han aumentado vertiginosamente. En particular, las mujeres se sienten totalmente ineptas por no ser capaces de tenerlo todo, es decir ascender en el trabajo, ganar lo mismo que los hombres, tener una familia, gozar de una vida sexual plena, seguir siendo atractivas, y comportarse como si se lo estuvieran pasando en grande con todo ello.»

Critchley y Webster: «Contra la autenticidad» en La maleta de Portbou, número 2, noviembre-diciembre 2013, Gutemberg, Barcelona, pág. 10.

alienación

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