Otro vicio a mi lista

Nov 22, 2007 14:35

Mmm, he estado algo estresada.
Estoy en la siguiente prueba y espero pasar con muy buena nota
*relena se mece sobre sí misma repitiendo como un mantra: debo pasar introducción con un 6.0, debo pasar introducción con un 6.0*
Lo bueno es que tengo la mayoría de las notas de mis ramos y ya sé que terreno estoy pisando.
Espero no enterrarme en él.

Bueno, y ahora algo a mi lista de vicios

Vicio Nº6: Escape
Fandom: YuGiOh!
Pairing: Seto Kaiba - Joey Wheeler / Priest Seth - Jouno.
Advertencia: Muerte de un personaje.
Summary: Debemos escapar juntos Seth... donde no puedan separarnos jamás

ESCAPE

Desde los tiempos remotos de Narmer el imperio egipcio ha poseído a su estirpe sacerdotal en el máximo de los privilegios.
Elegidos por los dioses, educados por la corte real del Hijo de Ra, dedicados en cuerpo y alma a cada una de las deidades que conformaban el Panteón Egipcio.

Se buscaban los linajes de familias procedentes de los antiguos habitantes del delta del Nilo y eran entrenados arduamente. Nadie en particular envidiaba sus vidas, el celibato y la estoicidad era propia de la casta sacerdotal. Puros, inmaculados, santos debían permanecer. Sólo podían subyugarse a los dioses, o al faraón en persona.
Lástima que haya caído en el embrujo de un mortal, un joven y hermoso mortal.

-Ni siquiera por ser mi primo se contiene - musita por lo bajo el alto funcionario de Ra mientras dirije sus plegarias a los dioses- ni la sangre lo detiene.

Se retira del palco de sacrificios, las figuras de los dragones alados ojiazules se pierden de vista.
El Sumo Sacerdote de Ra pertenece siempre a la familia real, la herencia directa del linaje del Dios Sol es necesario para ocupar el cargo. Seth era un digno representante del Maat, el juez supremo del imperio, vigilaba que el orden sagrado no fuese violado, equilibraba el flujo espiritual entre sus vasallos sacerdotes.
Pero no podía hacerle frente a su trastornado primo: El Faraón.

Desde pequeños estaba obsesionado con él, nunca entendió realmente como siendo familiares directos Atemu fue capaz de tratar de engatusar a su padre para convertirlo en su consorte.
Daba gracias a Nut por guardala en su seno cuando fue proclamado como "futuro Sumo Sacerdote de Ra".
Al menos su primo iba a dejarlo en paz.

No fue así.

Nunca dejaba de rondarlo, era vigilado por sus centinelas bajo la sabia mirada de Ra o bajo el manto protector de Tot por las noches durante sus 30 crecidas de vida. No pudo siquiera establecer lazos con sus hermanos u otros primos, el Faraón demostró ser más enajenado de lo que pensó cuando condenó a uno de los herederos reales a muerte por atreverse a pedir tutorías al Sumo Sacerdote.
Aún no deja de reclamárselo.

¿No toma en cuenta que es sangre de su sangre?, ¿Es más importante la pureza de la estirpe?
¿Es que Atemu no entiende que su corazón, cuerpo y alma no pertencen siquiera a Ra?,Que él ya fue reclamado?
¿Que no se da cuenta que cada vez que cruza su mirada con otras orbes mieles su mundo se vuelca, su corazón grita y su cuerpo clama saciarse?

-Sumo Sacerdote Seth - susurra una voz ahogada tras las altas columnas ceremoniales. -Sacerdote Seth, ¿está allí? - Los ojos del sacerdote brillan ante el reconocimiento de la voz - debe apresurarse, su primo está en camino. - su tono es apresurado y temeroso, algo no anda bien.

-Jouno - enfila su mirada al borde de la capa que se revela en una de las puertas del templo - eres el general del ejército del imperio, no te escondas de mí. - la túnica azul que simboliza la bóveda estrellada ondea cada paso dado por el sacerdote - Y dime Seth - se detuvo justo frente al general, encarando al hombre que lo trae en las nubes.

-No, no puedo - retira la cubierta de su cabeza y revela largos y rubios cabellos que descienden por su rostro - no puedo arriesgarte más; nos han descubierto Seth. - nota el vestuario de Jouno, marcas de espadas y golpes presentes en variadas partes de su cuerpo, Seth palidece al instante - debes irte.

-¿Qué haces con tu armadura real puesta? - acaricia las heridas del cuello - ¿quién te ha hecho esto? - revisa con cuidado el cuerpo del rubio general, nota las manchas de sangre en el piso, pero lo que le corta la respiración es una herida que sangra profusamente cerca del pecho.

-Seth, no tengo mucho tiempo - siente un fuerte dolor en su pecho - deber huir, tu primo está fuera de sí. Ha matado a tu padre - los ojos de Seth se abren en desconcierto - no pude defenderlo. - Su fuerza flaquea al dejar salir un quejido de dolor, sus piernas ceden llevándolo al piso de no ser por la rápida acción del ojiazul, no le queda mucho de vida.

-¡No te mueras Jouno! - recuesta al joven apoyando la cabeza del rubio en sus piernas - Aún eres muy joven, ni siquiera tienes 20 crecidas, ¡tu vida no puede apagarse ahora! - dice intentando mantener calma sin lograrlo a cabalidad.
Su joven general está muriendo.

-Seth - susurra con dificultad - no te preocupes por lo que me pase a mí, su Santidad debe estar a salvo - sonríe al ojiazul cuando termina de hablar.

-¡Yo ya no soy "Santidad" para ti! - gritó fiero - no desde que te entregaste a mí, desde que yo me entregué a ti. No te dejaré ir jamás.

-Entonces qué me queda Seth, no podemos escapar. - acaricia el rostro del sacerdote - Él es el Faraon de todo Egipto, todos estamos sometidos a su gracia, no hay lugar en donde podamos estar en paz. - lágrimas salen de sus ojos mientras continúa - No podemos huir. - Seth toma las manos del general y las besa.

-Si hay un lugar, uno donde nadie puede separarnos - fija su mirada en la de su rubio amante - dame tu espada - Jouno deja ver un rostro de pánico.

- ¡Seth tú - - no puede terminar la oración, Seth le ha levantado el torso quedando ambos a la misma altura - Seth, no lo hagas.

-No puedo dejarte - retira la cuchilla ceremonial de su cinto - nunca podría. Escapemos juntos Jouno, allí nadie podrá separarnos

-Pero Seth-- la boca del sacerdote cubre la boca de Jouno en un beso demandante y hambriento - vámonos juntos Seth - ninguno de los dos dará un paso atrás. Ellos escaparán juntos, nadie podrá separarlos.

Un ruido retumba por todo el templo, pisadas, gritos, algarabía en general.
Una tropa y un capitán: El Faraón.

Seth no soltó a Jouno, no soltó su boca, siguió en ello.
Jouno se debilitaba rápidamente, su herida sangraba dejando un charco con ella, Seth tomó su cuchilla y si pensarlo la clavó en su pecho dejando la empuñadura entre ellos dos.
Apretaba el cuerpo de Jouno contra el suyo hundiendo más la cuchilla, pero no importaba, nadie podía separarlos.

-¡SETH! - gritaba el monarca al ver a su Sumo Sacerdote junto a el General de su Guardia Imperial - ¡SETH! - volvió a gritar cuando los cuerpos de ambos hombres cayeron al piso sin vida.

Habían escapado.

Aclaraciones: Las crecidas es la medida de los egipcios para los años, dependiendo del ciclo del Nilo medían el tiempo. Por ello lo de 20 o 30 crecidas.

Nº2: Por si las dudas, los lugares de sacrificio Egipcio son salas pequeñas dentro de las mismas estancias de los templos, es una zona bordeada por muros, al menos en el caso de Ra.



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